Rafa del Pino, el payaso canario que cumple una década haciendo las delicias de los más pequeños

Tras Rafaelillo Clown hay una persona que tiene la sonrisa como filosofía de vida

Rafaelillo Clown, ‘alter ego’  de Rafa del Pino

Rafaelillo Clown, ‘alter ego’ de Rafa del Pino / Con Estilo

La risa es la emoción más pura y brillante además del estado más difícil de arrancar. Es la esencia de la diversión en mayúsculas y el vehículo idóneo para disfrutar del arte en todas sus facetas, algo que conoce bien el artista, bailarín, comunicador y empresario grancanario Rafa del Pino quien acumula en Canarias un recorrido profesional que abarca más de tres décadas, primero ante las cámaras de televisión y luego sobre las tablas de todo tipo de escenarios apostando por un arte tan comprometido como accesible que desde hace diez años, enfundado en la característica nariz roja de payaso, transmite a través de su personaje Rafaelillo Clown, una creación que le ha proporcionado innumerables alegrías. 

“Desde que empecé con Rafaelillo siempre he tenido la danza como una guía para mis actuaciones”, dice. 

“El movimiento en el humor físico es fundamental; en determinados contextos, según tengas colocado tu cuerpo expresas una cosa u otra y para mis espectáculos”, prosigue, “bailar es una necesidad además de resultar una actividad muy sana a nivel físico y mental". 

Muchas veces no sólo busco la risa en el espectador sino también generar situaciones enriquecedoras, apacibles, que vayan más allá del entretenimiento. Me gusta sentir que el público se está divirtiendo con mi manera de ver el arte”, explica.

Orígenes

Rafaelillo nace de la imprescindible aportación del padre y los hermanos de este creador. “Siempre me han apoyado y sin ellos todo hubiese sido más difícil”, recalca. 

Espectáculos en Navidad

Del Pino tiene entre manos varios espectáculos enfocados en la Navidad y Carnaval con los cuales recorrerá las Islas. Asimismo, participará en el encuentro literario y musical Al Pie de la Letra de la Biblioteca Insular de Gran Canaria, otro claro ejemplo del dulce momento profesional que actualmente transita. “Me queda cuerda para rato”, concluye.