-¿Qué problemas le han planteado la insularidad y la crisis de la industria para vivir de la música durante estos 15 años?

-La insularidad tiene sus pros y sus contras. Los mayores problemas radican en la cantidad de viajes a la espalda. La insularidad exige más orden en tu agenda a la hora de realizar las giras pero compensa el sosiego que te dan las islas al volver. Con respecto al mercado, el sistema de acercamiento de la música al público está cambiando a pasos gigantes. Internet está cambiando las llaves de esas cerraduras. Las compañías están más preocupadas que los propios artistas.

- ¿Por qué el salto a Madrid para luego volver a establecer la residencia en tu tierra natal?

-Mi etapa en Madrid me permitió abrir puertas difíciles de abrir desde las islas. Contactos, locales y sobre todo compañeros con las mismas inquietudes y diferentes formas de expresión que siempre te enseñan a ver la composición desde otro prisma. Una etapa con la residencia fuera de las islas te hace redescubrir cosas que nunca hubieras descubierto de otra manera, pero llegó un día en el que supe que Madrid era sólo una amante perfecta, y 5 días al mes con ella me bastaban. Con orden se puede trabajar aquí, rodeado de los tuyos.

-¿Cómo fue la experiencia de ganar el reciente certamen de cantautores Abril para vivir 09 en la ciudad de Granada?

-Ya ser seleccionado en los certámenes de cantautores a los que te presentas es un premio, si encima sacas un buen resultado la cosa se vuelve maravillosa. Tocar en el centro de Granada, a la sombra de La Alhambra, y escuchar tu nombre en lo más alto te ayuda a seguir trabajando. Un paso más en este largo camino.

- ¿Cómo va a enfocar el concierto para celebrar estos 15 años de música en el Teatro Loyola?

- Va a ser una celebración por todo lo alto, con un formato muy cercano, bastante parecido al que defiendo en los locales pero con muchas sorpresas. Vamos con ganas de vivir una noche para recordar. Se hará un repaso por medio de las canciones de estos 15 años. No faltarán invitados importantes que han colaborado conmigo o que han sido parte de mi banda. Será una combinación, aunque estarán algunos de mis títulos más conocidos como Suelo o Quien me iba a decir, aunque con diferentes arreglos

- Hace algo más de un año estuvo en México de gira, ¿qué tal fue la experiencia?

- México es un país muy activo, sus calles rebosan vida. Acogen muy bien a los músicos y existe una cultura muy extendida de lo que allá se llama Trova. Tuve la suerte de poder recorrerlo entero durante casi dos meses en los que realicé 30 conciertos. Fue una gran experiencia de público y crítica. Hice una gira muy extensa y tengo pendiente volver en breve. A mi me enamoró México.

-¿Cuáles son sus próximos proyectos?

- Grabar el próximo disco durante este año, existen muchas posibilidades de grabarlo en el extranjero. Las canciones ya están compuestas. Va a ser un trabajo con diferentes cabezas: la música, la fotografía y la literatura. Andamos en ello. Y seguir en la carretera presentando el disco Besando el aire.

- ¿Qué evolución has notado a lo largo de tus tres trabajos?

- Luis ha crecido y eso lo nota Luis Quintana, Luis ha madurado y eso Luis Quintana lo escribe y lo canta. Lo más que noto es como ha cambiado mi público. Antes era predominantemente joven, ahora el abanico se ha abierto y no es raro ver en los conciertos a padres con sus hijos. Para mí eso es un halago, veo que gente de diferentes generaciones reciben mis mensajes con diferentes prismas pero de igual manera. A nivel compositivo creo que he evolucionado mucho a nivel armónico y las letras son más directas.

- Por fuera de las Islas Canarias ¿qué lugares acogen con más aceptación la música de Luis Quintana?

-Para mi es sorprendente ver como me abren los oídos fuera de Canarias. Cualquiera que sea el lugar donde uno cante descubre las ganas de escuchar nuevas cosas que tiene la gente, las ganas de dejarse llevar por alguien que lo único que pretende es que pasen un buen rato con la música y la letra de excusas. A los Canarios se nos quiere mucho por ahí y eso se nota. Aún así, si tengo que elegir alguna ciudad que me trate como un hijo, me quedo con Cádiz.