The Corrs dieron con la fórmula perfecta para convertir al folk irlandés en un producto pop multitudinario. Sharon Corr ha sabido conservar dicha esencia y, ahora, en su carrera en solitario, ha podido demostrar que se maneja muy bien en todos los registros, ya sea en las baladas lentas, en los temas más rockeros e incluso en las versiones de los clásicos tradicionales.

Corr mantiene el espíritu de los años noventa de una manera fiel y su carrera en solitario es una clara prolongación de aquellos éxitos del pasado. De este modo, arropada por un sexteto versátil y con la participación de su hermano Jim Corr en la guitarra acústica y el piano en dos tema, la cantante interpretó casi íntegramente su primer álbum en solitario con títulos como Cooleys reel; Ears painted on; Everybodys gotta; It's not a dream o Smalltown boy que jugaban con atmósferas entre convencionales y neopsicoélicas.

Momentos álgidos fueron, desde luego, recuerdos a su ex banda que despertaron la ovación de los asistentes con títulos como Radio y, sobre todo, Dreams, relegada al final como la mejor despedida posible.