El cabaret es un espacio para reivindicar, el cabaret es el único sitio donde se puede decir lo que se piensa, con una sonrisa y con música. Y aunque vengamos del pasado, es una propuesta de futuro que demuestra la madurez del equipo de trabajo". Es la reflexión de Israel Reyes, director de Producciones Escénicas Clapso, a propósito de la reposición la próxima semana en la capital grancanaria de Soy lo prohibido, uno de los espectáculos de mayor éxito en la historia de la compañía grancanaria.

Del 16 al 23 de diciembre, el Teatro Guiniguada, el mismo espacio escénico que fue la plataforma del estreno en 1996, acoge esta hilarante propuesta que recurre a elementos del cabaret, music hall y la revista para enhebrar un espec-táculo de 80 minutos en el que afloran todos los rostros de mujer posibles. Retratos femeninos que vuelven a ser protagonizados por el mismo elenco de actores que hizo realidad su éxito hace ya quince años: Lili Quintana, Mari Carmen Sánchez y Blanca Rodríguez.

Con textos de Félix Sabroso y de Israel Reyes, y dirección musical de Germán Arias, Soy lo prohibido se asoma otra vez a la cartelera insular como el retrato de una sociedad a través de historias, roles y personajes en los que se transforma el trío protagonista. La mujer trabajadora, la sensata, la severa, la obesa, la avariciosa, la tajante, la madre, la moderna, la tremenda, la dudosa, la viciosa, y por supuesto, la prohibida. "Es una suerte llevar quince años en activo por parte de la compañía y poder regresar con este espectáculo con el reparto original", explica Israel Reyes. La obra se estrenó en un año donde la escena teatral de las Islas acusaba una crisis en los modelos de producción imperantes, y regresa a la vida ahora cuando la actividad cultural acusa un estrangulamiento sin precedentes por el recorte anunciado de un 65% en la inversión autonómica el próximo año.

En cierta manera, y a juicio de Israel Reyes, la reposición de Soy lo prohibido es una especie de bucle porque regresamos cuando la crisis de la actividad cultural es otra realidad cuando hace quince años aquella situación hizo que trabajáramos con este trío de actrices que nunca antes habían estado juntas en un escenario".

Los textos de Sabroso y Reyes han sido revisados, al igual que los números musicales, escorados "al bolero y canciones italianas, que han sido arregladas por Germán Arias, y eso nos da mucha seguridad a la hora de volver a este espectáculo".

Entre 1996 y 1997 la compañía movió unas 300 funciones por una veintena de teatros de todo el territorio nacional en una gira que contó con la logística de DD & Company. Con un espectacular arranque haciendo temporada en el madrileño Alfil para concluir a finales de 1997 en el Gran Teatro de Huelva, las expectativas depositadas en esta revisión son más modestas a la espera de cómo reaccione el público.

Tras la estancia en el Guiniguada, a Soy lo prohibido le espera una itinerancia insular por distintos espacios de Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife a partir de marzo de 2012 y que podría alcanzar unas 30 representaciones si se cumplen las perspectivas de contratación.

Clapso llevaba un par de años rondando la idea de recuperar esta producción, pero los distintos compromisos profesionales de las tres actrices protagonistas no lo hicieron posible hasta ahora. "Nos apetecía mucho hacer esta obra y es una propuesta casi química. Ha habido que modificar algunos textos, como los que declamaba la mujer sumisa, ya que lo que se planteaba como una ironía sobre un juego sexual podría ser malinterpretado en la actualidad, al reclamar una mujer a un hombre que la posea y la castigue, nos hemos adaptado a los tiempos, y lo que está claro es que el cabaret sigue teniendo una tremenda aceptación", sentencia Reyes.

Ahora es el público el que tiene la última palabra para que Soy lo prohibido tenga un impacto similar al de su estreno. Según el director de Clapso, "al público le diría que venga al teatro a verlo de nuevo, sobre todo porque estamos en una época en la que se tira de lo nostálgico y donde compañías como la nuestra tienen que apostar sobre seguro, y donde los riesgos de taquilla, cuanto menos, mejor.

La insistencia de Israel Reyes ha sido determinante para recuperar esta producción. Y es algo que agradecen las tres actrices protagonistas, que desde que agotaron la gira de Soy lo prohibido no habían tenido oportunidad de compartir escenario. Sí lo habían hecho en combinaciones de dos, caso de Blanca Rodríguez y Lili Quintana, que cambiaron de registro en El perro del hortelano, de 2RC Teatro; y Carmen Sánchez y Quintana que participaron del rodaje de series televisas como La revoltosa.

"Volver a Soy lo prohibido ha sido maravilloso, y además con tiempo de hacer otras cosas, es un encuentro esperado y a ver si tenemos mas éxito que con la anterior", dice Blanca Rodríguez cuando se le pregunta cómo ha sido el reencuentro con las compañeras de reparto, un texto y unos personajes que no tocaba hace largos años. El carácter, la dinámica casi vertiginosa del espectáculo, la burla, los gestos, el verbo, no ha cambiado en exceso para no distorsionar el armazón de una obra resuelta en todos los frentes. Aunque los arreglos tienen que ver con las actualizaciones que requiere el paso del tiempo.

Los ajustes no han sido excesivos. En opinión de Rodríguez, "da la impresión que el tiempo no pasa por la obra, pero le hemos puesto algo de cirugía en los pliegues, algo de botox, para restaurar este escaparate de mujeres con el que queremos seducir a la ciudad".

Mari Carmen Sánchez y Lili Quintana suscriben los argumentos de Rodríguez. "Volver a esta obra es como un regalo, le hemos dado un lavado, sigue siendo muy actual y los personajes funcionan", apunta Sánchez, quien reitera que "todo esto ha sido gracias al empeño de Israel Reyes". Lili Quintana, por su parte, no repara en halagos hacia sus colegas y amigas. "Da un poco de vértigo, pero me siento muy cómoda por la complicidad que tenemos entre nosotras y que seguimos manteniendo aunque haya pasado el tiempo, y lo mejor es que la obra ahora está mas completa e igual de divertida".