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El proyecto canario de arte 'InVortice' desembarca en Corea

Seul acoge este viernes una exposición interdisciplinar con fotografías, esculturas, pinturas y música de cuatro artistas

El proyecto canario de arte 'InVortice' desembarca en CoreaTERESA CORREA

El arte hecho en Canarias ha encontrado acomodo y receptividad en el mercado asiático. La fotografía primero, y en sucesivas escalas escultura y pintura, han sido las disciplinas sobre las que la galerista grancanaria Saro León ha cimentado una provechosa relación con la Bom Hybrid Gallery, de Seúl, que estos días se traduce de un nuevo desembarco de una delegación insular en Corea.

La promoción de artistas en el país asiático como Teresa Correa y Alejandro Reino, primeros en sorprender con su obra en estas latitudes, no solo ha traído la proyección de éstos desde 2008 en un mercado exótico y exigente, sino que además ha posibilitado trenzar un convenio de intercambio de artistas que desde mañana viernes libra un nuevo capítulo con dos impactos de la galería Saro León en Seúl; el proyecto inVórtice, una exposición interdisciplinar con fotografías de Teresa Correa,esculturas de Manolo González, la pintura-collage de Juan Rivas y la música del compositor madrileño Juan Manuel Artero, que se inaugura este viernes; y la presencia de Correa, González, Alejandro Reino y el africano Abdoulaye Konaté en la Korea International Art Fair (KIAF), feria que abre sus puertas el 12 de septiembre.

InVórtice, el proyecto mayor que amplifica la Bom Hybrid Gallery, es una intervención sobre el espacio, el territorio donde emerge y se manifiesta el hecho creativo. Concebido inicialmente como un ejercicio ligado al suelo, eje temático del programa Septenio que finalmente no entró en su financiación por agotamiento de presupuesto, esta plataforma interdisciplinar que reúne la obra de Correa, González, Rivas y Artero, se formula desde los conceptos de verticalidad y horizontalidad, todo ello encerrado en la singular banda sonora creada por Juan Manuel Artero.

Si Teresa Correa, a través de cuatro fotografías donde se enfatiza la ingravidez del cuerpo femenino, apuesta por indagar en la verticalidad para sortear el discurso científico y construir lo que denomina "metáfora del propio pensamiento, una espiral ascendente", el escultor Manolo González ha optado por un conjunto escultórico "que habla en horizontal", en un diálogo con el espectador alrededor de la propia existencia, la condición de efímera de la obra de arte. Una pieza que roza igualmente la metáfora de la vida, cuerpos que se comprimen entre sí, fragmentados casi al azar, donde parece emerger un único superviviente. La obra de Teresa Correa, las Fotografías del extravío, es un juego alrededor de principios de la física como la inercia y estabilidad, que forma parte de un work in progress que la artista emprendió en el año 2000 y recuperó en 2011 con la serie The Looking Glass. La condición insular, por otra parte, es la que ha marcado las formas y mensaje de la creación de Manolo González en la pieza que denomina Del suelo insular a la nada y la inercia de ser en el hacer. El autor admite que supone un paso más allá respecto a otros trabajos en los que ha explorado "la conciencia del ser desde la revelación de la nada", como Prometeo-La-Autocreación o Narciso. "La nada no invalida el instante de la existencia, al contrario, lo potencia", asegura González. "Lo que cuenta es el instante en que se hace cada huella, y en cada uno de esos instantes se concreta toda la existencia; el ser del ayer, el del instante y el de mañana, porque de ayer y mañana sólo existe el instante de cada huella".

El discurso o sustrato del que comulgan Teresa Correa y Manolo González, que han trabajado de la mano en reiteradas ocasiones, tiene su contrapunto en la obra de Juan Rivas. El artista plástico madrileño afincado en Gran Canaria fue el último en incorporarse a InVórtice, y su aportación al proyecto en lo que será su primera visita profesional la ciudad coreana, tiene mucho que ver con la existencia a la que recurren los otros dos artistas. En su obra, donde pintura y fotografía se usan como herramientas de coloristas collages en vertical, todo gira en torno a la percepción, al estado de ánimo con el que el artista asimila un entorno: lo destruye a su conveniencia para terminar por reformular un nuevo paisaje. La figura humana aquí apenas tiene protagonismo.

El proyecto 'InVortice' es una intervención de cuño canario sobre la existencia que viaja a Corea

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