El Cabildo insular de Gran Canaria estudia qué "forma de colaboración podemos proponerle al Museo del Prado", y entre ellas no descarta la petición de una compensación por la pérdida del San Jerónimo escribiendo, una obra a la que la Pinacoteca Nacional le da ahora la categoría de presunto Ribera. Tras seis décadas de mimo en el museo de Vegueta, donde era apreciada como un exquisito Esteban March (hacia 1610-1668), el pasado jueves se rompía la rutina del cuadro: los hombres de negro del Prado llegaron, embalaron y se llevaron la pintura sin decir que había un Ribera en ciernes. El experto Gianni Papi había puesto a la institución de Miguel Zugaza sobre la pista de una joya entre la colección del llamado Prado disperso.

Antes de a Esteban March, el inquietante San Jerónimo fue atribuido al italiano Massimo Stanzione. Nadie presagiaba que la catalogación de la obra pudiese desembocar en un Ribera, El Españoleto (Xátiva, Valencia, 1591-Nápoles, 1652), si bien los estudiosos siempre han visto al gran maestro del Siglo de Oro como un pintor "abierto a descubrimientos". Y así ha sido: en la Casa de Colón no dan crédito; esperan el dictamen definitivo. Gianni Papi, por su parte, ha adelantado parte de su peritaje en la revista ARS Magazine; unos argumentos que son los que han llevado al Museo del Prado a levantar el San Jerónimo escribiendo de los almacenes de la Casa de Colón.

Nadie discute la potestad legal del Estado para la acción administrativa, pero ayer el consejero de Cultura y Patrimonio, Larry Álvarez, ya daba por hecho que la custodia que ha ejercido la Corporación sobre la obra merece, cuanto menos, "una colaboración". En este sentido, fuentes consultadas por este periódico recordaron el acuerdo que tuvo que alcanzar el Museo del Prado con las instituciones de La Coruña, con motivo del traslado de la serie del pintor Vicente de Carducho al Monasterio de Santa María del Paular en Madrid. El conflicto entre las partes se zanjó con una compensación expansiva: en el paquete para el Museo de Bellas Artes de La Coruña iban dos Carduchos y ocho cuadros de pintura barroca del siglo XVII.

¿Cómo pudo estar tanto tiempo el supuesto March sin levantar sospecha alguna? Así lo había catalogado el Museo del Prado. Pero en la era de las redes sociales nada queda en la penumbra: la petición de una foto a la Casa de Colón abrió la espita de la indagación.