¿La sorprendió el hallazgo de un presunto cuadro de Ribera y cómo se desarrollaron los acontecimientos para su levantamiento?

Es normal que cualquier investigador se acerque a cualquier museo para hacer su trabajo, es parte del trabajo cotidiano del museo el que se produzcan estas situaciones. Y claro que estoy sorprendida porque desconocíamos que el San Jerónimo escribiendo fuera un Ribera. Se acercan investigadores, revistas científicas y piden información sobre tu colección, ya sean las obras que están expuestas de cara al público o los fondos. Nuestra labor como gestores del patrimonio es facilitar toda la información, imágenes, la documentación y demás. Se hizo el protocolo de levantamiento del cuadro, y vimos que tenía una nueva atribución. Recordamos que en abril pasado la revista Ars Magazine nos pidió fotos del cuadro, estuvieron en el museo haciendo sus propias fotografías, nos pidieron además que fotografiáramos la parte de atrás del cuadro. Estaba claro que había un interés por la obra, pero jamás pensamos que se trataba de esto.

¿En aquellas conversaciones no se les dio a entender que era una investigación para determinar si realmente era una pieza de Ribera y no de Esteban March, como así estaba catalogado?

Las conversaciones fueron para gestionar las imágenes del cuadro y la visita que hicieron a la Casa de Colón, algo cotidiano a lo que no dimos mayor importancia. Lo que tenemos, de momento, es un resultado provisional. No unimos este hecho al levantamiento del Museo del Prado, ya que todos creímos que se llevaban otro San Jerónimo, para algún estudio. Precisamente, en junio de este año el Prado se llevó, hizo el levantamiento de un cuadro de Guido Reni, del siglo XVI.

¿El protocolo para recuperar el supuesto Ribera ha sido el correcto? ¿Fue la revista quien puso sobre aviso al Museo del Prado?

La revista nos pide la información y es el Prado el que hace el levantamiento. Desde el punto de vista protocolario todo es correcto. El Prado es el dueño del cuadro y para hacer cualquier investigación te puede levantar cualquier cuadro de su propiedad. En este caso, todos los actuantes, desde el punto de vista legal, hemos cumplido el protocolo de manera profesional. Cuando la revista nos pide las fotografías, no nos dice que es para hacer un artículo sobre una nueva atribución, ni siquiera nos dicen quién o quiénes van a escribir ese artículo, ni tampoco lo preguntamos. Ocurre aquí y en cualquier sitio.

¿Cuántos episodios de esta naturaleza, de nuevas atribuciones de una obra, se han producido con fondos de la Casa de Colón?

No, nos ha ocurrido. Esto es habitual en el mundo del arte, y este San Jerónimo no será ni el primero ni el último, y se producen atribuciones erróneas. Y tengo una experiencia muy bonita con un cuadro nuestro, de Joseph de Páez, que cuando se mandó a restaurar descubrimos que estaba cubierta toda la dedicatoria con inscripciones del autor que había tapado la Inquisición. Se hizo un estudio y publicamos. Es normal que ocurra. Acuérdate, por ejemplo, de que hace poco una señora compró un Renoir en un mercadillo. El cuadro del que hablamos fue depositado en la Casa de Colón en los años 40 y el Museo del Prado lo tenía atribuido a Esteban March. Y todavía no es seguro que sea un Ribera. Habrá que hacer más estudios para dar certificación y oficialidad a lo que argumenta el señor Gianni Papi. Si no hubieran tenido la certeza lo habrían levantado para estudiarlo igualmente, otra cosa bien distinta es que, si fuera así, el cuadro nos fuera devuelto.

El levantamiento de obras del Prado en depósito en la Casa de Colón, el segundo que se produce este año, ¿es parte de la estrategia del centro nacional de ir recuperando su colección dispersa?

Se han hecho levantamientos en los últimos años, en concreto se han llevado unos seis desde los años 40. Por ejemplo, un Venus y Adonis, anónimo del XVI, y recuerdo que en la época en que Alfonso Armas Ayala dirigía la Casa de Colón, se llevaron un cuadro muy bueno, una Piedad, de Luis Morales el Divino. Aquello le causó un gran disgusto por la impotencia de no poder hacer nada para evitar que se lo llevaran. Ahora, el disgusto no fue tan grande, lo fue por la calidad del cuadro y no por el nombre de su autor. Nosotros siempre lo tuvimos en un lugar destacado porque nos parecía una gran obra. Este reparto nos llegó tras la Guerra Civil como dotación artística para los museos provinciales. Una parte vino del Museo del Prado y otra de la llamada Junta de Incautación. Creo que eran unos 90 cuadros en Las Palmas de Gran Canaria. Los de la Junta de Incautación, pasado un tiempo, pasaron a ser propiedad del Cabildo, y es una importante colección. Y el supuesto Ribera no estaba en ese lote, de lo contrario sería nuestro.

¿Hubo algún tipo de compensación entonces y se prevé que el Museo del Prado lo haga ahora cuando se certifique la autoría de San Jerónimo escribiendo?

Creo que deben compensarnos por esto, y así lo entiende el Cabildo de Gran Canaria. Y que de alguna manera nos den al menos dos cuadros importantes. Nos los merecemos, sobre todo cuando desde Canarias es muy difícil acceder a las colecciones de pintura de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Aquí tenemos una colección importante del XIX en adelante, y es importante que el Prado tenga sensibilidad con Canarias. Especialmente para lugares como la Casa de Colón, que tienen todas las condiciones museográficas requeridas. O sea, está abierto al público, tiene sus controles de humedad, seguridad. El Prado está recogiendo sus fondos porque buena parte de ellos están en ayuntamientos u otras instituciones, y en aquellos que ejercemos de museos de Bellas Artes, como es nuestro caso, deben mantenerse o potenciarse. Tal vez de manera itinerante, o de forma permanente, dada la distancia, el Museo del Prado debería tener una sensibilidad especial con nosotros. No es lo mismo llevarlo a otras ciudades españolas donde tienen una mayor riqueza patrimonial y el acceso de la ciudadanía a las grandes colecciones de pintura es más fácil. La visión de Madrid debe de ser otra, y el Cabildo está en esa línea. El Prado ha realizado compensaciones a otros museos por circunstancias similares a ésta, y ahora qué, ¿nos compensan con un Ribera o con un Esteban March? Todo esto sirve para concienciar de la necesidad de que se cuente con colecciones permanentes del museo nacional.

¿Cómo son las relaciones de la Casa de Colón con el Museo del Prado?

Buenísimas. Desde siempre ha habido una relación muy cordial. Tenemos unas 13 obras en depósito y cumplimos con todas las condiciones que nos imponen.

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