Todo empezó en un ensayo previo a la grabación del directo de Los Coquillos Hasta el Amanecer. Allí fue donde escuché por primera vez el nombre de Soda Stereo. Alex Labao, mi actual compañero en Los Salvapantallas y productor musical en aquel disco, me comentó al finalizar el ensayo: "Ustedes se parecen a Soda Stereo" "¿Soda qué?" Le contesté yo. Alex, se había empapado bien de Soda Stereo en su gira por México con Mr. Robinson. "sonaban en las radios, en la tele, estaban por todos lados" me decía. Al día siguiente nos trajo a mi hermano y a mí unas copias piratas de El Ultimo Concierto, el directo de despedida de la banda. Lo escuché, pero no le presté mucha atención y los discos se los quedó mi hermano. Demasiadas cosas en mi cabeza en aquellos años.

El 6 de enero de 2002, mi hermano, siempre fiel a la costumbre de regalarnos discos por Navidad, me trajo Bocanada, el segundo trabajo en solitario de Gustavo Cerati, Coincidió aquella noche en casa la visita de una amiga y lo puse de banda sonora mientras nos contábamos las mil y una batallas de tanto tiempo sin vernos. Cuando hacia las cuatro de la madrugada los dos comentamos al unísono "¡pero qué bueno este disco, por dios!". Bocanada había estado sonando en bucle una y otra vez toda la noche y no nos molestaba que se repitiera, disfrutábamos de las canciones mientras charlábamos. De repente aquellas melodías con aire ´retro´ y a la vez modernas llamaron nuestra atención. ¿Cómo era posible mezclar instrumentos clásicos y secuencias, orquestas sinfónicas y samplers, scratchs de Dj´s y solos de guitarras? Era extraño, pero todo sonaba tan bien que nos enganchó.

Al día siguiente, como hago siempre que descubro algo musicalmente emocionante, llamo a mi hermano. Miguel Cedrés, aparte de guitarra y compositor en Los Coquillos es la persona más estudiosa de la historia del rock que conozco y no creo que nadie en este planeta tenga tantos libros sobre grupos y bandas de todo tipo y pelaje de pop, rock, funk, jazz, etc. como mi hermano. Aquella mañana le agradecí el regalo y él me lo pidió prestado de vuelta, pues acostumbra a regalar por instinto sin saber a veces lo que hay detrás de una preciosa portada. Estuvimos hablando de música un buen rato, y me comentó que se había encontrado Sueño Stereo, el ultimo trabajo de estudio de Soda en Discos Noda y me hablaba maravillas de él. Me comentó que estaba descubriendo en internet bandas argentinas de las décadas 70 y 80 muy interesantes: Sui Generis, Almendra, Virus, etc.

Me fui directo a las tiendas que aún quedaban dispersas en Gran Canaria de discos Noda y me fui haciendo con algunos discos: Signos, Canción Animal€ Mi hermano Miguel compró por catalogo los que nos faltaban. Así fuimos completando la discografía y descubriendo cada disco de Soda; su sonido, su evolución, el trabajo que había detrás de las guitarras, de los instrumentos, de la producción. La verdad es que fue sorprendente cómo de la noche a la mañana Soda Stereo y Gustavo Cerati pasaron a formar parte de nuestro ´altar musical´, que era, hasta aquel entonces, exclusivamente anglosajón.

No sólo habíamos descubierto a un grupo impresionante y totalmente desconocido en nuestro país. Eso no era raro. Lo extraño era que estábamos asombrados también con la calidad de Gustavo Cerati en solitario, un artista con un timbre de voz irrepetible, que hacia unas melodías y unos textos muy poéticos. Un guitarrista que nos dejaba con la boca abierta en cada ´solo´ en cada ´riff´, y que cada disco que sacaba era distinto como con Soda Stereo, sin repetirse, cambiando los muebles de sitio, arriesgando en un mundo donde la industria musical te presiona para que hagas éxitos seguros. Pero él no, Gustavo tiraba por la experimentación y eso nos encantaba y es quizá lo que más nos duele con su pérdida.

Tuve la inmensa suerte de disfrutar en Madrid de dos de sus shows en directo en 2004 y 2006, de conocerlo en persona, de conversar con él. Teníamos cerrado para octubre de 2010 el estreno de su último disco Fuerza Natural en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz Tenerife. Pero su accidente en Caracas frustró esa visita. Me pasa de vez en cuando, cojo la guitarra y toco una canción de Cerati y solamente el hecho de pensar que no voy a volver a escuchar su voz en una nueva canción, o un nuevo disco me angustia y rompo a llorar.

El 4 de septiembre se fue uno de los artistas más grandes que ha dado el rock en Latinoamérica. Y hasta que nos volvamos a reunir en mundos aún desconocidos solo puedo decir: "Hasta la vista Maestro. Gracias por venir".