Un disco para reafirmar la inmensa capacidad que tiene el pop nacional para hacerle sombra a la escena anglosajona en su mismo terreno. El grupo murciano Viva Suecia ha sacado un primer trabajo largo que bebe directamente de la neopsicodelia que crearan a mediados de los ochenta The Chameleons, Echo and The Bunnymen y Sad Lovers and Giants con un toque after-punk totalmente cautivador y una personalidad propia.
Cada canción de este maravilloso álbum es un delicioso juego de guitarras que tienen al grupo de Mark Burgess como fuente de inspiración, aunque fortalecido por una producción realmente prodigiosa. Sucede en títulos como Permiso o perdón donde la fenomenal base melódica alimenta el desarrollo épico y embriagador de las dos guitarras con la saturación sonora justa para que no desvirtúe una canción redonda. También en Palos y piedras donde aportan desarrollos imprevistos en pos de un crescendo hipnótico. O en ese inicio de El día después de la trampa que trae a la memoria el famoso View from a hill que firmara el grupo de Manchester. Otros títulos como Efe eme o Acabaremos muriendo en ello destacan por el sugerente manejo de ambientes épicos y elaborados para lograr la perfecta canción partiendo de todo tipo de cambios rítmicos y melódicos.
La quintaesencia de su sonido aparece por piezas como Bien por ti o en Hasta ahora que son todo un ejemplo de cómo crear una atmósfera envolvente y onírica a través de unos medios tiempos sin cansar ni aburrir como otros compañeros de generación. Un álbum en el que las influencias se suceden una detrás de otra en la mente del melómano que suspire por el dream-pop y el shoegazing. Otro ejemplo contundente de que Murcia se está convirtiendo en una de las sensaciones del pop nacional.
