Hiroshi Shiibashi tocó la fibra más sensible de los japoneses al crear una historia que conjugaba elementos de clásicos del manga como Dragoball y Los caballeros del zodiaco con obras maestras contemporáneas del tipo Death note o Bleach. Así, con Nura: el señor de los Yokais, el dibujante nacido en Osaka logró atrapar, entre 2008 y 2012, a una gran parte de la juventud nipona gracias al personaje de Rikuo Nura, un joven mitad humano y mitad espíritu que se debate entre vivir al servicio de algunos de los clanes que gobiernan ambos mundos. Con un dibujo lleno de detalles en la línea más ortodoxo del género, aunque con cierto barroquismo que imprime una mayor personalidad, en este último volumen, el protagonista tiene que superar una de las peores pruebas... en el lado de los humanos.
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