La luz cálida y el pulso siempre elegante de Javier Pérez Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1979) preside cada uno de los siete cortes de la que es ya su cuarta referencia discográfica como Resonance. Ligh Continuum (El Hombre Bala, 2016) está llamado a ser una de las grandes referencias de la cosecha del año en el mercado canario. El músico y productor tinerfeño ha demostrado con nota que la electrónica de autor en las Islas le tiene en las primeras filas. Un título que se lo ha ganado a pulso, sin más artificio ni ruido mediático que el carácter que imprime a sus composiciones.
Como si se tratara de una banda sonora conceptual, que se alimenta de tecno, ambient e IDM a partes iguales, este Light Continuum es un punto y seguido en la secuencia sonora que imprimió a su anterior trabajo, Skygaze (2013), licenciado igualmente con el sello tinerfeño El Hombre Bala. El pasado jueves, Resonance descubría en un excepcional directo en El Tanque, en la programación del festival Keroxen, que su concepto de la electrónica escapa del simple hedonismo al que se asocia al género en su vertiente más fiestera, en favor de otras sensaciones. "Este disco es casi una continuación de lo último que había editado, aunque le he querido dar un carácter más homogéneo, con los temas encadenados alrededor de un mismo concepto", explica el artista.
El fundamento al que se refiere Resonance no es otro que la experimentación creciente, huyendo de la repetición que anula el crecimiento del artista, y que aquí fluye como "un vehículo con el que transportar mi música y cambiar de género, todo con un tono muy positivo".
Ligh Continuum se aprecia en todos sus matices en la edición en vinilo, aunque también está disponible en formato digital. Cuatro cortes en la cara A, y tres en la B, con la impresionante coda, casi cinematográfica de Scape Anthem, que cierra este "profundo viaje emocional", según la discográfica.
Todo el álbum ha sido compuesto y producido por Resonance, y armado entre sintetizadores, cajas de ritmos, guitarras, programaciones, efectos y voces. Porque la voz emerge aquí como un instrumento más, a veces en su flujo natural, y otras como un bucle que va y viene como un susurro amigo y cercano.
"A medida que iba mezclando los temas tenía muy claro a donde quería llegar con este álbum", detalla el artista tinerfeño. El repertorio del disco se gestó entre 2015 y 2016 a partir de bocetos de dos de los temas que Resonance ya venía incluyendo en sus directos: It Shines High y Metals Upon The Air. Lo demás, vino casi solo, con un resultado que para sopresa del músico, ha tenido una expectación mediática y respuesta positiva en medios especializados que no la esperaba. The Dawn Breaking Crystals, Light Continuum, Hushed y Exhausted But Don't Care, son los otros cortes de un álbum que trae de nuevo a la actualidad a una de las firmas más reputadas de la electrónica contemporánea en las Islas.
El disco, al igual que el anterior, tiene distribución internacional con Straight Distribution, de Stuttgart, que garantiza entre otros mercados, su presencia en Australia y Japón. La promoción del álbum tiene por delante fechas en Tenerife y Lanzarote, el 5 y 11 de noviembre, y Londres, a donde volará Resonance el 26 de noviembre.
