Fernando Bethencourt

El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, estrenada el 30 de octubre, es la última obra cinematográfica de Tim Burton. El director de estética inconfundible y creador de mundos fantásticos como los de Eduardo Manostijeras, Beetlejuice, Big Fish, Mars Attack o el primer Batman en pantalla grande, regresa ahora con una adaptación del best seller de Ransom Riggs con nombres como los de Samuel L. Jackson, Judi Dench, Ruppert Everet y Eva Green. Y, entre tanto ilustre, después de más de dos horas de metraje, tras los misterios, un puntito de terror y un buen puñado de superpoderes, aparece el nombre, blanco sobre negro de los créditos, de un joven grancanario, Víctor Tomi, que a sus 30 años se abre hueco, con pasos de gigante, en la industria cinematográfica de los efectos visuales.

Uno de los niños protagonistas en la película de Burton es Hugh, cuya peculiaridad y atributo mágico consiste no solo en estar rodeado de afiladas abejas asesinas sino manejarlas a su antojo como si fuera el rey de la colmena. Este poder no es sencillo de trasladar del libro a la gran pantalla. No existen abejas domesticadas para seguir las ordenes del cineasta y la integridad física del actor Milo Parker (conocido por Mr. Holmes) depende de ello. La respuesta está en el grancanario Víctor Tomi, que forma parte del engranaje de One of us, una de las empresas especialidades en efectos punteras del sector.

Tomi se ocupa de la composición y la integración, de manera armónica, de un producto creado con herramientas digitales para que aparezca en el metraje final en perfecta sincronía y armonía con la interpretación de los actores. La tarea es compleja, explica Víctor, ya que antes deben visualizarlo y planificarlo al milimetro por medio del trackeo y el etalonaje: que consisten en, primero, hacer un seguimiento de los pixels de una imagen en movimiento para integrar los efectos visuales con completo realismo, y, segundo, hacer las correciones de color pertinentes para conseguir la apariencia adecuada para cada secuencia. Cualquier detalle que se escape de lo real puede arruinar la escena y, en consuecuencia, toda la película. De esta misión se ocupa un equipo de trabajo que dirige Dominic Parker -jefe de Víctor- en combinación con los responsables de fotografía y efectos de la película y, el especialista canario, se ocupa del último paso; el toque definitivo de calidad.

Pero pese a sus 30 años de edad y cinco en este sector profesional, Víctor Tomi no es un novato en proyectos de envergadura. En los últimos años ha ido aumentado sus responsabilidades por el que era contratado, la mayoría de ellas películas de grandes productoras que externalizan este servicio a través del estudio londinense One of us. Miss Peregrine no es el primer gran título en el que desarrolla su talento: Everest (2015), en el que se narra la tragedia sufrida en mayo de 1996 por un grupo de escaladores; Jupiter Ascending (2015), de las hermanas Wachowski, creadoras de la saga Matrix; Exodus, de Ridley Scott; Under the Skin (2013), un título de ciencia ficción de Jonathan Glazer protagonizado por Scarlett Johansson y que Víctor reconoce como el film en el que más se ha involucrado; Monuments Men (2014), con George Clooney, Matt Damon y Bill Murray; Un Plan Perfecto (2012), de los hermanos Cohen; o La Mujer invisible, de Ralph Fiennes (2013). Tomi también ha participado series como The Crown o Halo.

Su carrera, con solo cinco años en el negocio, se encuentra en un momento clave. Su vocación siempre estuvo en el mundo del cine, sin concretar en qué segmento de esta enorme industria. Víctor se licenció en Comunicación Audiovisual, estudios que cursó en Barcelona, y dio el salto definitivo al matricularse en el master de la National Film and Television School, de Londres, la escuela donde estudió Posproducción digital, ahora llamado Efectos digitales. Ahí fue donde aprendió a tratar los efectos, a realizar el etalonaje y a hacer las correcciones necesarias en el color o la luninosidad para que se integren en la imagen grabada. Tras dos años de formación se quedó en Londres al ser una de las capitales mundiales en efectos visuales.

"En España se hace poco comparado con Londres, pero si el proyecto es bueno e interesante yo estaría encantado de volver por una temporada. Pero Londres es donde más trabajo hay en este campo", explica éste antes de apuntar que si bien Los Angeles ha bajado ahora se imponen Londres, Vancouver y Singapur en todo lo relacionado con los efectos.

Burton, satisfecho

Desde 2011 trabaja en la empresa One of us, bajo la estela de Dominic Parker, su supervisor de efectos visuales como director creativo y uno de los tres fundadores de One of Us. Esta empresa del Soho londinense se ocupa de todas las fases de producción, desde la planificación, la fotografía y la posproducción. En esta última parcela se encuentra Víctor Tomi y es, probablemente, en la que más destaca una compañía que se ha convertido en uno de los estudios esenciales para las grandes productoras nortemaericana en los efectos visuales.

El especialista grancanario señala que en la mayoría de sus trabajos tiene algún tipo de contacto con el director o los responsables de la película. En esta no pudo conocer y tratar a Tim Burton por la cantidad de efectos que incluye la película y el poco tiempo del que disponen para ajustarse a los plazos de entrega, pese a que su trabajo para esta película se extendió durante un año completo. "Nos hizo saber que le había gustado especialmente el resultado de las abejas. No solo consideraba bien integrado y que aportaba al personaje concretó sino al resultado de toda la película, porque ayuda a crear la atmósfera que él quería y que lo diga él es motivo de orgullo", apunta.

Sus ambiciones más inmediatas giran en torno a un mayor control creativo sobre cada proyecto. "Ese es mi objetivo. Me gustaría ir aumentado mis responsabilidades para llegar supervisar un proyecto de grandes efectos por mi cuenta", explica antes de señalar que no se plantea pasarse a la dirección, pese a que cuenta con experiencia en cortometrajes, y especialmente, en el rodaje de videoclips musicales. "He hecho un poco de todo pero con el tiempo me he dado cuenta de que lo que se me da bien es esto. He ido aprendiendo a apreciar los efectos especiales y todo lo que se esconde detrás, porque al principio es algo que no entiendes. Muchos de los efectos se hacen con una idea de invisibilidad, para que el que vaya al cine no lo perciba. Pero lo que siempre tuve claro es que me gusta más la posproducción que la dirección", valora.

Entre los directores que más admira y con los que le gustaría trabaja destaca un nombre: Christopher Nolan. Víctor considera al autor de El Caballero Oscuro, Origen o Memento un director que cuida "con especial gusto los efectos". Además, señala a directores con una estética especial como Michel Gondry. "De momento, me vienen más proyectos interesantes", anuncia.