El colmo para Bruce Wayne sería que uno de sus pupilos se manifestara en su contra. Y eso es lo que sucede en este álbum en el que él y Lex Luthor se disputan la concesión de un diseño militar. El rebelde, que surge durante la transacción, resulta ser un robot gigante fabricado en la empresa del Hombre Murciélago. El dibujo de Portacio es tan explícito como funcional y barroco, convirtiéndose en el mejor medio para un guión repleto de flasbacks al pasado.
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