Los conatos de música elaborada y sensual que se dejaba entrever en su anterior Casa de socorro y que se alternaba con el clásico dreampop de sus primeros discos, se confirma en este nuevo trabajo donde el grupo leonés se introduce en una cotidianidad algo surrelista que recuerda a Sr Chinarro. Con un dominio de los teclados, y una ausencia casi total del bajo y la batería, Pablo Álvarez y Fernando de la Flor logran atmósferas s envolventes y enigmáticas donde todas las historias mantienen el aroma de las primeras bandas de Donosti tipo Le Mans o Family. Así sucede en títulos como Fotogramas o Pamplinas. Una evolución realmente ejemplar.