El Premio Nobel de Economía de 2017 ha recaído en Richard H. Thaler. Es la segunda vez que se premia una corriente de la disciplina económica que ya es inevitable para entender que las predicciones económicas no son pura matemática, ni ecuaciones paramétricas duras y secas, sino también estudio del comportamiento humano. Dice Thaler: "Todos somos seres humanos, Homo Sapiens. Por el contrario, el problema reside en el modelo utilizado por los economistas, un modelo que sustituye al Homo Sapiens por una criatura ficticia llamada Homo Economicus". Thaler tiene traducido al castellano, desde 2016, su obra The making of Behavioral Economics Misbehaving (2015), prologada por el sociólogo español Manuel Conthe, y con una frase liminar de Wilfredo Pareto, a quien él llama economista, pero que fue un peligroso y preclaro filósofo estudioso de las elites. En el último Encuentro de Filosofía Intercultura, celebrado en Las Palmas, tuve ocasión de departir largamente con el filósofo Markus Gabriel, quien me comentó que está preparando actualmente un texto para estudiar la naturaleza y dinámica del dinero, y tiene como dos de los enfoques importantes los de Thaler y Kahneman, ambos Premios Nobel, y principales epónimos y epígonos de la escuela psicologista en economía. Justamente, también expuse en mi conferencia la naturaleza misma de los comportamientos económicos como vinculados a la inteligencia colectiva, de un lado, y de otro lado el asesoramiento del propio Thaler al expresidentede EEUU, Obama. En efecto, los profesores Cass Sunstein, de la Harvard Law School, y el economista Richard Thaler, de la Universidad de Chicago, publicaron un libro al alimón, en 2008, en el que manifestaban el interés de que "las políticas gubernamentales pueden ser diseñadas de manera que empujen a los ciudadanos hacia ciertos comportamientos y elecciones". Existe una orden ejecutiva de una propuesta política en EEUU, de 2013, titulada Fortalecimiento de la Capacidad Federal para el Conocimiento de la Conducta. El estado norteamericano se encaminará como objetivo a efectuar operaciones psicológicas planificadas para utilizar la información y otros indicadores psicológicos y cognitivos para influir en las emociones, motivaciones, razonamientos y comportamiento de grupos e individuos. Se trata de hacer más fácil influir en las masas y dirigir su pensamiento para homologarlo acorde a los objetivos del gobierno. Esta propuesta política de 2013, denunciada por Fox News, nacía de un programa parecido del Reino Unido, ya que en 2010, el primer ministro británico David Cameron, creó un grupo de asesores en conocimiento de la conducta "que a través de un proceso de rápida experimentación iterativa (probar, aprender, adaptarse), ha identificado y probado con éxito las intervenciones que mejor ayudan a las prioridades del gobierno británico, consiguiendo que el gobierno ahorre 1.000 millones de libras esterlinas en los próximos cinco años". Anthony Cuthbertson, el 25 de setiembre de 2014, en International Business Times publicó Karma Police: From Facebook to porn, GCHQ surveillance tool tracked browsing history of every web user, donde informa de una operación de vigilancia masiva que ha llevado a cabo en el Cuartel Gubernamental de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ), nominada Karma Police, y que consiste en registrar todas las rutinas de navegación de los usuarios de Internet. Hay creados perfiles de cada internauta, incluido usted que lee y yo que escribo, con los datos de navegación, comprendidos los sitios pornográficos, los emails, las llamadas, los mensajes de texto, las comunicaciones en las redes sociales, los datos de geolocalización, etc. La documentación se publicó el 25 de septiembre de 2014, se diseñó entre 2007 y 2009, y ya en 2012 se disponía de unos 50.000 millones de metadatos en línea al día, procedentes de internautas de 185 países, y a finales de 2015 se esperaba que alcanzara el doble de capacidad, 100.000 millones de metadatos diarios. Ahora sí que la disciplina económica está preparada para un control social efectivo. De las tesis de Daniel Kahneman, de Amos Tversky, de Richard Thaler, y sus precursores Colin Camerer o George Loewenstein, hay que esperar que el control social a través de la economía sea eficaz, eficiente y efectivo.
AMALGAMA