Musas, mecenas y amantes. Mujeres en torno al Surrealismo es el sugestivo título de su último libro. ¿Quiénes fueron esas mujeres?

Valentine Hugo, Nancy Cunard, Peggy Guggenheim, Kiki de Montparnasse, Marie-Laure de Noailles y Joyce Mansour. Lo mejor de todas ellas es su carácter rebelde y activo, solidario, entusiasta... y la cantidad de cosas que hicieron. Algunas que eran ricas, pero no inmensamente daban consejos a sus protegidos, les prestaban sus casas y les daban ánimos, que era algo muy importante. He tenido la suerte de poder entrevistar aún a personas que las conocieron (gente en Paris o Roma de ochenta o noventa años), pues ya no queda casi nadie como es natural. También entrevisté a la nieta de Peggy Guggenheim, amiga mía.

Dice usted que, en lugar de ser artistas, aspiraban a ser obras de arte en sí mismas. ¿Qué hacían para ello?

No he dicho eso exactamente. Quizá digo que alguna de ellas era una obra de arte en sí misma. Se trataba de seis mujeres que siempre salen en los pies de foto del surrealismo y que tienen una vida o carreras muy interesantes. Eran musas, mecenas o amantes o las tres cosas a la vez. Nancy Cunard nació en Inglaterra en 1896. Fue escritora, editora y periodista. Destacó por su activismo social y su mecenazgo en literatura. Hija única de un noble inglés y una heredera norteamericana, a finales de 1927 establece su residencia en Normandía, y es allí donde funda la editorial Hours Press, que utilizaba para financiar la publicación de los libros de autores noveles, beneficiándose de esta labor escritores como: Robert Graves, Samuel Beckett, George Moore, Ezra Pound, Lewis Carroll o Laura Riding. En 1928 conoce al músico de Jazz Henry Crowder, afroamericano que se convirtió en su amante y que le inició en su posterior preocupación y lucha constante por los problemas de racismo en Estados Unidos. Es así como Nancy se convierte en activista y luchadora por los derechos civiles. Su madre la desheredó por enamorarse de un negro. Era una mujer muy libre y rebelde. Durante la Guerra Civil española fue corresponsal del Manchester Guardian. Valentín Hugo nació en 1887. Fue una artista francesa. Estudió pintura en París y en 1919 se casó con el artista Jean Hugo, familia de Víctor Hugo, y fue muy amiga de Jean Cocteau. También fue mecenas de músicos y dibujante e ilustradora de libros. Peggy Guggenheim nació en el seno de una familia de magnates en 1898 en Nueva York. Fue una coleccionista y mecenas estadounidense de arte. Ayudó mucho a Dalí. Fue amiga de muchos artistas. En la Segunda Guerra Mundial huyó del París invadido y se dedicó a comprar cada día un cuadro con lo que formó una colección maravillosa de arte surrealista. En Nueva York fue una gran descubridora de Jackson Pollock. Kiki de Montparnasse, cuyo nombre real es Alice Prin, nació en Francia en 1901. Fue una modelo, cantante y actriz que se convirtió en musa de varios artistas europeos afincados en París: Chaïm Soutine, Francis Picabia, Jean Cocteau, Man Ray o Alexander Calder. Animó la escena artística de Montparnasse en los años de entreguerras, de 1921 a 1939. Marie-Laure de Noailles, vizcondesa de Noailles, nació en Francia en 1902. Provenía de una familia muy rica. Fue una artista muy influyente en el siglo XX donde resalta su asociación y mecenazgo a Salvador Dalí, Balthus, Jean Cocteau, Ned Rorem, Man Ray, Luis Buñuel o Francis Poulenc, entre otros. Destaca también su vida tempestuosa y su personalidad excéntrica. Se hizo fabricar una casa cubista en el sur de Francia por donde pasaron muchos artistas surrealistas. Joyce Mansour, nacida Joyce Patricia Adès en Inglaterra en 1928, fue una escritora surrealista egipcia. Provenía de una familia burguesa. Fue muy buena madre y muy amiga de André Breton. Sus poemas destacan por su carga surrealista y erótica, muy interesantes.

¿Ejercían realmente una influencia inspiradora en creadores de la categoría de Man Ray, Max Ernst, Beckett, Breton, Eliot y Cocteau?

Completamente. Valentine Hugo, por ejemplo, pone en relación a Cocteau y a Picasso para que se haga el Ballet Parade que si no no se hubiera ejecutado. Parade tiene música de Erik Satie y el escenario hecho por Jean Cocteau. El vestuario y escenografía estuvieron diseñados por Pablo Picasso, coreografía por Léonide Massine, y la orquesta dirigida por Ernest Ansermet.

Unas eran artistas y otras financiadoras de sus amantes, amigos y protegidos. ¿Harían lo mismo en estos tiempos de igualdad de género?

Pues ahora ya no hay tantas mujeres así, que se involucren tanto en la vida de los artistas. Hoy en día, la joven Thyssen ayuda a muchos artistas contemporáneos, pero ya no como amantes. Para solicitar el mecenazgo actualmente se acude a las empresas.

Tuvieron un papel activo y relevante en el movimiento surrealista, pero casi todas han sido olvidadas...

Peggy Guggenheim no ha sido olvidada. Era una mujer muy histriónica. Ella misma escribió su biografía. Nancy Cunard tiene dos biografías. En los años noventa del siglo XX se les empieza a reconocer, a unas más y a otras menos. Por ejemplo, Joyce Mansour es reconocida sólo en Francia. Ni en España ni en EE.UU. es nada famosa.

¿En qué se diferenciaban de las aristócratas y burguesas que también fueron musas, mecenas y amantes a la manera clásica?

Las que he escogido giran en torno al surrealismo y en contra de la patria, la religión, la familia y el Estado. Todas ellas son muy antiburguesas y rebeldes. No son de las que acuden a los salones tradicionales. Valentine Hugo y Kiki de Montpanasse, por ejemplo, terminan arruinadas. Algunas fueron muy promiscuas y con múltiples amantes.

¿Fueron los años del Surrealismo más propicios a esas relaciones que, por ejemplo, los del Impresionismo?

En el impresionismo sólo destacaron dos mujeres, Berthe Morisot y otra, pero aparte de alguna americana, no hubo mecenas en el siglo XIX. En cambio en los años veinte, treinta y cuarenta del siglo XX las mujeres estaban ya un poco más liberadas. En el constructivismo ruso y en el surrealismo aparecen ya muchas mujeres como amigas y mecenas.

¿Han sido ellas inmortalizadas en la obra de sus amigos y protegidos?

Sí, todas han sido pintadas y muchas, fotografiadas. Han sido ensalzadas por sus protegidos.

Su relato, ¿es rigurosamente histórico o contiene partes noveladas?

Es completamente histórico porque yo soy Historiadora de Arte. No me gusta novelar. Para hacerlo me inventaría una novela completa. Estoy totalmente en contra de este tipo de historias noveladas. Se hacen para vender mejor los libros.

Son trece los títulos de su bibliografía activa, íntegramente dedicados a temas de arte. ¿Cuál será el campo de estudio de su próximo libro?

Estoy escribiendo mis memorias, mi vida, muy interesante y rebelde en mi juventud. Las jóvenes podrán ver lo que es ser independiente. En el año setenta y dos ya me fui de casa cuando poca gente lo hacía. Es un género totalmente distinto de los anteriores que he tocado. Llevo ya dos o tres años con el proyecto. Otro que estoy llevando a cabo es un texto para el catálogo de la retrospectiva de Valentine Hugo en Francia del año que viene. También escribo en El País una vez al mes.

Ha sido comisaria de sesenta y seis grandes exposiciones en España, Francia, Italia y Alemania. ¿Hay diferencias notables en la percepción del arte en esos países?

En Francia le dan el triple de importancia a la cultura que en España y aportan mucho más presupuesto. Para acceder a un museo hay que superar unos concursos muy duros. En Inglaterra ocurre lo mismo, sobre todo en Londres. Todo es más privado, pero hay muchas exposiciones. Italia está igual que España, pero tienen mucho patrimonio histórico. En arte contemporáneo, en cambio, tienen menos museos que nosotros.

Como doctora en Historia del Arte, también es profesora universitaria. ¿Están las enseñanzas artísticas debidamente desarrolladas en este país?

No, las han quitado de las primeras enseñanzas. Es algo lamentable. Depende luego de cada universidad. En Madrid y Cataluña se enseñan bien. Mis alumnos me dicen que explico de una manera distinta porque muchos profesores les hacen memorizar, pero lo que yo hago es hacer comprender el arte, desde Pollock a nuestros días. Explico, tanto el surrealismo como el action painting, y desarrollo el siglo XX, entre otras enseñanzas.

¿Considera adecuados los medios de proyección exterior del arte español contemporáneo?

No, son insuficientes.

La Asociación de Artistas Visuales de Canarias (AICAV), que promueve la presentación de su libro, lucha sin tregua contra las barreras fiscales que coartan la circulación exterior del arte de las Islas. ¿Apoyaría esta acción si se lo piden?

Sí, es una injusticia para Canarias.