"Se creó una leyenda sobra la muerte del general Balmes porque había que proteger el honor de Franco. Que Franco pudiera ser caracterizado como un asesino es algo muy difícil de tragar para ciertos militares".

El historiador Ángel Viñas expuso este jueves por la noche en el Club LA PROVINCIA la detallada investigación que le ha llevado a concluir que la muerte de Amado Balmes, en el campo de tiro de la Isleta el 16 de julio de 1936, a sólo dos días de la sublevación militar que degeneraría en Guerra Civil, tuvo poco de accidental y mucho de asesinato ordenado por el propio Franco para remover a quien podía oponerse a sus planes sediciosos: "A Balmes lo mataron. Obviamente Franco no disparó, estaba en Tenerife, alguien disparó por él".

Viñas, que está en Gran Canaria invitado por la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas, presentaba su último libro, El primer asesinato de Franco, escrito en comandita con el patólogo Miguel Ull -quien compartió el acto con el historiador- y el especialista en temas aeronáuticos Cecilio Yusta.

El asesinato de Balmes, jefe de la guarnición de Las Palmas, es para Viñas la culminación de una trama cospirativa urdida a fuego lento por Franco desde febrero de 1936. "Es un proceso que no se conoce bien. Pero Franco llega a Canarias y desde el primer momento empezó a conspirar", señala. Dicha conspiración, coordinada con el general Mola, reservaba para Franco la sublevación en el Archipiélago, mientras que Mola lideraría la de la Península y Baleares: "Las ambiciones de Franco eran limitadas en aquella época".

Franco, comandante militar de Canarias, debía contar, para garantizar el éxito de la sublevación en las Islas, con el apoyo de la guarnición de Las Palmas, pero Balmes "no estaba por la labor", explica Viñas. Así que en mayo Franco decide que había que quitar de en medio a Balmes. Ese mes ya solicita que se envíe un avión a Gran Canaria, el infausto Dragon Rapide, en el que partiría de la Isla el 18 de julio para arrancar la sublevación.

"Franco comienza a acariciar la idea de que hay que eliminar a Balmes. Esa idea va creciendo en junio y a principio de julio culmina. Había que sublevar la guarnición de Las Palmas y empieza a generar un espíritu de sublevación en la guarnición", relata el historiador.