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Entrevista | Pepa Aurora

"He retirado los cuentos machistas, escatológicos y los de princesas"

"He adaptado todos los relatos al lenguaje, formas y dichos de hoy en día y he eliminado los desfasados", manifiesta la escritora

"He retirado los cuentos machistas, escatológicos y los de princesas"

El conjunto de su obra para pequeños y jóvenes lectores es sin duda el gran "clásico" educativo de las Islas...

Es informativo porque habla de la flora, la fauna y el espacio donde se vive, pero también educativo para el lector. Aporta pautas a los profesores para que trabajen la lectura y también la poesía, lo figurado, así como la educación ecologista y de amor a la tierra que yo espero de la obra. He escrito siete libros de poemas. Los maestros me conocen y los niños también. Me parece de gran valor cuando un niño conoce un libro y a una escritora.

Cuentos de la tradición oral en Canarias , su último título publicado, recopila los que usted escuchó a su madre. Suena muy bien?

He recopilado tres libros de la tradición oral. El primero se titula Cuentos de Brujas, Miedos y Misterio que se publicó hace unos cuatro años y va también por la tercera o cuarta edición. Los Cuentos de la tradición oral en Canarias lo son de la española y universal que se contaron en las Islas a partir de la Conquista. Tengo un tercer libro muy interesante a la espera de poder editarlo que se refiere a cuentos que no pertenecen a esa tradición oral, que las madres cuentan como cubiertos por una pequeña metáfora, tal vez por miedo, pero que escucharon de sus antepasados. También he descubierto frases de historiadores como Antonio Cedeño que hacen alusión a pequeños refrancitos sobre el tiempo, que las mamás canarias contaban a sus niños en los siglos XVI y XVII. Y esos refrancitos se siguen contando en todos los pueblos de todas las Islas, adaptados a las costumbres nuevas que las madres aprendieron. En La Gomera, por ejemplo, se expresa: "la niña está enamorada", pero el resto de niños canarios dicen "la virgen está planchando". El significado es el mismo en uno y otro caso. Aquí en Gran Canaria los niños conocen los refrancitos populares que aprendieron de sus abuelos.

¿Cómo hace para encontrar un lenguaje asimilable desde los 8 años? ¿Está pensado para la sensibilidad de hoy?

He adaptado todos los cuentos al lenguaje, formas y dichos de hoy. De este libro he retirado los cuentos desfasados, los machistas y los escatológicos que abundan en la tradición oral española. También, los de príncipes y princesas, porque las madres no tienen que criar a los niños como príncipes para que se conviertan en machistas insoportables ni a las niñas como princesas para hacerlas desgraciadas. Las princesas ya no existen. Hay que aprender a defenderse en la vida. He quitado estos cuentos ñoños y algunos los he adaptado. He visto como las madres en cada época han amoldado las historias aprendidas de sus antepasados a la realidad del momento para contarlas a sus hijos y enseñarles aspectos que aplicar a su vida real. Por ejemplo, el cuento La Flor de Lililá, de la tradición oral española, fue cambiado por las madres canarias de forma muy original por La Flor del Oroval, una planta con propiedades curativas que se da en las Islas. Hay muchos cuentos en la tradición oral española relativos a la muerte donde se les explica a los pequeños lo que esta representa.

Para leer y contar es el subtítulo de esta recopilación. ¿Son valores equivalentes, o prefieren los niños uno de ambos?

Prefieren uno de ambos, pero con este libro me he llevado una gran sorpresa porque cuando acudo a los colegios los niños de primaria que han leído mis libros me cuentan las historias con gran ilusión. Les resulta fácil aprenderlas y eso que son de retahílas o encadenados. Es una buena forma de trabajar la expresión oral.

¿Qué impacto recibe al ver a los niños de hoy absortos en sus "pantallitas"?

En las escuelas, gracias a Dios, todavía no se permite tener pantallitas ni teléfono. Cuando veo a un niño enganchado a una me produce una pena tremenda porque parece que se está cortando el cordón que los une a sus padres y que implica conversación y expresión oral para esos jóvenes poder defenderse en la vida.

¿Será un fenómeno efímero, o se trata de un peligro decisivo para el desarrollo humano y cultural de niños y adolescentes?

Es un peligro. Pienso que si hubiera un sistema pedagógico que mezclase de forma equilibrada los medios audiovisuales con el resto de la formación los niños sabrían emplearlos con responsabilidad.

¿Cree entonces que la docencia actual está asimilando positivamente esa "digitomanía"?

Sí, creo que incluso hay maestros que están intentando buscar una armonía. Para mí la enseñanza primaria es fundamental en el desarrollo de la vida de una persona. En las horas lectivas el maestro debe habituar a los niños a una serie de cosas fundamentales para su vida adulta. Por ejemplo, habituarlos a la lectura y a la escritura, al lenguaje bello, al aprendizaje de los poemas, de lo figurado y a descubrir las palabras. Dentro de la lectura y la escritura yo también englobo todo lo social. Se está eliminando de la escuela todo lo que hace que las personas seamos seres humanos.

De los 35 relatos de este libro, ¿cuáles cree más interesantes para los jóvenes lectores?

Los he separado por edades. Los primeros son para niños más pequeños, luego para los de edades intermedias y los últimos diez, para los de quinto y sexto de primaria, incluso para los de secundaria. Cada niño tiene una necesidad diferente y asimila los cuentos que le convienen. Por ejemplo, incluyo un cuento de un pescador cuya mujer era una egoísta. Al niño le interesará o no según sus necesidades. O puedo hablar del gallo machista Kiriko...

No están nada mal tres ediciones a sólo un año de la primera. Parece un dato esperanzador.

Tengo libros ya con muchas ediciones. Para mí sí es extraordinariamente esperanzador porque se trata de cuentos de la tradición oral que parecían ya olvidados, que los niños no conocen o que los maestros ya han olvidado. Sin embargo, personas de mi generación y más jóvenes los habían escuchado. Al poner de nuevo estos relatos en circulación se rescatan del olvido y a los niños les permiten habituarse a la lectura.

Alegra ver en el libro el sello del Centro de la Cultura Popular Canaria, que en los últimos años ha reducido drásticamente su ritmo editorial. ¿Sigue habiendo vida más allá de la pantalla?

A pesar de haber reducido su ritmo editorial yo siempre he tenido una oportunidad en el Centro de la Cultura Popular para editar. De no ser por este Centro muchos escritores en Canarias no existiríamos. Ese primer empujón que te ofrece una editorial publicando un libro tuyo es fundamental en tu vida como escritora. Edirca también me ayudó. Me dio la oportunidad de empezar a caminar y de asegurarme de que lo que hacía no estaba mal. Fue la primera que me editó. Se trató de una empresa extraordinaria que se cerró. A mí me introdujo un libro infantil que se llamaba El Tallero. Muchos escritores tenemos que darle las gracias, tanto a Edirca como al Centro de la Cultura porque nos han aportado dignidad a la hora de editar.

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