La realidad del cuerpo humano sin arreglos ni photoshops. Eso es lo que uno se encuentra cuando visita la exposición del fotógrafo grancanario José Tándem La verdad desnuda que se inaugura hoy, jueves, a las 20.00 horas, en el Club LA PROVINCIA y que incluye 45 imágenes de personas anónimas que muestran con orgullo su propio físico con todas sus imperfecciones. La muestra, que permanecerá hasta el día 28 de noviembre, se puede visitar en horario de 18.00 a 22.00 horas.

El propio Tándem explica cómo empezó todo. "Yo hacía muchas fotos de publicidad y, en un momento dado, alguien me hace ver que era muy fácil retratar a chicas tan jóvenes y estilizadas. Entonces empiezo a pensar de qué manera podía mostrar a la gente que en el siglo de la imagen la suya también era importante, y no solo el de esas personas que aparecían en las portadas de las revistas, sino la imagen de la persona real". Para el fotógrafo la muestra es un grito de la gente corriente de decir ´es verdad, estamos aquí, no somos invisibles´.

"El photoshop es una herramienta maravillosa, pero nos está creando un montón de frustraciones entre la población absolutamente normal, porque en las portadas de las revistas no se ve reflejada". El artista subraya que esa persona que esas modelos no existen realmente "ya que se le ha estrechado la cintura, aplanado el busto, blanqueados los dientes, estirado las piernas. Y hasta un largo etcétera. Y estamos persiguiendo un ideal de belleza inalcanzable incluso para los propios modelos, con lo cual las frustraciones van a más". En su opinión, eso en una población joven puede causar estragos. "Si los causa en gente mayor, que ha vivido y tiene las heridas de la vida, no queremos imaginar lo que puede suceder en gente más joven".

A la hora de seleccionar a los modelos hay que destacar el trabajo de producción de Natalia Medina que se encargó de citar y atender a todo el que venía. "Llegaba la gente con un montón de temores porque le daba vergüenza mostrar sus estrías, celulitis, pechos caídos, cicatrices. Pero lo divertido es que, tras pasar unas 500 personas por el estudio, todo el mundo tenía exactamente los mismos miedos que lograron superar. Yo siempre digo que no es solo una exposición fotográfica, sino de almas desnudas".

En la muestra destaca un cuadro formado por seis pieza de siete metros de largo y que contiene 540 fotos. "La idea era que el público se acercara a esa parte que nosotros hemos llamado El mapa humano y se identificara sin haber posado, para que así descubriera cuál era su cuerpo, su sobrepeso, medidas, o talla. Y la parte más divertida es cuando descubren que todos tenemos los mismos temores", aclara.

José Tándem reconoce que "hay quien vive su cuerpo como una auténtica cárcel, quiere salir de él y refugiarse en otro. Pero creo que no he encontrado a nadie que esté absolutamente satisfecho de su cuerpo. Sin embargo, cuando hacíamos grupos de personas por edades, la gente venía, se quitaba la ropa, posaba, y se veían exactamente iguales. Por eso, cuando ves la exposición te das cuenta que no hay problemas de exponer la verdad".

La exposición comenzó en 2015 pero desde el año pasado empezó a tener reconocimiento con su presencia en Santa Lucía, y la Bienal de Tenerife. El próximo paso es una muestra compartida en Córdoba y Málaga con Ouka Leele y Rafael Roa en un proyecto que se llama Invisibles. La exposición es sin ánimo de lucro, pero el artista intenta sufragar los gastos elevados con ventas de postales y camisetas en la muestra, entre uno y quince euros.

"La fotografía es un 50% el enfoque, un 40% la luz, un 30% la localización o los modelos. Y luego un 10% que nadie sabe lo que es, pero que es lo verdaderamente importante", afirma Tándem. "Y estas fotografías, por si mismas, están desnudas, son en blanco y negro, con una sola luz, y por eso busqué la parte más intimista, lo menos que se despacha". Por este motivo, la exposición está a caballo entre una muestra de belleza y un estilo de reporterismo de fotografía social que no se practica. "Estamos acostumbrados a ver anuncios que nos hablan de la mujer real. Pero las modelos dicen que ellas también son reales, pero sus imágenes están retocadas, por eso realidad poca. Aquí no se eliminan ni marcas de ropa interior, ni de calcetines, ni nada".

Son, en definitiva, imágenes que valen más que mil palabras, cuerpos con estrías, pechos caídos, piel seca, cicatrices, arrugas o manchas. Y contrastes de personas con problemas opuestos a través de un debate interno que cada cual sostiene y que está plasmado. "Mi cuerpo es el soporte físico que representa mi yo y el desnudo muestra una verdad con exactitud", aclara.