Nació en Bielorrusia pero actualmente reside en España porque "no se siente identificada con su país" como ha declarado en alguna ocasión. Háblenos un poco más sobre esa pérdida de identidad?

Bielorrusia es un país complicado y siempre lo ha sido (desde que se considera un país). Yo nací en lo que todavía era la URSS, pero cuando tenía casi 10 años, como todo el mundo sabe, mi país natal dejó de existir. El cambio fue brusco, pero necesario. Ahora bien, todo lo que pasó después no podría ser de agrado de nadie que tenga algo de sentido común. Bielorrusia, como otros tantos países del Este, es un país que sigue siendo homófobo, racista y machista.

Piensa entonces que en España las cosas funcionan mejor?

Sé que en España las cosas tampoco van como nos gustaría, pero comparado con aquello, esto es un paraíso. Desde la adolescencia no me sentía cómoda en un ambiente en el que se valoraba más mi aspecto que mis aptitudes y en el que lo más importante era casarse y formar una familia cuanto antes para no desencajar. Así que cuando cumplí los 19 años me marché a España.

Usted padece fibromialgia y habla abiertamente de ello en las redes sociales. ¿Deben las personas con tirón mediático aprovechar su visibilidad para concienciar sobre determinados temas?

Precisamente las personas más mediáticas deberían "atreverse" a mostrar más lo que es su día a día real, por muy difícil que sea. No es fácil, porque la vulnerabilidad está mal vista, al menos en España. Últimamente tenemos muchos casos de gente famosa en Estados Unidos que hablan de sus enfermedades o trastornos de una forma abierta: Lady Gaga, Selena Gómez, Catherine Zeta-Jones, Ryan Reynolds, Lena Dunham. Pero en España apenas tenemos noticias similares.

A qué cree que se debe?

Estoy segura de que se trata de la inseguridad: los enfermos crónicos pensamos que los demás dejarán de "querernos" por no ser perfectos e insistimos en mostrar la mejor cara. Sin embargo, cuando yo hablé de fibromialgia en mis redes, he recibido tantísimo apoyo (que no compasión) que me pregunto si ese rechazo hacia las enfermedades es algo que nos inventamos los propios enfermos.

Empezó a escribir en su blog Intersexciones que acumuló miles de visitas, ¿cuál fue la clave para su éxito?

En uno de sus libros, la escritora Delphine de Vigan dice algo muy certero: "la gente está harta de los vendedores de humo, los lectores esperan otra cosa: esperan "lo verdadero", quieren que les cuenten la vida". En Intersexciones contábamos la vida, hablábamos de lo que nos puede pasar a todos y los problemas con los que se encuentra cualquier ser humano. Y creo que tuvo éxito precisamente por eso.

Sin embargo, ha cerrado el blog. ¿Por qué?

La vida son etapas pero en cada etapa tenemos que ser lo más felices que podamos, a pesar de que la sociedad nos lo intente impedir en cada esquina. Yo perdí la ilusión por hablar de relaciones de pareja. No sentía esa pasión con la que antes abría el portátil cada mañana. Y no hay nada que deteste más que escribir por escribir.

En 2014 publicó El mercado está fatal , una crítica hacia las relaciones del S. XXI. ¿Tan mal nos va en el terreno sentimental?

Nos va todo lo mal que permitimos que nos vaya. Creo que estamos muy mal acostumbrados a la inmediatez, al cambio, a tener caprichos y cumplirlos a toda costa. De ahí que nos hemos vuelto "selectivos" como solemos decir con orgullo. Pero sospecho que más que selectivos somos intolerantes: cualquier fallo de nuestra pareja ya es un motivo de separación. Qué decir sobre conocer a alguien, con esta lista de exigencias mentales.

¿Cree que las redes sociales son la causa del aumento de infidelidades o fracasos sentimentales de los últimos tiempos?

Las redes sociales no tienen culpa de nada, si eres infiel en la vida real, lo serás en todos lados. Si eres posesivo y celoso en casa, lo serás en Instagram. Las redes sociales tan solo son un reflejo de lo que somos y una herramienta para mostrarlo.

Un año y un día es su obra más reciente. ¿Cuánto hay de Alena en esta novela?

En todos mis escritos hay una parte enorme de mí misma. No percibo la escritura de otra manera. Es cierto que muchos me preguntan si mi novela está basada en hechos reales. Un año y un día es autoficción: hay parte autobiográfica y partes de experiencias ficticias.

¿Es quizá la historia que más le ha costado escribir?

Este libro es muy íntimo para mí, pero a la vez es un experimento arriesgado, ya que se escribió del tirón, sin hacer segundas o terceras revisiones, sin dudar del contenido ni pensar si vale la pena o no. Siempre he dicho que Un año y un día no fue escrito, fue vomitado, ya no podía seguir dentro de mí.

Por lo que puede ser el libro de cabecera cuando alguien está superando el duelo de una ruptura?

No sé si puede serlo, yo no debo etiquetar mi propio trabajo. Pero he recibido muchísimas cartas de las lectoras (y algunos lectores) que se sintieron identificadas con la historia, que lloraron y también se divirtieron con ella. Y solo por eso ya ha valido la pena escribirla.

¿En qué proyectos está trabajando hoy por hoy?

Estoy creando una nueva web donde publicaré mis trabajos y, a la vez, estoy escribiendo otras cosas. Me cuesta hablar de mis proyectos porque la vida cambia tus prioridades de un día para el otro, y no hay nada que me moleste más que prometer algo y no cumplirlo.