La mejor estrategia para atraer a más públicos a las salas de arte es lograr una implicación total del espectador con las propias obras. Y eso es lo que consigue la exposición Inexterior que, desde el pasado jueves y hasta el 14 de junio, se puede visitar en las dos salas de arte de la Fundación Mapfre Guanarteme a través de 35 obras de siete artistas.

Las piezas, que se mueven en el campo de la fotografía y la instalación, están distribuidas en dos salas diferentes. La primera, situada en la calle Juan de Quesada 10, acoge a los artistas Shizuka Yokomizo, David Lachapelle, Lori Nix, Miwa Yanagi, Julian Rosefeldt y Gianfranco Foschino. Mientras que la segunda, en Castillo 6, se centra en Chris Verene. La muestra, comisariada por Ángel Luis de la Cruz, incluye obras pertenecientes a la galería tinerfeña Leyendecker que celebra así sus 40 años de historia.

La doctora en Historia del Arte, Noemí García Feo hizo un recorrido por ambas exposiciones el día de la inauguración. "Vivimos una era en la que parece que existe una muerte del público por las nuevas tecnologías y no va la gente a las galerías, por lo que es necesario nuevos estímulos". Y eso lo ha querido mostrar en este proyecto en el que el visitante asiste a "una realidad cambiante y cómo influye lo que nos rodea". Nada más entrar en la sala de la calle Juan de Quesada, el espectador queda hipnotizado con cuatro instalaciones de Gianfranco Foschino que, aparentemente son videocreaciones de paisajes estáticos, pero que reflejan una naturaleza cambiante de una forma sutil y minimalista. Es "una aparente eternidad contemplativa', como aclara la experta, con la naturaleza en calma pero imponente en paisajes canarios. Justo a su lado la japonesa Shizuka Yokomizo refleja en All una realidad menos amable, con una serie de prostitutas captadas en una intimidad y que la autora firma con un beso suyo. Es el acto del empoderamiento de la mujer consumado, la defensa del género y posibilidad de visibilizar la realidad de las trabajadoras del sexo, en "una manipulación de la disposición y el consumo", asegura.

Ochenta

Una gran parte de la sala la ocupan las fotografías de David Lachapelle, el fotógrafo de los artistas de los ochenta, en dos facetas muy diferentes. Por un lado, aparece Michael Jackson como si fuera el arcángel San Miguel derrotando al demonio. y por el otro, refleja a los modelos en cubetas de agua, "como ese emerger de la profundidad, del que se está ahogando" y que es una metáfora de su agotadora vida social que casi acaba con él.

Aún más impresionante es Miwa Yanagi con una colección oscura y tétrica, de fotografías en blanco y negro, con tres obras de la serie Fairy tales, que refleja cuentos infantiles de los Grimm y Andersen en su versión más tenebrosa. Así, vemos a Caperucita Roja con la abuela dentro del lobo, las niñas que viven encerradas con el único valor del crecimiento incontrolado de su pelo. Pero llama la atención un reflejo del famoso cuento La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada de García Márquez, sobre la niña que es obligada por su abuela a prostituirse tras quemar su casa accidentalmente por una vela. Una forma magistral de ver el lado gore y violento de unas historias en la que destacan personajes crueles. La siguiente fotógrafa, Lori Nix, es un giro de 180 grados ya que su obra personifica la ruina apocalíptica con una mensaje de deterioro donde la naturaleza se sobrepone a cualquier cosa. Obras sobre maquetas que luego han sido destruidas, captadas en un Texas repleto de catástrofes naturales, y que, en definitiva, son "la devastación de una civilización inventada".

Finalmente, Julian Rosefeldt muestra en American night al hombre rudo en contacto con la naturaleza mirando hacia el paisaje y que se contrapone con la foto de la mujer sola en un páramo , en la intimidad, con una estética muy cinematográfica.

La segunda sala, en la calle Castillo 6, acoge la obra de Chris Verene que retrataba a su familia con las cosas del día a día. Un homenaje "a la belleza rutinaria", en palabras de la experta, que te invita a que formes parte ella, con una estética emparentada con el indie musical de los noventa.