Un dragón de 25 toneladas y 20 metros, revive las ilusiones y los temores infantiles en el Parque Santa Catalina con dos representaciones este sábado y el domingo a la 21.00 horas, dentro de la 23.ª edición del Festival de Teatro, Música y Danza.

Se trata del espectáculo Dragonautes, de la compañía francesa Planète Vapeur, que actúa por primera vez en Canarias, y que presenta una puesta en escena en la que se mezcla la gran monumentalidad del dragón con un grupo de actores que interpretan a personajes fantásticos, mitad hombres y mitad bestias, y que estarán custodiado por la batucada grancanaria Samba Isleña.

El objetivo "es retomar el imaginario que todos hemos tenido en nuestra infancia y ver cómo se topa de nuevo con la realidad en la que vivimos", señaló director de escena de este espectáculo de teatro de calle, Pierre-Loic Laine, durante la representación. Con esta idea, la compañía francesa pretende devolver al público "esta ilusión de la infancia" pero advierte, al mismo tiempo, "que es un dragón amable y, a la vez, inquietante que puede llegar a crear pánico y diferentes emociones de belleza y sorpresa al espectador". Laine hizo estas declaraciones en una presentación en la que estuvo acompañado de la directora del Festival de Teatro, Música y Danza, Marisol García, y de la asistente de dirección artística Françoise Izac.

El director destacó la participación exclusiva de la batucada Samba Isleña, cuyos integrantes por un día se convertirán en actores bajo una dramaturgia, "algo que también servirá para ampliar su experiencia artística".

Imaginario

"Cuando somos niños tenemos el imaginario muy presente, pero de adultos nos tenemos que enfrentar a la realidad y el espectáculo sirve para abrir la ventana a este imaginario", aseguró Laine. La propuesta, por tanto, es como "dos mundos que se puedan encontrar, por un lado el mundo imaginario y por el otro el actual". De este modo aparecen extraños seres de un lugar que no sabemos si ha existido o no, con la intención de "traerlos a una relación con la existencia actual y a través de una catarsis en la que se encuentran dos universos".

El dragón es una criatura eterna, símbolo de la mitología por excelencia, que viaja a través del tiempo y de las culturas. Con Dragonautes, un dragón irrumpirá en la ciudad, durante cerca de dos horas, como una alucinación fantástica. Su diseño de huesos y cuero hace visible también su complejo cuerpo mecánico. Cuando su garganta ruge, su gran cabeza abre la boca y pasa por encima del público.

Durante el recorrido, el dragón misterioso se impone, muestra su afilada dentadura y su hálito sale en forma de humo generando una gran expectación entre los más pequeños de la familia.

"Detesto los espectáculos infantiles o para adultos muy light tipo Disney", aseguró el director. "Aquí se intenta devolver al público el sueño de la infancia pero con un dragón que pueda crearle emociones que no sean azucaradas", aclaró. Por su parte, Françoise Izac, señaló que se trata de un dragón de hierro con todo el sistema hidráulico que necesita un mecanismo de estas dimensiones, pero que se mueve como una gran marioneta. "La manipulación es muy complicada y los operarios tienen que mirar las alturas y las anchuras, y el movimiento hidráulico del cuello es complicado pero muy seguro".

Durante el montaje, la historia se desarrolla de tan forma que el animal mitológico se eleva diez metros sobre el suelo mostrando su fuerza bruta pero es capturado por una horda de personajes fantásticos. Son seres de otro mundo, pertrechados con corazas y pieles, algunos con zancos para llegar más fácilmente a la bestia,S y otros desde el suelo.