Las inmensas posibilidades que proporciona el manejo de las nuevas tecnologías, pero aplicadas a la recreación de una de las leyendas aborígenes más populares que existen en Canarias. En eso consistió la representación de la obra Gara y Jonay, la catarsis electrónica que los espectadores pudieron disfrutar ayer en la plaza de Santa Ana, en el marco del 23º Festival de Teatro, Música y Danza, Temudas, y donde se narra la historia de amor de la princesa Gara y el príncipe Jonay, pero con un enfoque moderno.

Desde el punto de vista escenográfico llamó mucho la atención los efectos de animación, las imágenes digitales en dos y en tres dimensiones, y los sofisticados juegos de luces. La propuesta de vídeo mapping creada por Rafael Morán y Raúl Lacapria, proyectó en la fachada de las Casas Consistoriales imágenes que hicieron que el centro histórico de la ciudad se trasladase a las cimas de los montes canarios, se llenase de fuego. Pero desde el punto de vista artístico, fue la mezcla de danza y poesía, además del planteamiento musical, lo más destacados de todo. En este punto habría que destacar la interpretación del grupo Lajalada de una música en la que se mezclaban chácaras y tambores con electrónica, que le dio un toque especialmente original a la representación, con la fusión entre tradición y modernidad plenamente alcanzados. Cinco actores y seis bailarines canarios dieron vida a esta historia que gira alrededor del amor que vivieron la princesa Gara de la tierra del agua La Gomera y el príncipe Jonay de la tierra del fuego Tenerife. Desde una perspectiva actual, con una estética contemporánea, y reafirmando la necesidad de recuperar la relación de los humanos con la naturaleza, intervinieron los actores Pedro Martel, Saray Castro, Maykol Hernández, José Carlos Campos y Sara Guerra.

Espectacular

A ellos se unió un espectacular coro de bailarines con Josué Espino Sánchez, Michelle Marier, Juan León, Heriberto Rodríguez, Eva Álvarez y Cristina Pérez del Pino que realizaban todo tipo de complejas coreografías para simbolizar la fuerza del mito.

"Lo que ha de suceder, sucederá. El amor te llegará por mar, Gara. Pero está hecho de fuego; debes huir porque si no te traerá la muerte", señala el maestro de ceremonias a la princesa gomera para avisarla de que su amor era antinatural e imposible. "Lo que me gustaría llevarme", explicó Jonay al padre de su amada, "es sangre de su sangre. Con sólo verla entra en mí una corriente de aire puro que me hace sentir cada vez más feliz", aseguró por su parte el príncipe canario.

Gara y Jonay lucharon contra natura por mantener su amor verdadero y, finalmente lo consiguieron, uniendo sus cuerpos en uno, formando parte para el resto de la eternidad de los bosques de Garajonay. Un proyecto original que puede abrir nuevas puertas a futuras representaciones.