El periodista José Naranjo (Telde, 1971), Premio Canarias de Comunicación en 2016, se ha revelado como un excelente cronista de la realidad, la del territorio y sus gentes, del vecino continente africano. Naranjo practica un fino verbo que balancea entre el ejercicio de la profesión y las licencias literarias que se permite, entre en el ensayo y la crónica. Y esta última ha sido el recurso para enhebrar una serie de relatos que se han compilado y enriquecidos, con las correciones que el autor ha estimado oportunas.

Anoche, en el Club LA PROVINCIA, y acompañado por el también periodista Nicolás Castellano, conocedor igualmente de la realidad africana, presentó José Naranjo su último proyecto editorial: El río que desafía al desierto y otras crónicas africanas (Azulia, 2019). "Creo que de los tres libros que tengo - Cayucos (2006) y Los invisibles de Kolda (2009)- y aunque éste sean crónicas que se han publicado en los periódicos, es el menos periodístico de los que he escrito, el más, por así decirlo, que tiene una pretensión de permanencia. Los otros eran ensayos periodísticos sobre migraciones, pero éste es un relato que está muy trufado de vida real, más literario, y que LA PROVINCIA me haya dado ese espacio ha sido un lujo", señala el autor.

Una publicación licenciada por Azulia en complicidad con José Luis González-Ruano, que en su conjunto se sumerge en la "intrahistoria" de las regiones africanas que ha frecuentado, retrato de personajes, paisajes y realidades cotidianas, de las que Naranjo ha sido testigo y cronista de excepción. Estas crónicas, ahora reunidas en formato libro, fueron publicadas en LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas y en otras cabeceras de Prensa Ibérica, y fueron merecedoras del Premio Saliou Traoré de periodismo en español sobre África, que otorgan Casa África y la Agencia Efe.

"Van a descubrir a un Pepe Naranjo con más licencias literarias", advertía anoche Nicolás Castellano ante el generoso aforo que se acercó hasta el Club LA PROVINCIA. En el medio centenar de crónicas volcadas en El río que desafía al desierto, el lector se va a encontrar, según Castellano, a un periodista, un escritor "más maduro en cuanto a las formas, capaz de situarnos en una realidad en la primera frase".

Una aseveración compartida por el protagonista, porque había que estar allí para contarlo como lo ha hecho José Naranjo. "A partir de las crónicas publicadas en LA PROVINCIA, la idea era contar una África que no suele salir en los mdios y que para mí es la África de las callejuelas, donde está la vida, la de un sastre, los pibes que van al cine, la gente que lucha por sobrevivir el día a día", puntualiza el autor.

Cuaderno de viaje

Explica Naranjo que "estamos acostumbrados a una imagen de África un poco catastrofista, y la gente tira hacia adelante como puede, por eso el título del libro, que es como una metáfora de cómo la vida se abre paso a veces en condiciones hostiles". Encarar este ejercicio literario ha sido casi un juego, toda vez y tal como admite el periodista, "me he divertido mucho haciendo las crónicas y recopilándolas para el libro".

A los textos periodisticos "le hemos metido una especie de cuaderno de viaje" porque más allá de las crónicas, para el autor, este volumen supone "una especie de alto en el camino después de estar ocho años en África, recapitular, mirar un poco hacia atrás, a lo hecho. Y me ha permitido también jugar con ese doble tiempo: las crónicas por un lado, y el relato de lo que han sido mis ocho años allí".

El tránsito vital y profesional de José Naranjo en el continente, en países como Mauritania, Senegal, Malí, Ghana o Nigeria, se asoman a las páginas de este libro. La pretensión del autor no se circunscribe a poner el foco sobre la otra realidad del continente; busca la que reside en las carreteras secundarias. En palabras de Naranjo, como si un día decides salirte de la vía principal, girar a derecha o izquierda, y descubrir lo que estaba allí.

Más que ayudar al lector a comprender la realidad africana que retrata y describe el periodista, El río que desafía al desierto "ayuda a empatizar con ellos, los protagonistas, porque al final los estás viendo en las circunstancias de su vida real y te das cuenta que son gente como tú y como yo, que se levantan por la mañana, van al trabajo, se dedican a lo que hacen, y que salen hacia adelante pese a todo", reflexiona el periodista.

Esta sugerente colección de "historias del África cotidiana", tal como las denomina Nicolás Castellano, tienen aquí "mucho valor". Lo dijo anoche al presentar el acto que se desarrolló como una conversación entre amigos periodistas a los que se les ilumina la mirada cuando habla de su experiencia en África. "Son historias deliciosas que merece la pena revisar", asegura Castellano. Sobre todo, porque habitualmente "los periodistas ponemos el foco en lo extraordinario y pocas veces en lo ordinario, y aquí con Pepe Naranjo, se mezclan las dos cosas".