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CRISIS DEL CORONAVIRUS Entrevista

Manuel Lobo: "Muchas epidemias en Canarias vinieron después de periodos de hambruna"

"Los recursos sanitarios se basaban en aislar a la gente para no infectar al resto; había poca limpieza y sanidad", señala el historiador Manuel Lobo

El historiador grancanario Manuel Lobo. EFE/ÁNGEL MEDINA

¿ Qué epidemias históricas en Canarias ha investigado más a fondo?

Las epidemias llegan a Canarias después de la Conquista, es decir, con los europeos. Anteriormente, no hay noticias de epidemias. La más estudiada, en el caso de Gran Canaria, es la del cólera morbo acaecida en 1851. Hay otra muy importante que ocurrió a comienzos del siglo XVII, entre 1601 y 1607. Hubo gran mortandad en ambas. Por el cólera fallecieron entre cinco y 6.000 personas. Al vivir del comercio, cada cierto tiempo se producían epidemias. Al traer los productos que necesitábamos también se traían enfermedades. Desde el primer momento se arbitró la visita de la salud, una competencia del único ayuntamiento que había en la Isla en aquel tiempo. Cuando detectaba que venía algún barco de zonas infectadas no se dejaba a pasajeros ni mercancías bajar a tierra, de modo que las naves eran mantenidas en cuarentena.

¿Quiénes fueron los cronistas e historiadores más fiables para un investigador actual?

Las crónicas de la Conquista se consideran una fuente importante de información histórica que nos habla de un periodo donde lo que sabemos es a través de restos materiales, tales como la cerámica que dejaron los aborígenes o los enterramientos y nos permiten conocer otros aspectos como la sociedad o las características familiares y su gobierno. El defecto de las crónicas es la visión del vencedor frente al vencido, es decir, que los indígenas no nos dejaron documentos escritos. Un historiador que mantiene un prestigio y fiabilidad por ser el primero en hacer una historia global de las Islas fue José de Viera y Clavijo.

¿Qué recursos sanitarios estaban al alcance de la medicina de aquellos tiempos?

Fueron recursos mínimos hasta el siglo XIX y con los que se contaba estaban en las capitales de las Islas. Por ejemplo, en Gran Canaria, el único hospital que había se crea a finales del siglo XV por Martín de Navarra que deja todos sus bienes para crear el Hospital de San Martín que luego es ampliado, en el siglo XVIII por el obispo Cervera. Existía otro hospital para los leprosos, el de San Lázaro, fuera de la ciudad por la zona del Castillo de Mata. Los recursos, en realidad, se basaban en aislar a las personas por zonas de las que se les impide salir para que no infecten al resto de vecinos. La sanidad era escasa, con poca limpieza, había suciedad, la situación era bastante penosa.

Me cuenta que se practicaban medidas de aislamiento de los contagiados?

Sí, en algunos documentos se cuenta que, a finales del siglo XV en Tenerife a los indígenas de Anaga, como hubo pestilencia, se les prohibió salir de sus casas. A veces, el aislamiento no era al 100% porque había personas que escapaban del confinamiento y contagiaban al resto de la población.

¿Cuánto tiempo duraban las fases más críticas del contagio?

La fase más crítica del contagio era en torno a 40 días, de ahí el nombre de cuarentena. Se suponía que, pasado ese tiempo, los que quedaban vivos ya podían resistir.

¿Cómo era la reacción social de autodefensa?

En algunos casos era huir. Por ejemplo, en Gran Canaria durante el cólera morbo, las familias que pueden intentan huir hacia el campo, a zonas más salubres, pero en esa huída llegaba muchas veces el contagio a otros lugares. Lo mismo sucedía en otras islas al escapar del foco de contagio.

¿Movilizaban reacciones de solidaridad entre lo sanos o predominaba el miedo al contagio?

Predominaba el miedo aunque había algunos centros con personas que, de manera excepcional, se entregaban a intentar evitar que se siguiera propagando la enfermedad y atendían a los enfermos. De todas formas, lo que abundaba era la huída e intentar no contagiarse.

¿Había toques de queda?

Se hacían en las zonas urbanas importantes, aunque no era un remedio contra una pandemia o peste.

¿Se sabía a ciencia cierta quiénes eran los transmisores desde el exterior de las Islas?

En algunos casos se sabía, pero luego las hipótesis variaban. En el caso, por ejemplo, de la peste del cólera morbo se hablaba de una mujer de San José que había recibido ropa de unos marineros por la que se contagia. En otros casos se supo que el causante era un barco procedente de Flandes que traía reposteros, unas alfombras que se cuelgan en el Corpus y que, al extenderlas y venir contaminadas, expanden el virus y contagian a la población. Un brote que hubo también de fiebre amarilla se sabía que venía del exterior. La mayor parte de las epidemias llegaron del exterior. En un primer momento llegó la modorra, una especie de gripe que atacó, preferentemente, a la población indígena que no era inmune por ser desconocida en las Islas, igual que el sarampión y la viruela.

¿Recibían tierra las víctimas mortales o eran incineradas en masa?

Muchas veces el problema de estas pandemias es que los fallecidos, al ser católicos, se enterraban en terreno sagrado dentro de la iglesia, lo que ampliaba la contaminación. Hay que tener en cuenta que los cementerios modernos surgen a partir del siglo XIX en que ya se prohíbe enterrar en las iglesias, sobre todo a partir del cólera de 1851. Después, en Canarias ha habido otras pandemias, tales como la fiebre española de 1918 o la gripe asiática de 1957, la última de gran intensidad.

¿Fueron siempre las Islas receptoras de los virus o en algún caso fueron emisoras?

Hasta donde yo sé fueron receptoras. Hay que tener en cuenta que la economía de las Islas, ya desde un primer momento en que llegaron los europeos y que se basaba en el azúcar, la cochinilla, el plátano, el vino o el tomate, fue agroexportadora. Hemos vivido del comercio. A cambio de lo que exportábamos importábamos los productos necesarios que muchas veces venían contaminados con el virus que contagiaba a la población, así como el tránsito continuo de barcos en nuestros puertos.

¿Una vez pasado lo peor, ¿qué medidas arbitraban las autoridades civiles y militares para restaurar la vida diaria?

No había medidas excepcionales. Las autoridades procuraban que la población estuviese abastecida. De ahí también provenía, a veces, el contagio porque cuando no había cereales aquí para hacer pan, básico en la alimentación, se importaba de la Península, de Inglaterra, del Báltico, etc. Hay que tener en cuenta, asimismo, que muchas epidemias vienen después de periodos de hambruna, cogiendo a la población con las defensas bajas y más facilidad para enfermar.

En definitiva, ¿qué diferencias y similitudes ve entre estas epidemias pasadas y el actual coronavirus?

Es un virus que también procede del exterior y donde los primeros contagios en las Islas se producen en ciudadanos no insulares, italianos u holandeses, que vienen por turismo. Dos grandes diferencias, hoy en día, son que la población está abastecida y que los medios sanitarios españoles destacan entre los mejores del mundo.

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