La Plaza de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, se sumó ayer a la gran protesta colectiva -y responsable- liderada por artistas y profesionales del sector del espectáculo y los eventos que, agrupados dentro del movimiento nacional Alerta Roja, que aglutina a asociaciones, empresas y profesionales de todo el territorio español, reclaman una "reactivación inmediata" de las agendas culturales y de eventos de las administraciones públicas, "bajo el estricto cumplimiento de todos los protocolos de seguridad sanitaria”.

Precisamente, esta concentración se llevó a cabo ayer en 27 ciudades españolas con las máximas medidas higiénico-sanitarias, que incluía la reserva previa de tickets con el objetivo de garantizar "unas movilizaciones controladas y limitadas". En la capital grancanaria, la coordinación de la protesta corrió a cargo de la Asociación Profesional De Técnicos De Las Artes Escénicas De Canarias y agotó el aforo previsto para 200 plazas días antes de la convocatoria. Entre los asistentes destacaron artistas de los ámbitos de la música y las artes escénicas como Said Muti, Nau Barreto, Jennifer Artiles o Mingo Ávila; numerosos técnicos de empresas de sonido de las islas, promotores y gestores culturales como Javier Viera y Berta Hidalgo (La Brújula Guía de Ocio y Cultura).

Además, cientos de profesionales de los sectores de la música y las artes escénicas del Archipiélago apoyaron la convocatoria a través de sus perfiles en las redes sociales, que se tiñeron de rojo con los hashtags #alarmaroja o #hacemoseventos en señal de protesta por “la alarmante situación de abandono” que sufre el sector cultural y de eventos, uno de los más golpeados por la crisis actual del coronavirus y actualmente “al borde del colapso”. En concreto, las pérdidas del sector de la música en directo ascienden a 660 millones de euros, según indicó ayer el portavoz de Alerta Roja, Iván Espada.

Por otra parte, la concentración prevista en Santa Cruz de Tenerife, en la Plaza de Los Alisios, se suspendió el mismo día por causas ajenas a la organización, toda vez que el resto de ciudades que se sumó a la red de concentraciones en España fueron Alicante, Albacete, Badajoz, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Girona, Granada, Ibiza, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Tarragona, Valencia, Valladolid, Vigo, Vitoria y Zaragoza. En cada una se leyó el manifiesto, entre cuyas medidas destaca la necesidad de reconocer al sector del espectáculo y los eventos por parte de instituciones y administraciones públicas como sector “especialmente perjudicado” por el coronavirus y “prioritario”.

También demandaron la creación “inmediata” de una mesa sectorial para la cultura con el fin de proteger los derechos y condiciones de un tejido que, en el abismo de las crisis, siempre es el primero en sufrir restricciones y recortes, y el último en ser rescatado. Además, Espada ha recordado que el problema al que se enfrenta el sector está relacionado también con la celebración de conciertos. “La prueba de que se han podido realizar existe. Pero ahora, la víspera del evento, vienen las autoridades y te lo cancelan alegando precaución, a pesar del plan de seguridad con medidas estrictas. Eso te hunde”, lamentó. El artista grancanario Víctor Lemes se sumó a la protesta con esta composición tan ilustrativa de esta crisis desigual: “Ya están rojas las alertas / Ya han saltado las alarmas / Nos requisan nuestras armas / y además nos cierran puertas. / La cultura no está muerta / la han llevado al ostracismo / por falta de mecanismos / para salvarle la vida. / Evitemos la caída / al olvido del abismo”.