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Maikel Delacalle: “En el centro de menores supe lo que es estar encerrado sin libertad”

“En el centro de menores supe lo que es estar encerrado sin libertad”

El cantante y rapero canario Maikel Delacalle (Granadilla de Abona, Tenerife, 1994) aterrizó ayer en Gran Canaria para promocionar su nuevo single, ‘Me fascina’, que vio la luz el pasado octubre y que ya atesora miles de visualizaciones y descargas. Esta composición supone su regreso a sus raíces en el rap a dúo con el cantante de trap argentino Ecko, con quien comparte un pasado común como ‘freestyler’ que hibrida distintos géneros y sonidos. 

¿Cómo fue el proceso creativo de su nuevo single Me fascina, a dúo con Ecko, y cómo ha sido la acogida hasta ahora?

La acogida ha sido muy buena porque creo que la gente tenía ganas de volver a escuchar los sonidos de mis raíces, porque yo empecé haciendo rap. Aunque a día de hoy yo haga un poco de todo y sea un poco más comercial, sobre todo, en el reggaeton, mis comienzos fueron como rapero. Y este tema tiene un sonido un poco más movidito, más en clave r&b, pero, sobre todo, tiene esas raíces de Maikel Delacalle, de cuando yo hacía batallas de gallos en las que rapeaba e improvisaba. Entonces, la idea de Me fascina surgió de esas ganas de volver a los orígenes, así que le di vueltas a qué artista podía llamar para que colaborase, que fuese parecido a mí, con un pasado de freestyler, pero de otro país. Y ahí pensé en Ecko: lo llamé, le gustó la propuesta y lo sacamos, así que fue todo increíble y muy rápido.

¿Ese regreso a sus orígenes en el rap fue meditado o surgió de manera casual?

Este año, antes de lanzar Me fascina, yo había sacado Dándole, con Rafa Pabön, de Puerto Rico, más en clave de reggaeton, y la verdad es que funcionó bastante bien, pero yo sentí que, si la gente me vio crecer con un sonido, a pesar de que yo hago muchos otros, este era el momento de volver a ese rap o hip hop de mis orígenes.

Minutos antes de esta entrevista comentaba que la crisis sanitaria le confinó en su isla natal, pero que casi le sorprende al otro lado del Atlántico...

Pues sí, justo una semana antes de la cuarentena yo estaba en Puerto Rico porque me habían nominado a unos premios y me estaba planteando quedarme allí, porque no paraban de surgirme muchos proyectos. Al fin y al cabo, en Puerto Rico es donde están todos los artistas del reggaeton y de la música urbana. Pero justo empezó a hablarse de este virus y me dije que lo mejor era volver a la tierra, porque podía pasar cualquier cosa. Fue como un pálpito y la verdad es que lo mejor que pude hacer fue volver a la isla, porque hacía mucho que no pasaba tiempo con mi familia, y estas circunstancias no solo me lo han permitido, sino que, además, he podido componer sobre estas cosas.

En ese sentido, ¿el confinamiento disparó su creatividad compositiva, frente a otros artistas que, por el contrario, se enfrentaron a un bloqueo?

Yo aproveché el tiempo de la cuarentena para componer mucho e, incluso, aunque parece que lo digo vacilón, aprendí a cocinar bien, porque a mí se me daba bastante bien, pero en ese tiempo aprendí a hacer bien muchos platos, como el potaje, porque a pesar de ser canario no me defendía tanto como ahora (Risas). Y musicalmente también siento que he crecido muchísimo, porque ese tiempo me sirvió para componer sobre cosas que hasta ahora no me había planteado o que me planteaba entonces desde otra perspectiva, así que puedo adelantar que próximamente viene mucha música enfocada en todo lo que ha pasado este año.

¿En qué medida diría que su propio pasado de lucha y superación personal le ayudó a sobrellevar esta crisis?

Totalmente, al cien por cien. Muchos artistas dicen que, a partir de la cuarentena y la crisis, ahora valoran cosas que antes no valoraban pero, por mi parte, yo aprendí muy pronto a valorar ciertas cosas, porque toda mi historia ha sido una lucha desde que perdí a mi madre y tuve que tirar para adelante. También ha habido muchos problemas en mi familia, cuando pasé por un centro de menores y, luego, está todo lo que he vivido en la calle. Precisamente, durante el tiempo en el centro de menores supe lo que es estar encerrado y no tener libertad, que es algo que mucha gente no había conocido hasta que vivió este encierro de tantos meses. Por eso, siempre digo que yo me he ido reinventando poco a poco, no solo como artista sino como persona, y que todas esas experiencias me hicieron madurar mucho.

En cuanto a lo musical, ¿en qué otros proyectos trabaja en estos momentos?

En lo musical, el próximo diciembre voy a sacar otra canción llamada El Capo, que creo que es muy buena y que incluso me tatué en el pecho por lo que significa, porque intento transmitir un mensaje muy del barrio. Pero en cuanto a conciertos y eventos, por el momento sigue todo en el aire. Pero cuando todo esto pase, me encantaría poder hacer un buen concierto para la gente canaria, que sea gratis o muy barato para que cualquiera se lo pueda permitir, porque creo que mi gente se lo merece, porque es la gente que me hizo crecer a mí.

¿Le preocupa el futuro del sector musical a raíz de esta crisis sanitaria?

Me preocupa, sin duda, aunque, en mi caso, creo que me defiendo bastante bien porque me manejo muy bien con las redes. Pero es cierto que los artistas vivimos también de los escenarios y la situación ahora es muy complicada, aunque yo tengo una presencia muy fuerte en Spotify y otras plataformas, y eso ayuda. Por tanto, me preocupa un poco, pero pienso que todo es adaptarse y que, a veces, toca reinventarse, como yo he hecho siempre.

¿Qué le pide al 2021?

Yo no pido nada para mí, sino que todo esto se acabe de una vez para todos, no porque nosotros vivamos mejor o peor, sino porque está muriendo y sufriendo muchísima gente. Mi sueño es que haya paz y que el mundo esté lo mejor posible.

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