En tiempos de confinamiento, de aislamiento social y en los que la proximidad define la nueva realidad, el artista Germán Báez presenta en la galería del Cicca, de la Fundación La Caja de Canarias, en la Alameda de Colón, la muestra La belleza de las pequeñas cosas, en el que redirige su mirada paisajística para fijarse en la belleza cotidiana escondida en lo rutinario. “Todo depende de los ojos con los que se mira”, señala el autor.

La muestra reúne pequeños gouaches y óleos además de una serie de obras sobre materiales de uso cotidiano como pueden ser las hojas de un sencillo cuaderno de notas, y cuenta con el paisaje como elemento central, probablemente la constante en la obra del pintor y fotógrafo nacido en Lanzarote y residente en Las Palmas de Gran Canaria.

En opinión de Manuel Lobo, vicepresidente de la Fundación La Caja de Canarias, “Báez no es un autor que se encasille en un estilo concreto o una técnica determinada. Ha tenido épocas en las que se ha instalado en lo conceptual con figuras inspiradoras como la de Manuel Millares y luego ha evolucionado a otras corrientes, aunque se podría decir que en todas ha contado con el paisaje urbano como ingrediente principal”.

Aunque el artista visual explica que desarrolló este proyecto en 2017, admite que su obra representa un pequeño bálsamo en tiempos de pandemia. “Es la lección que nos deja el confinamiento”, sostiene Báez sobre “el hecho de valorar lo que tenemos cerca: nuestro entorno”.

La ausencia de personas es notoria en su obra: “el ser humano no me interesa demasiado en el plano artístico. Me interesa más el entorno y el paisaje”, asegura.