La mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera regresa a la Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, que organiza Amigos Canarios de la Ópera (ACO), con otro debut en su carrera: el rol de Azucena en ‘Il Trovatore’, de Verdi, que abre la 54ª Temporada en el Auditorio Alfredo Kraus los próximos 23, 25 y 27 de febrero. En esta entrevista, la cantante, Premio Ópera Actual 2018 en reconocimiento a su trayectoria, se congratula de volver a los escenarios de su isla en un contexto de pandemia. “Me siento agradecida”, asegura Herrera en el arranque de un año en el que le aguardan varios estrenos en su repertorio.

La 54ª Temporada de Ópera de ACO desafía la crisis sanitaria con sus cinco títulos habituales. La apertura con Il Trovatore, de Verdi, en la que participa en el rol de Azucena, la trae de vuelta a Gran Canaria.

Siempre intento ver el lado positivo, y me siento agradecida porque en otros países ni siquiera eso. Los protocolos no son fáciles, pero bueno, llevándolo de la mejor manera y concentrándonos en lo importante, que es mantener una actividad. Volver a casa es maravilloso y poder formar parte de la Temporada de ACO, que hacía como tres años que no participaba. Muy contenta, sobre todo con este título en el que voy a debutar. Tenía ilusión desde hace años y estaba esperando el momento correcto y prudente en el que tuviese la madurez vocal, y ya estamos aquí con ganas de hacerlo.

Un estreno que es también un nuevo reto en su trayectoria.

Mientras estamos en esta vida somos eternos estudiantes, a mi me gusta pensarlo así. Sobre todo en esta carrera, que si la piensas de manera longeva ya sabes que vas a seguir estudiando hasta el día que te retires. Parte de la motivación es ir asumiendo nuevos retos, nuevos roles, y hay tanta música para hacer que no dan siete vidas para poder abarcarla. Yo no me he movido en un tipo determinado de roles, han sido muy variados desde el principio y siempre he sido muy curiosa en ese sentido; es decir, me gusta explorar diferentes personajes y estilos, no encasillarme, siempre y cuando se adecuen a las condiciones vocales que tengas. He hecho roles muy diferentes unos de otros y espero poder seguir haciéndolo. Lo que prima es que lo pueda defender bien, y me gusta el reto de ponerme en la piel de distintos personajes, y es parte de lo que me motiva en esta carrera, entre otras cosas, y contar una historia al público a través de estos personajes tan diversos, y poder explorar también mi capacidad de entender su filosofía y comunicarla a través de la música.

Producciones de ópera, recitales de zarzuela, espectáculos como El amor Brujo, de Falla, entre otros compromisos, le permiten cambiar de registro, y como decía antes, no dirigir su carrera en una sola dirección.

El proyecto de Falla se ha pospuesto y se ha cambiado por un concierto con Ainhoa Arteta. Hay cosas que se cancelaron, unas se aplazaron y otras han venido nuevas. Ahora tengo dos debuts también este año que todavía no están en agenda pero que ya están confirmados, y que son Dido y Eneas, de Purcell, en Uruguay; y El castillo de Barbazul, de Bartók, en Bogotá, dos roles totalmente nuevos. Y combinando con muchos conciertos, con la Orquesta Nacional, haciendo zarzuela, ópera española también como La casa de Bernarda Alba,..., y no me quejo porque la agenda continúa.

Es también una de las figuras de la Ópera de Oviedo en enero y febrero del próximo año, en una programación con más voces canarias como Yolanda Auyanet y Celso Albelo.

Si, en enero del 2022 con Adriana Lecouvreur [de Cilea], que hago por primera vez, con lo cual este es un año de varios debuts.

¿Cómo se trabaja la ópera en pandemia? ¿Qué tal la vuelta a los ensayos con el protocolo sanitario?

Han sido muchísimos meses sin actividad para la gran mayoría de nosotros. Afortunadamente, desde agosto empecé a trabajar, hay muchos compañeros que todavía no lo han hecho. Y volver, ‘¡imagínate!, es una emoción muy grande pisar de nuevo un escenario, volver a hacer música, poder cantar, y sobre todo, el mensaje más importante para todos y más allá de lo que estamos viviendo. Creo que hay una campaña del miedo, que tiene a la gente paralizada y me da pena. Veo mucha manipulación detrás, o también un exceso de información negativa para las personas. Una cosa es que digas a la gente que se cuide y tome precauciones, pero hay que seguir, no nos podemos parar.

La cultura, pese a los quiebros del covid, se ha significado como una actividad segura.

Se están haciendo muchísimos esfuerzos a nivel de espacios cerrados como puede ser un teatro, y que sea un lugar seguro para disfrutar de la cultura, tan necesaria en estos momentos. Sobrevivimos gracias a la cultura mientras estuvimos encerrados, al menos por lo que se pudo ver en internet, que no tiene nada que ver con lo presencial donde se genera otra energía. El mejor antídoto que tenemos es la cultura, y no se ha producido contagio alguno entre el público que ha asistido a los teatros. Y el protocolo es muy duro

¿Y a usted cómo le afecta?

Cantar ópera con una mascarilla es horrible, salgo mareada de los ensayos, pero hay muchas ganas de continuar con la vida. Esta pandemia nos ha llevado a afrontar nuestros miedos y fantasmas, y también cosas positivas como priorizar lo que es importante en la vida, salirnos de ese tren contra el reloj en el que estamos todos sumidos. Y aprender a vivir hacia adentro. Yo salgo más fortalecida, he tenido momentos difíciles, como todos, y también estupendos, porque todo esto encierra una lección si uno así lo quiere ver.