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Crítico de arte

Samir Delgado: “Hernández asume el faro de Maspalomas como un símbolo de modernidad”

Samir Delgado, en la casa museo León y Castillo. | | ANTONIO ALÍ

Samir Delgado impartió ayer en la casa museo León y Castillo una conferencia sobre las pinturas del faro de Maspalomas que realizó el artista grancanario Juan Hernández. El crítico relaciona la figuración de esta obra de ingeniería con un símbolo del progreso de las Islas durante la transición de los años 70.

En su conferencia habla sobre el faro de Maspalomas, pero con el foco en la obra del pintor Juan Hernández. ¿Qué le atrae de este artista?

Sí. Su pintura es un referente de la generación de artistas que surge en los años 70 en las islas. Este fue momento de transición, un proceso hacia la democratización de la libertad de expresión. Las piezas que pertenecen a la serie Poema del faro, de Hernández, asumen en la figura del faro de Maspalomas un símbolo de modernidad y además el artista mitifica el momento de devenir del Archipiélago, cuando el turismo de masas creo importantes secuelas sobre el impacto del territorio y la propia consciencia de la fragilidad de la naturaleza insular.

Entonces, ¿el faro es el símbolo de libertad y progreso?

Sí. Hernández metaforiza la figura del faro en una mirada lírica que mitifica el símbolo del progreso en las islas. En muchos otros lugares el arte acaba sobreviviendo frente a procesos de deterioro de la cultura y la pérdida de identidad. Las obras de Hernández simbolizan las ganas del artista de vivir y su búsqueda de un lenguaje propio que hace que el itinerario existencial de un artista a veces conecte directamente con la historia de un pueblo.

También comenta que no sólo es un elemento arquitectónico, sino también onírico. ¿A qué se refiere?

En los últimos 50 años el faro de Maspalomas ha simbolizado el turismo de la Isla; ha sido visto por millones de personas. Los cuadros de Hernández sobre el faro conservan esa eternidad que pertenecen al mito y al ensueño, que solamente el arte es capaz de transmitir a la percepción humana. Nos encontramos en un momento de incertidumbre generalizada donde el arte y la cultura son derechos básicos para la sociedad y esto escapa al lenguaje de las pantallas y el discurso publicitario, que satura la mirada de la ciudadanía y condena a la naturaleza a quedarse bajo las tenazas del discurso masivo. Esta conferencia representa la necesidad de tomar consciencia de los valores artísticos de la identidad de las islas.

El paisaje que rodea ahora al faro de Maspalomas es muy distinto, la tierra ha ido cogiéndole terreno al mar para desarrollar comercialmente la zona.

Soy un escritor canario, pero he vivido mucho tiempo en México y a través de la experiencia de la migración he podido ver la realidad de las islas vista desde fuera y esta siempre evidencia unas problemáticas cotidianas que tal vez solamente el arte es capaz de resolver, porque este también es política. Desde la ventana del emigrante retornado, la experiencia de escribir sobre artistas es un modo de recuperar el derecho a la ciudadanía que se pierde cuando te vas. Tengo la urgencia de volver a conectar con sus símbolos y referentes a lo largo de la historia, pero ahora nos encontramos ante una encrucijada medioambiental en el que incluso entra la sociología hablando de un futuro colapso por el modelo insostenible que padece el Archipiélago. No puede ser que una isla tan pequeña tenga tantos centros comerciales y hoteles. El artista mantiene un diálogo con esos símbolos para plantear a la población un futuro mejor.

¿Cree que la cultura en la Isla tiene un papel protagonista?

Estamos a la altura de las circunstancias para ser un escenario privilegiado para el desarrollo de las nuevas manifestaciones artísticas. Otra cosa es el ritmo de las instituciones y el mercado, que no ponen en valor los paisajes por su belleza sino que especulan con el valor de uso de esos paisajes para fines lucrativos. Los cuadros de Juan Hernández, por ejemplo, evocan la necesidad de encontrar nuevos hábitos de consumo y nuevas formas de entender nuestra insularidad, que va a ser cada vez más cosmopolita. Debemos disfrutar de unos patrones de convivencia mas cercanos a la ecología y el arte que a los resorts hoteleros y los centros comerciales.

Vincula la obra del artista con su proyecto 'Leyendo el turismo', que cumple diez años.

Sí, lo que pretendemos los que lo creamos es, como los cuadros de Hernández, rehumanizar ese espacio de ciudadanía turístico a través de la poesía. Contamos inquietudes y mantenemos la voz de la lírica canaria ante la invisibilidad que produce el turismo en los valores culturales. El escaparate turístico lo devora todo y lo convierte todo en mercancía y la poesía acaba siendo como un canto de cisne en ese panorama.

¿En qué ha impactado desde su creación?

Notamos que ha aumentado la sensibilidad en el panorama cultural sobre la ciudad turística. Canarias es un hito, hemos sido pioneros en la puesta en práctica de la hostelería para millones de personas y por eso también estamos llamados a tomar el papel del cambio en el modelo de desarrollo y cambiar esta ciudad turística en una internacional en la que prevalezca el contacto con la naturaleza, la puesta en valor de los paisajes, etc. Todo lo que supone la infraestructura hotelera pero desde un punto de vista lúdico, pacífico y cordial.

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