Igual que el día anterior en Tenerife, Gustavo Dudamel tuvo que salir varias veces seguidas a saludar para agradecer los aplausos de los asistentes al concierto inaugural del 37 Festival de Música de Canarias, anoche, en el Auditorio Alfredo Kraus. La energía de Dudamel conquistó al público y guió a los 49 jóvenes de la Orquesta del Encuentro por la Noche transfigurada, de Arnold Schoenberg, y la Serenata de cuerdas, de Tchaikowsky. |
Un magistral Gustavo Dudamel dirigió anoche el concierto inaugural del 37 Festival Internacional de Música de Canarias al frente de la Orquesta del Encuentro en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria, en la repetición de la jugada del domingo por la noche en el Auditorio Adán Martín, de Tenerife. Horas antes, el director de orquesta venezolano reivindicaba el «poder transformador de la música» como herramienta de aprendizaje vital y de inclusión y mejora social.
La Orquesta del Encuentro es una formación musical efímera que, ideada por el maestro e impulsada a través de la fundación que lleva su nombre, reúne durante unas semanas a jóvenes de España y América. Guiados por su batuta y las de otros renombrados directores, mejoran su formación en un programa que este año culmina con la actuación en el Festival de Música de Canarias.
La oportunidad que supone para sus beneficiarios la iniciativa va mucho más allá de la sabiduría que puedan ganar como intérpretes, ya que, en unos casos, permite darse a conocer y relacionar a chicos que «han estado aislados» y, en otros, les aporta una experiencia valiosa y única, pues «algunos no tendrán posibilidades de tocar en una orquesta» en el futuro, sostuvo Dudamel.
Estar en el Festival Internacional de Música de Canarias «es un honor y un privilegio», afirmó el director, tras recordar que ya participó en él años atrás. «De verdad, volver es maravilloso, especialmente con esta orquesta de jóvenes», agregó.
El propósito de reunir a esos chicos, señaló, es «incluirlos en un mundo en el cual ellos puedan aprender, compartir, transformar sus vidas en todos los sentidos, artístico y humano». Hasta el punto de que tras esta experiencia «van a regresar como líderes a sus comunidades», donde podrán expandir «todo ese conocimiento» adquirido en su viaje a Madrid y Canarias para tocar y aprender apadrinados no solo por Dudamel, sino también por músicos de formaciones como las orquestas filarmónicas de Viena o de Los Ángeles. Reputados artistas han colaborado con la iniciativa, indicó, porque «creen realmente en el proceso y en el poder transformador de la música».
