Wynton Marsalis, la gran estrella del presente XXX Festival Internacional Canarias Jazz & Más ofreció este viernes una masterclass en el Teatro Guiniguada, previa a sus esperados conciertos con la Jazz at Lincoln Center Orchestra este sábado, a las 20.00 horas, en el Teatro Pérez Galdós y el domingo en el Auditorio de Tenerife. 

Para la ocasión, el festival convocó sobre el escenario a un grupo de músicos locales compuesto por Yul Ballesteros (guitarra y traductor del encuentro), Kike Perdomo (saxofón), Idafe Pérez (trompeta), José Alberto Medina (piano), Tana Santana (contrabajo) y Suso Vega (batería), sexteto que compartió con Marsalis escenario y que interpretó un par de temas sobre los que el maestro de la trompeta fue trabajando su exposición pedagógica. Walter Blanding, saxo tenor, soprano y clarinete de la Jazz at Lincoln Center Orchestra, también participó en la clase magistral.

El encuentro comenzó con el combo interpretando un tema y Marsalis escuchando atentamente junto a Blanding en un lateral del escenario. A partir de ahí, inició su exposición, en la que incidió sobre todo en un tema sobre el que pivotó toda la charla, la interacción, cómo mejorar el rendimiento de un grupo a partir del encuentro sobre el escenario de todos los músicos, “en el que cada uno tiene que encontrar su sitio, pero escuchando al resto”. Marsalis corrigió detalles a la base rítmica de la banda, condujo al piano momentos en los que alentó a los vientos a entenderse y fundirse en un único lenguaje y se introdujo en la banda, como otro más.

También intervino en la sesión académica Walter Blanding, alumno aventajado de Marsalis y hoy miembro por derecho propio de la Jazz at Lincoln Center Orchestra. Blanding, que maneja un castellano básico, abordó tres aspectos que considera fundamentales para el buen funcionamiento de una banda: la lógica, la emoción y la tradición. A su juicio, siempre es importante que las cosas se hagan partiendo de la lógica, “, sobre fraseos o ritmos simples, aunque no siempre es así”, señaló, añadiendo la emoción -“transmitir cuando tocas si estás feliz, triste o eufórico”- como elemento fundamental a la hora de trabajar en la interpretación y en la composición de las canciones. Marsalis, que estuvo dos horas sobre el escenario del Teatro Guiniguada impartiendo sus conocimientos musicales, terminó la clase respondiendo varias preguntas del público asistente, reafirmándose en la necesidad del entendimiento entre los miembros de la banda para que todo fluya, haciendo además en el cierre una comparación. 

“Lo que debe suceder sobre un escenario es como el baile, una pareja debe llevar el mismo ritmo, los mismos pasos, es como si danzas con alguien”, dijo, mientras simulaba bailar con alguien abrazado a su inseparable trompeta.