El célebre pianista ruso Grigory Sokolov, que ayer ofreció un recital en el Auditorio Alfredo Kraus, dentro de la programación del 38º Festival Internacional de Música de Canarias, sufrió un problema, al parecer relacionado con la presión arterial, tras concluir en su totalidad la ejecución del programa. Al ponerse en pie tuvo que apoyarse en el piano y salieron de inmediato al escenario dos empleados del Auditorio, que le ayudaron a llegar al camerino. Fue conducido por la ambulancia de guardia al centro de salud.

Las redes sociales del festival solo hablaban anoche del «brillante concierto el que nos ha regalado esta noche la Orquesta Estatal Rusa ‘Evgeny Svetlanov’ con Vassily Petrenko al frente. La pianista Anastasia Makhamendrikova fascinó al público».

El pianista ruso Grigory Sokolov era el encargado de clausurar el Festival de Música de Canarias este sábado en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria y mañana lunes 14 en el Auditorio de Tenerife, con dos conciertos programados para las 20 horas. De momento se desconoce si podrá repetir su actuación.

El repertorio que Sokolov trae al 38º Festival de Música de Canarias se abre con Variaciones y fuga para piano en mi bemol mayor, Op. 35’ de Beethoven, un conjunto de quince piezas compuesto en 1802, conocido como «Variaciones Heroica» porque se utilizó como tema final de su Sinfonía nº 3, escrita al año siguiente, tal y como había informado este periódico.

Mientras, los tres intermezzi de Brahms, de 1892, son piezas reflexivas y pensativas, luego agitadas e inquietas, inspiradas en Clara Schumann, que el propio compositor define como «canciones de cuna para mis tristezas».

Por último, cerrará Fantasía para piano ‘Kreisleriana’ op. 16, de Schumann, quien afirmó que las ocho secciones fueron redactadas en sólo cuatro días, algo en realidad improbable.

La música oscila violenta y repentinamente entre la agitación y la calma lírica, entre el temor y la euforia.

Para muchos especialistas, este músico de origen ruso y nacido en la ciudad de San Petersburgo en 1950 es en las últimas dos décadas el mejor pianista del mundo. Es muy poco dado a actos promocionales, porque su vida está entregada a su gran pasión, que es la música.

Grigory Sokolov comenzó sus estudios de piano a los cinco años. Dos años después ingresó en la Escuela musical adscrita al conservatorio de San Petersburgo, donde estudió con la pianista Liya Zelijman, accediendo posteriormente al citado conservatorio. Allí sería discípulo de Moiséi Jalfin, según biografía. A los 12 años ofreció su primer gran recital en Moscú, y el aperturismo de su país permitió que su trabajo fuera reconocido en otros países, hasta convertirse en uno de los mejores pianistas del mundo de la actualidad.

En abril cumple 72 años, y su presencia en los escenarios se ha visto reducido con el paso del tiempo en las orquestas, para trabajar mucho más con sus recitales en solitario.