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Un momento del concierto del grupo Hey Chabón el pasado 12 de febrero

Artes escénicas

El Sótano Analógico exhibe todo el magnetismo de la cultura retro

El local ofrece conciertos, talleres o proyecciones audiovisuales enfocadas para los amantes del VHS o los videojuegos de Atari

Un nuevo local que destaca por exhibir una oferta cultural de algo que no existía en Las Palmas de Gran Canaria y que tiene muchos seguidores: la cultura retro. Es El Sótano Analógico, una asociación de artistas audiovisuales fundada por el productor Alexis Cabrera y el artista Oliver Behrmann, situada en la calle Tomás Morales 16, sótano izquierda, que lleva funcionando desde hace dos años programando concierto, talleres o tertulias cinematográficas.

Acceder a su interior es como volver a la década de los noventa, a disfrutar de un fascinante mundo audiovisual difícil que ver en la época de la dictadura de lo digital, con un espacio dividido en un videoclub VHS, un salón de retrogaming y un espacio multifuncional para eventos, talleres y exposiciones. Mañana sábado, a las 20.00 horas, actúa Aníba Faycan y su arte de improvisación que incluye poesía, rap freestyle y tarot.

«Todo surgió de una forma muy poco premeditada», afirma Alexis Cabrera. «Oliver y yo nos conocimos montando una fiesta Vaporwave. Oliver tenía mucho material artístico y estaba buscando un lugar para poder desarrollarlo y yo llevaba cerca de un año queriendo crear una asociación y dar un poco de vida cultural a la ciudad cada vez más de capa caída».

El local se abrió el 18 de septiembre de 2020, en plena pandemia, pero se suspendió durante 2021, lo que permitió la ejecución de algunos proyectos en el interior y reabrió en octubre pasado con una batería de propuestas culturales y con la publicación de un Fanzine sobre sus actividades.

Sobre el tirón que este tipo de películas y videojuegos tiene sobre el público, Cabrera tiene claro que «hay una población interesada en el mundo de las películas underground y los videojuegos retro. A veces nos visitan gente muy joven solo para entrar a ver lo que tenemos allí y parecen fascinados aunque sea de un mundo que no vivieron». Pero haciendo un análisis de cómo ha funcionado el local el productor destaca momentos como el espectáculo de poesía y pasajes sonoros de Tebu Guerra con Vijay Dilipkumar o el proyecto Nuestras Cosas que comparte Fajardo con Gregorio Viera con el sonido la guitarra envuelta en visuales en vivo. Pero también «los Retrastos gustan mucho y la gente vende de todo, desde ropa hasta Casios. Hicimos solo un evento de Open Mic de forma casi improvisada y fue un autentico éxito. Y también hicimos una tertulia sobre tecnología futura que llenó los asientos o un encuentro de músicos de sintetizadores de la que quedamos unos pocos pero todos pudimos ver qué hacían el resto o qué aparatos usaban y poder hablar un poco entre nosotros».

Sin embargo, los eventos de más tirón han sido los de Ramón Betancor, Dácil Santana que hizo dos pases el mismo día, o Fajardo que debido a que «tenemos un aforo muy limitado la gente se volvía como loca para entrar. Incluso se quedaban por fuera esperando si finalmente alguien no venía y poder ocupar su puesto».

 En lo que respecta a la oferta cinematográfica del local la curiosidad del VHS es que «con su llegada apareció un montón de cine nuevo, cine solo para VHS que nunca se estrenó ni en TV ni en las salas comerciales». Pero con la llegada del DVD, Blueray, streaming, la mayor parte de estas películas desaparecieron para siempre. «Alguno las ha digitalizado pero siempre ha sido un número muy bajo y este formato se ha ido deteriorando hasta hacer perderlas por completo. Por eso el encanto de las serie B o serie Z. Porque aunque fueran películas muy malas son piezas casi únicas», afirma.

Sin embargo, de entre todos los atractivos del local llama poderosamente la atención un proyecto de Oliver Behrmann dedicado al videoarte con software y hardware obsoleto llamado Video Glitch Lab. «Oliver ha descubierto trucos y conceptos propios tras mucho trastear, enchufar y desenchufar y ver como en ocasiones televisores empezaban a echar humo literalmente», señala. «Los gitches son errores de vídeo que Oliver manda a través de un equipo especializado y cada televisor termina interpretando de una manera distinta. A veces parpadeo, a veces lluvia y si quieres proyectar esto hay que grabar con una cámara frente a una tele y enviarlo luego al proyector ya que este lo interpretaría como sin señal o señal errónea». Lo bueno de que VGL esté dentro de El Sótano Analógico es que cada evento Oliver se pone a los mandos y en el muro de televisores proyecta sus increíbles glitches. Sin embargo, el productor avisa también que sin la aportación de los socios no podrán seguir avanzando mucho. «Para despejar dudas vivimos por amor al arte, este espacio solo genera pérdidas, esperamos que se vayan uniendo socios que nos apoyen. Por otro lado casi todo lo que tenemos son de donaciones físicas, teles, vídeos, VHS, cámaras, y si en algunos casos hemos pagado ha sido de 3 a 5 euros por algo como una tele enorme».

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