Kevin Santana, el violonchelista aventajado de Barrios Orquestados. Hace diez años que Kevin Santana acudió a unas pruebas del proyecto de Barrios Orquestados en el Colegio Valencia en el barrio de Tamaraceite en Las Palmas de Gran Canaria. Fue en ese momento cuando su pasión e interés por la música despertaron de una forma que nunca había imaginado. Empezó con un violín pero pronto se pasó al violonchelo, del que se ha hecho inseparable y con el que ha explotado su talento y devoción por la música. 

Ahora, una década después de aquel encuentro, el joven está formándose en la Universidad Estatal para la Música de Trossingen, en Alemania, gracias a una beca de la Fundación Disa. En diez años ha pasado de aprender a tocar el violín a ser toda una promesa del violonchelo.

«Estoy muy agradecido por el apoyo que he tenido durante todos estos años y que sigo teniendo. Todos podemos ser referentes siendo honestos con nosotros mismos. Hay que explotar al máximo lo que puedes dar pero es un camino de mucho trabajo, no es gratis», explicó Kevin Santana.

A su formación actual en Alemania se suma su paso años antes por Austria, una de las cunas de la música clásica junto con el país germano. Su talento es tan palpable y único que al poco de empezar en el proyecto de Barrios Orquestados entró, en 2016, en el Conservatorio Profesional de Música de Las Palmas bajo la tutela del maestro Pedro Ruiz. Su crecimiento artístico fue de tal magnitud que llegó a ser profesor auxiliar en la entidad educativa.

«Entró en la enseñanza reglada por su mayor crecimiento. Ahí creció aún más su talento gracias a la atención individualizada y entro en la Orquesta Universitaria Maestro Valle de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria», detalló José Brito, director y fundador de Barrios Orquestados.

Formación

Un viaje formativo, que está lejos de terminar, y que ha sido posible gracias al apoyo, entre otros, de la Fundación Disa. «Es un referente para muchas personas y colectivos. Es un ejemplo de lo que consiguen las alianzas que se gestan entre todas las entidades para contribuir a que el futuro sea igual para todos», apuntó Sara Mateos, directora de la Fundación Disa.

Y es que, Kevin es un ejemplo de que es importante soñar pero también lo es contar con hacedores de sueños para que estos se hagan realidad, como ha sido su caso. Una simbiosis que facilite que se hagan realidad.

«Trabajar mucho tampoco te garantiza el éxito pero es la mejor manera de apuntar a algo importante. Gracias a Barrios Orquestados y al apoyo de la Fundación Disa he llegado hasta aquí. Esa oportunidad que me dieron debería ser universal. Es lo que persigue el proyecto, yo tuve esa oportunidad y me siento tremendamente agradecido y halagado. Espero que continúe muchos años más y esta oportunidad llegue a más jóvenes», añadió Santana.

Concierto

Como homenaje el joven dio en el mediodía de este sábado en el Salón Dorado del Gabinete Literario un concierto que contó con un coloquio posterior organizado por la Fundación Disa y Barrios Orquestados. Bajo el inmenso techo decorado con tres grandes lienzos pintados a comienzos del siglo XX por el artista Manuel González Méndez representando seres de la mitología como Apolo, Talía y Orfeo, el artista deleitó a los presentes con el Concierto para violonchelo y orquesta número seis en Re mayor, G.479, de Luigi Boccherini. Para ello contó con la ayuda de ocho profesores de Barrios Orquestados bajo la dirección de José Brito, fundador del proyecto social y pedagógico.

Una interpretación que realizó de riguroso negro ante un público extasiado por su habilidad con el violonchelo y por la pasión con la que consiguió trasmitir el sentimiento de esta pieza musical. Un sonoro aplauso puso punto y final a su primera pieza con algún invitado de pie.

 Para demostrar su versatilidad el joven apostó por interpretar como segundo tema la Sonata para violonchelo solo, op.25, número tres, de Paul Hindemith. Una pieza más moderna en la que demostró su virtud con el violonchelo. 

Tras estas dos piezas dio comienzo el coloquio en el que repasó sus logros y sus sueños materializados bajo la mirada de antiguos compañeros, profesores, patrocinadores y seres queridos.

El acto culminó, pasada la una de la tarde de ayer, con una magnífica interpretación del Arrorró de los Pájaros obra de Francisco Brito, Pau Casals y Teobaldo Power con arreglos José Brito.