Amalgama

Foro de Davos

«Nadie ha debatido ni votado la Agenda 2030, ni el pasaporte covid, ni la ideología de género, ni el suicidio económico del fraude climático, ni la censura mediática, ni la reducción de la población mundial a toda costa. Estas ideas simplemente aparecieron un día como por ensalmo, se adueñaron de los medios y se impusieron como pensamiento único»

Foro  de Davos

Foro de Davos / juan ezequiel morales

Juan Ezequiel Morales

Juan Ezequiel Morales

La presentación del comúnmente conocido como Foro de Davos, organizado por el World Economic Forum, fundado por Klaus Schwab, dispone de una serie de recomendaciones para los diversos lobbies, que en una parte de su documento de 2023 señala: «Las ciudades deben dar un paso adelante para alcanzar las emisiones netas de carbono cero». En base a esta finalidad o meta, se propone un drástico cambio de la economía, distribución de riqueza, movimientos y libertades de todo habitante del planeta. Se parte del controvertido origen del CO2 como origen de todos los males, conditio sine qua non. Han localizado a un enemigo sobre el cual pivotará el obligado cambio de la mentalidad grupal, que provocará la obediencia absoluta para escapar del mal. En función de ello las ciudades, que albergan a más de la mitad de la población del mundo (en 2050 será el 68% del total de la población), son responsables de dos tercios de las emisiones globales de CO2, y constituyen, pues, el lugar para abatir al enemigo. Se insta, consecuentemente, a cumplir el programa Net Zero Carbon Cities en pos de la resiliencia urbana. El objetivo es limitar el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grados centígrados.

Copresiden el programa los CEO de Enel y Schneider Electric, y participan en el mismo ABB, Accenture, Grupo Adani, Grupo de bancos Al Baraka, Belfast, Carlyle, Buenos Aires, Ciudad del Cabo, Helsinki, Melbourne, Milán, Nueva York, Riad, Estocolmo, Dow Chemical, Eletrobras, Enel, Eni, HSBC, Grupo ING, MIT, Schneider Electric, Shell, Siemens, y otros. También, cómo no, el Grupo de Liderazgo Climático de las Ciudades C40. Y es aquí donde nos interesa parar, en el planteamiento que hace C40, por su claridad respecto a las pretensiones de Davos-World Economic Forum-C40... etcétera: A) 18 intervenciones en el consumo entre 2017 y 2050; B) bajas de producción de CO2 reduciendo el 44% por cuenta de Edificios e Infraestructuras, el 60% por cuenta de Alimentos, el 39% por cuenta del transporte privado, el 66% por cuenta de ropa y textiles, el 33% por cuenta de Electrodomésticos y un 55% por cuenta de la Aviación. Esto implica reducir el uso de acero y cemento entre un 35% y 56%, reducir la demanda de nuevos edificios entre un 10% y un 20%, cambiar el material a madera entre el 75% al 90% en viviendas y entre el 50% y el 70% en naves y locales; C) Cambios en la dieta para que las personas consuman 16 kg de carne al año, pero con la meta de cero kgs al año, consuman 90 kg de productos lácteos por persona, o mejorando el objetivo a cero kg al año, que cada persona se limite a consumir 2.500 kcal diarias, y que los residuos domésticos se reduzcan al 50%, o en lo posible, al cero por ciento; D) Reducir el número de prendas de vestir y textiles a ocho prendas nuevas por persona y año, pero mejorando el objetivo a tres prendas nuevas por persona y año; E) Reducir la propiedad de vehículos por cada 1.000 habitantes a 190 (actualmente en España es de 500 vehículos por cada 1.000 habitantes), y ampliar la duración de la carrocería a 20 o 35 años; F) Reducir el número de vuelos de aviación a un vuelo de ida y vuelta de corta distancia cada 2 años por persona; G) La vida útil de los ordenadores portátiles en las ciudades del C40 es de una media de cinco años y debería aspirar a ser un 50% superior, por tanto, que los ordenadores duren siete años como mínimo.

Multimillonarios

Pablo Iglesias, actualmente presentador de televisión, quien lideró Podemos, fue vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, nombrado por Pedro Sánchez. Ahora Pedro Sánchez ha llegado del Foro de Davos, productor e impulsor de esa Agenda 2030, caracterizada por un logo que es un círculo lleno de colores, y que portan desde el rey de España hasta la última inmundicia de la ultraizquierda. En palabras del pensador y empresario Fernando del Pino Calvo Sotelo, en su artículo Davos, el gran enemigo de la libertad, esto se calificaría así: los organizadores eligen como cebo a algunos políticos relevantes y multimillonarios, o sea «los Césares y Crasos de hoy». Participan «los grandes censores globales (Google, Microsoft y Facebook), representantes de la ONU y la UE, unas pocas universidades anglosajonas (especialmente Harvard) y los poderes filantrópicos globales». Exigen la censura y dirigismo de los medios y de los denominados fact-checkers, creados por ellos mismos. Comen solomillo a manta y viajan en jets privados, «pero el presidente de Siemens, consejero del WEF, tiene la desfachatez de proponer que 1.000 millones de personas dejen de comer carne para tener impacto en el clima».

Sibilinamente, «el Foro Económico Mundial se está convirtiendo en un gobierno mundial no electo que el pueblo nunca pidió y que el pueblo no quiere. Debemos comprender que consideran hostil toda estructura de poder ajena a ellos. Por un lado, su vocación global hace que las organizaciones supranacionales no electas, como la ONU o la UE, sean su sistema de gobierno preferido y que el Estado-nación sea declarado enemigo, motivo por el que siempre caricaturizan el patriotismo como nacionalismo radical». Y la ideología está ya previamente contratada: «Nadie ha debatido ni votado la Agenda 2030, ni el pasaporte covid, ni la ideología de género, ni el suicidio económico del fraude climático, ni la censura mediática, ni la reducción de la población mundial a toda costa. Estas ideas simplemente aparecieron un día como por ensalmo, se adueñaron de los medios y se impusieron como pensamiento único». Y cómo no, Del Pino explica y advierte que «Dada su preferencia por el secreto y la censura, lo que debemos hacer es señalarlo con el dedo, ponerlo bajo el foco para disipar la oscuridad que lo protege y alzar la voz para romper el silencio que impone, desnudándolo de todo disfraz seductor y privándole hasta de sus perfumes para mostrarlo en toda su fealdad y en toda su hediondez». ¡Chapeau!

Suscríbete para seguir leyendo