Adiós a Alexis Ravelo, referente nacional de la novela negra

El escritor grancanario, Premio Dashiell Hammett, Valencia Negra, Ciudad de Getafe o Café Gijón, y uno de los autores más queridos de Canarias, fallece a los 51 años de un infarto

Nora Navarro

Nora Navarro

El escritor grancanario Alexis Ravelo, referente de la novela negra en España y de la literatura como espacio de resistencia y crítica social, y sin duda, el autor más querido del Archipiélago, falleció este lunes, a los 51 años, como consecuencia de un infarto. Premio Dashiell Hammett de Novela Negra, su pérdida inesperada no solo funde a negro el panorama cultural y literario de las Islas, sino que la herida se extiende a todas las coordenadas de Las Palmas de Gran Canaria que noveló en sus tramas criminales y que proyectó la identidad y oralidad canaria en el mapa de la literatura nacional. Y sobre todo, el vacío se abre a lo largo del larguísimo caudal de lectoras y lectores, de todas las generaciones y paladares, que fidelizó a lo largo de su trayectoria, desde cada nueva aventura de Eladio Monroy, el álter ego de su emblemática saga, a su reinvención en nuevos experimentos literarios, sus enseñanzas en talleres de escritura y la eterna sonrisa con que surcaba su ciudad natal de punta a punta.

Nacido en un barrio de la periferia de Las Palmas de Gran Canaria en 1971, la vida de Ravelo siempre gravitó alrededor y a través de la literatura. Aunque cursó sus estudios en el campo de la Filosofía y desempeñó sus primeros trabajos en templos capitalinos míticos como el Cuasquías, Ravelo cultivaba su carrera literaria en paralelo y a través del del insomnio, hasta que, a comienzos de la pasada década, su obra trascendió las fronteras insulares y se erigió en uno de los escritores más prolíficos y aclamados en el género negro, incluso en el contexto internacional del auge y las modas del noir. 

"Siempre retrató la realidad que le circundaba desde el prisma de los perdedores, los supervivientes o el contrapoder"

En concreto, las novelas y personajes de Ravelo se abrieron un lugar propio en el corazón de la comunidad crítica y lectora porque siempre retrató la realidad que le circundaba desde el prisma de los perdedores, los supervivientes o el contrapoder. Su obra de distinguió por trenzar ese compromiso social y político, donde señalaba las costuras de un sistema marcado por la corrupción, la desigualdad y la violencia estructural perpetuada por las élites de poder, con la exigencia literaria y un inconfundible sentido del humor. «La novela negra es un mundo en el que Dios no existe», apuntaba el autor en sus entrevistas, cuya búsqueda nunca consistió en señalar culpables ni formular respuestas, sino en cambiar las preguntas en la diana de los discursos oficiales. 

Eladio, el gran álter ego

El capítulo fundacional de su corpus literario se retrotrae a las primeras andanzas de Eladio Monroy, su eterno antihéroe, «un pensionista de la marina que complementa su mísero sueldo con encargos bajo cuerda». La novela Tres funerales para Eladio Monroy (Anroart, 2006), rebautizada como La primera de Eladio, inaugura su saga más popular en la brecha de la crisis y la burbuja inmobiliaria, que completan los títulos Sólo los muertos (2008), Los tipos duros no leen poesía (2011), Morir despacio (2012), El peor de los tiempos (2017) y Si no hubiera mañana(2021). 

Nombrado Hijo Predilecto de la ciudad en 2022, las peripecias y tropelías de Eladio, sus compinches y enemigos, proyectan la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria como escenario novelesco, como ya defendiera su coetáneo, el también escritor José Luis Correa, toda vez que rompe la barrera invisible de la oralidad canaria en los diálogos de sus personajes. 

Entonces, Alexis Ravelo, de corazón aún más ancho que la sonrisa, se autodefinía como «escribidor calvo de Las Palmas de Gran Canaria que sobrevive a base de bocadillos de chopped». Pero esta mirada rulfiana, que narra las cuestiones existencialistas universales desde la realidad más próxima, inscriben la obra de Ravelo en una tradición literaria que engrosan grandes como Manuel Vázquez Montalbán, Andreu Martín, Juan Madrid o Francisco González Ledesema, que también fueron sus maestros.  

Asimismo, entre 2006 y 2012, Ravelo compaginó las novelas de Eladio con otra saga de solo dos entregas, La inquidad I y II, compuesta por los títulos La noche de piedra (Anroart, 2007) y Los días de Mercurio (2010), que, pese a su menor popularidad, el autor siempre destacó como «sus novelas favoritas». Pero fue La estrategia del pequinés (Anroart, 2013), su obra cumbre, en la estela de Eladio pero con una trama más coral y vertiginosa, el éxito que ensanchó su universo a constelaciones internacionales. 

La estrategia del éxito

La novela La estrategia del pequinés, protagonizada por personajes entrañables como el buscavidas Tito El Palmera o la prostituta Cora, le valió el reconocimiento nacional con el prestigioso Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón en 2014, a su vez distinguido con el Premio Tormo de Las Casas Ahorcadas. Un lustro después, en 2019, el cineasta grancanario Elio Quiroga (Fotos, La hora fría...) dirigió su adaptación a la gran pantalla, protagonizada por Unax Ugalde, Jorge Bosch y Kira Miró.

Entre tanto, Ravelo se consagró como asiduo de los festivales nacionales de novela negra, donde continuó engrosando su palmarés literario con el Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra por La última tumba (2014). 

E cineasta grancanario Elio Quiroga dirigió la adaptación cinematográfica de 'La estrategia del pequinés' protagonizada por Unax Ugalde, Jorge Bosch y Kira Miró.

Sin embargo, en 2016, el autor quiso romper los corsés del encasillamiento y experimentó con un giro estilístico hacia los senderos del género fantástico con impronta metaliteraria al abrigo del prestigioso sello editorial Siruela. La otra vida de Neck Blackbird (Siruela, 2016) se constituye, en sus palabras, como «su novela seria» o «patito feo», construida como una rareza hermosa dentro de su bibliografía. 

Un año después, Ravelo sigue esta senda de exploración pero en clave histórica con Los milagros prohibidos (2017), ambientada en la represión franquista en la isla de La Palma, denominada la Semana Roja de julio de 1936, que también obtuvo un gran respaldo de la crítica. En este marco, Ravelo fundó una relación literaria con la isla bonita, donde dirigió hasta la pasada semana el festival de novela negra Aridane Criminal

Humildad

Con todo completan su legado bibliográfico La ceguera del cangrejo (2019), Un tío con una bolsa en la cabeza (2020) y Los nombres prestados (2022), esta última galardonada con el Premio Novela Café Gijón, todas dentro del sello Siruela. Entonces, Ravelo, cuya humildad fue tan grande como el corazón y la sonrisa, escribió en su blog personal Ceremonias, donde siempre presumía de lectores y compañeros de letras, que «para quien se ha formado en la artesanía literaria y ha conseguido cierta popularidad (...) una distinción como esta, dedicada a premiar la literatura (sin adjetivo), supone un espaldarazo y una verdadera puesta de largo. Al pensar en esto, siento que siempre estoy empezando, aunque sea a los 50 años y veintitantos libros después».

La última aventura de Eladio se titulaba Si no hubiera un mañana, y el mañana de Alexis existirá para siempre en sus novelas, en el aprendizaje de sus tramas y entrelíneas, en los vinos que descorchaba en sus divertidísimas presentaciones, en el amor que compartió tantos años con su escudera y pareja sentimental, la periodista Thalía Rodríguez, y en el milagro prohibido que parecía que un escritor desde los márgenes se consolidara por derecho propio en la primera plana de la calidad literaria. No hacía falta creer en Dios, sino en los grandes.