Fotografía

Viajar del Ártico a la Antártida desde el parque de San Telmo

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y La Fundación 'la Caixa' presentan las mejores imágenes de naturaleza de fotógrafos de National Geographic

Elefantes en el Parque Nacional de Chobe (Botsuana).

Elefantes en el Parque Nacional de Chobe (Botsuana). / Frans Lanting / National Geographic

Martina Andrés

Martina Andrés

Viajar del Ártico a la Antártida pasando por los distintos continentes es posible desde hoy en el parque de San Telmo de la capital grancanaria. Esta mañana se ha inaugurado la exposición fotográfica De Polo a Polo, un viaje a los grandes paraísos naturales de la mano del jefe de servicio del Área de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Espino, la responsable de Acción Social de CaixaBank en Canarias, Olga del Pino y la delegada territorial de la Fundación “la Caixa” en Canarias, Yasmina Hormiga.

Una exposición llena de colores, animales, vegetación, paisajes y curiosidades que cuenta con imágenes del archivo de la National Geographic Society y que son obra de prestigiosos fotógrafos de naturaleza como Frans Lanting, Steve Winter, Paul Nicklen o Tim Laman entre otros. El objetivo de esta colección fotográfica es doble: acercar la ciencia, la naturaleza y la cultura a la calle (parte del proyecto Arte en la calle de la Fundación "la Caixa"); y, por otro lado, concienciar de las consecuencias que nuestro modo de vivir y de consumir tiene sobre la naturaleza. La muestra se puede visitar hasta el día 17 de marzo y cuenta con visitas guiadas los sábados a las 18.00 horas y los domingos a las 12.00 horas.

De izquierda a derecha, Olga del Pino, Juan Espino y Yasmina Hormiga durante la presentación de la exposición 'De Polo a Polo'.

De izquierda a derecha, Olga del Pino, Juan Espino y Yasmina Hormiga durante la presentación de la exposición 'De Polo a Polo'. / LP/DLP

Un orangután de Borneo en Indonesia que recuerda la importancia de los árboles no solo en la producción de oxígeno, sino en su labor como albergues de biodiversidad, un macaco en un nevado Atlas de Marruecos que rompe con el estereotipo de calor y desierto que en general se tiene de la zona, un drago en el Cuerno de África que pone de manifiesto el vínculo del Archipiélago canario con el continente vecino —los amaziges utilizaban la sangre de este árbol para tintes y ungüentos medicinales— o una secuoya gigante que ilustra lo insignificantes que somos los seres humanos, son ejemplos de algunas de las fotografías que se encuentran justo a la salida de la estación de guaguas.

Orangután de Borneo Kalimantan, Borneo (Indonesia).

Orangután de Borneo Kalimantan, Borneo (Indonesia). / Tim Laman / National Geographic

Los 'hotspots'

De Polo a Polo pone el foco en los conocidos como hotspots, es decir, aquellos puntos del planeta que son reconocidos por su elevada biodiversidad y que se encuentran gravemente amenazados por la actividad humana. Estos lugares abarcan desde los bosques asiáticos y la sabana africana hasta el Ártico o la Antártida.

Tampoco se quedan fuera Australia, con sus enormes bosques de eucaliptos (especie dominante en la parte oriental del país) o la Amazonía de Brasil, que junto a la selva del Congo y la isla de Nueva Guinea, es uno de los lugares más importantes del planeta en lo que a fauna, flora y diversidad se refiere. El Amazonas, uno de los pulmones del mundo que está amenazado por la falta de conciencia medioambiental de la sociedad y, sobre todo, la falta de compromiso y la indiferencia de determinados políticos y líderes —el anterior presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es un claro ejemplo— y grandes empresas que ponen el crecimiento económico en el centro y parecen olvidarse de la amenaza inminente del cambio climático.

Leopardo de las nieves. Parque Nacional de Hemis, Ladakh, India.

Leopardo de las nieves. Parque Nacional de Hemis, Ladakh, India. / Steve Winter / National Geographic

Una de las fotos más impresionantes —un grupo de elefantes capturado a través de la cámara de Frans Lanting— también recuerda una de las realidades más crueles: la de la caza furtiva de elefantes para arrancarles los cuernos y conseguir marfil. El fotógrafo pasó 18 meses en Botsuana para realizar un reportaje que plasmó en su libro Okavango, Africa’s Last Eden, publicado en 1993. Esta dedicación ilustra otro de los factores clave de esta exposición: la dificultad de obtener la mayoría de las fotografías que se muestran, dificultad que obliga a los fotógrafos a emplear meses para captar el instante deseado. Otro ejemplo de ello es la imagen de un leopardo de las nieves en la zona del Himalaya, que tuvo que ser tomada con una cámara trampa, es decir, una cámara con un sensor que se activa con el movimiento y que requiere de una dosis extra de paciencia.

¿Nosotros elegimos?

La muestra fotográfica termina interrogando a sus espectadores a través de sus dos últimas piezas. En la primera aparecen incendios, deshielos, caza furtiva, vertidos de petróleo, aires contaminados o sobrepesca; en la segunda, unas manos humanas se sumergen para acariciar a una criatura marina que se intuye entre las aguas. ¿Qué relación queremos tener con la naturaleza? Las imágenes nos invitan a elegir y a la vez también provocan otros interrogantes: ¿De verdad depende de nosotros? ¿Se pueden cambiar las cosas con la acción individual? Pensar que sí parece el único consuelo posible.

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