Guillermo Saavedra: «Siempre he buscado ahondar en dimensiones emocionales nuevas»

Siembra mezcla varias temáticas como el thriller, la religión y las reivindicaciones del colectivo LGTBI, ¿Fue ese su objetivo a la hora de crearlo?

Desde la publicación del libro, ha sido categorizado como ‘cómic LGBT’. Si bien la identidad de algunos personajes juega un papel fundamental para explicar sus actos y la mía como creador para contextualizar la sensibilidad de la obra, siempre he buscado ahondar en conversaciones universales y dimensiones emocionales nuevas. En el proceso de creación, el fin principal era explorar el concepto de la culpa y el automartirio. Las únicas situaciones de rechazo y violencia en Siembra, son las que su protagonistas ejercen contra ellos mismos. Busqué que esa mezcla de sutilidad, situaciones sórdidas en los lindes de la edad adulta y el propio bagaje cultural referente a la religión del espectador fuera el caldo de cultivo para este relato.

¿Hay elementos autobiográficos en la obra?

Esta historia es toda ficticia, pero también una forma de materializar sentimientos y aprendizajes propios. No ha sido autobiográfica, pero sí terapéutica.

¿Cree que se publican suficientes cómics sobre el tema LGBTI?

Creo que se publican más que hace unos años. No sé si suficientes o, al menos, con perspectivas suficientemente diversas.

El cómic muestra un estilo de línea clara que recuerda a autores como Albert Monteys o Elisa Riera. ¿Ha tenido referentes artísticos a la hora de dibujarlo?

En general mis referentes siempre han sido de línea limpia y valorada, y las tintas de Monteys me inspiran muchísimo. La creación de Siembra fue un gran momento de aprendizaje en ese aspecto, que era el que más me obsesionaba desde que comencé a probar distintas herramientas de dibujo.

Hasta ahora había trabajado desde plataformas artísticas independientes, ¿cómo surgió la posibilidad de publicar en un editorial fuerte como Dibbuks?

Las plataformas alternativas son siempre mis favoritas. La democratización de la imprenta las ha hecho muy accesibles, pero también tienen limitaciones. Siembra era una idea que requería más páginas de las que acostumbraba, y además a color. No tenía los medios ni el conocimiento para llevarla a cabo en solitario, así que busqué ayuda presentando el proyecto a la editorial.

Siembra es su primer cómic propio. ¿Está de alguna manera influido por sus obras anteriores publicadas en el colectivo LGTBI llamado 1977?

¡Sin duda! En las actividades que hacemos como colectivo, encuentro comprensión por parte de mis compañeros, y un hogar para las narrativas fuera del circuito tradicional. Su inmenso talento y compromiso fue combustible para Siembra, y espero que Siembra sea combustible para su inmenso talento y compromiso.

Usted estudió en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Las Palmas de Gran Canaria, ¿qué le ha impulsado a establecer su residencia artística en Madrid?

Me mudé a Madrid para continuar mis estudios, pero resultó ser un punto geográfico clave para viajar con facilidad. Disfruto muchísimo asistiendo a festivales de cómic y fanzine y conociendo a gente nueva. Lo considero una de mis partes favoritas de hacer libros, y la más estimulante a la hora de crear.

¿Qué opina de otros autores canarios que han mantenido una regularidad en su carrera establecidos en las Islas como los hermanos Javier y Rayco Pulido, Alberto Hernández, Eduardo González o Ero Pinku?

Sigo lo que hacen y les admiro muchísimo. El Archipiélago tiene voces valiosísimas, y me hace especial ilusión ser de aquí y comprender de una forma especial el contexto cultural que las acuna.

Siembra se publicó en septiembre pasado, ¿tiene previsto sacar una nueva obra en breve? ¿Y podría adelantar algo?

He trabajado en muchos otros proyectos tras Siembra, aunque recientemente me interesa volver a experimentar con formatos nuevos, coloridos y extensos. Ya que por ahora esas ideas campan felizmente por mi cabeza, sería una pena trasladarlas forzosamente a mi boca.

¿Qué tal fue su participación en la Feria del Libro de Las Palmas que concluyó el pasado domingo?

Poner cara a esas fuerzas invisibles que nos hacen llegar los libros es curioso y mágico, y por eso la Feria del Libro tiene un ambiente único. Yo pasé un rato genial firmando en la carpa de la tienda The Quest, donde no pudieron tratarme mejor.