Artes escénicas

Las pintaderas se ríen con Impro Canarias en Cueva Pintada

El trío actúa en el espacio de Gáldar el viernes 28 con doble sesión

Alejandro Rod, Adri Torrijos y Romina Vives durante una actuación de ‘Impro Canarias’ en Cueva Pintada.

Alejandro Rod, Adri Torrijos y Romina Vives durante una actuación de ‘Impro Canarias’ en Cueva Pintada. / Gustavo Martín

Esta cantimplora que ahora ve ahí, un poco de aquella manera, destrozada, con salientes, que parece que si no se tiene cuidado una se hace una herida en un dedo, servía para aguerridos cazadores que durante días escalaban y permanecían perdidos por los bosques de laurisilva pastoreando a sus ovejas y, en realidad, guarda una historia que difícilmente creerá. Para descubrirla, Impro Canarias se reserva el escenario. El trío conformado por Romina Vives, Alejandro Rod y Adri Torrijos combina divulgación histórica y humor con la marca de la casa: la improvisación. Un espectáculo que ha acercado a grandes y pequeños los tesoros de la colección de la Cueva Pintada de Gáldar con un toque fresco que provocará la risa de su público este viernes 28 en doble sesión, a las 19.30 horas y a las 20.30 horas, de forma gratuita pero con reserva previa. 

Todo empezó por casualidad. El boca a boca hizo de las suyas, tal y como dice Rod, y de repente, les llegó una invitación para acudir al encuentro de la dirección del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. "En Canarias funcionamos así y, por lo visto, estaban buscando actuaciones diferentes. Entonces, una chica nos vio, comentó que encajábamos aquí y dijimos que sí", confirma el integrante, "después de la primera función quedamos encantados con esa sinergia íntima y esa calidez que desprende la energía de la Cueva Pintada, por lo que ha habido una continuidad en estos años y estamos muy contentos".

Aún con la experiencia, la improvisación no es espontánea ni cae como el maná del cielo, sino que responde a un estudio previo que ha ido preparado a los intérpretes para resolver con éxito las funciones. Gracias a la ayuda de los técnicos del centro museístico, atendieron a las charlas sobre el estilo de vida de los aborígenes canarios, también algunas nociones de la época de la conquista castellana en Gran Canaria, "y la importancia y el valor de los objetos en su día a día". La cerámica, los utensilios o los enseres que se han ido descubriendo en las excavacaciones conforman el patrimonio que aguarda a ser descubierto en cada velada. El espectador manda: elige el elemento y ellos improvisan rápidamente sobre él.

Imagen del popular espectáculo Impro para Cueva Pintada, en una de sus sesiones.

Imagen del popular espectáculo Impro para Cueva Pintada, en una de sus sesiones. / Gustavo Martín

Mucho humor, mucha formación

"Al principio fue una aventura para nosotros porque al no ser historiadores ni estar relacionados con el mundillo pues era bastante complicado, pero la implicación que tiene el Museo con todo lo que hace nos ha motivado y ha hecho que queramos descubrir un poco más", subraya Rod.

Ese entusiasmo es el que contagian cada vez que se sube el telón, "hacemos estas historias improvisadas con un toque de humor donde visibilizamos al museo", ¿y si hay algún purista?, "no nos hemos visto en esas, por suerte, no obstante, lo que hay que entender es que esto es un código y si vienes a aprender historia, no es tu show, en cambio, si vienes a ver de otra manera la Cueva, sí es, porque pretendemos dar un poco de vida a la colección". Se salen del tono serio y academicista para convertir la sabiduría en divulgación, al estilo de dúos como Destripando la Historia o incluso Big Van Ciencia. "¡No nos importa meter un móvil en la época indígena!", si la historia lo requiere, así sea. Tal vez Doramas entre tanto arbusto no tenía cobertura, pero con la misma a Tanausú le llegaba el 5Guanche.

Impro Canarias actúa en el marco del proyecto Cueva Pintada Inspira, cuya finalidad es atraer al entorno centenario un sinfín de disciplinas artísticas que logren apropiarse del legado histórico y transmitir su esencia. En este caso, la clave para que la imaginación nunca se agote está en la continua alimentación del órgano craneal. El cerebro requiere, como señala Rod, "de mucha lectura, mucha información y de ver cosas constantemente, ya que trabajamos con nuestro imaginario y este tiene que ser muy rico", aparte, sobre todo, de la complicidad con sus acompañantes, "al fin y al cabo, esto tiene que ver mucho con la química y el tiempo que lleves recorrido con los compañeros para así saber las formas en que una historia no caiga en el vacío". Desde 2012 está en activo esta compañía cuasi pionera en las Islas que aplica las herramientas del teatro del oprimido de Augusto Boal. Los avala una larga trayectoria que los ha consolidado en el panorama de las artes escénicas de Canarias, "hemos crecido mucho y en distintas fases", reconoce Rod. El trío ha abarcado el ámbito social con la formación para profesorado y actores en talleres contra el bullying, además de ser seleccionados por el festival Temudas con la creación del montaje A cuadros, dirigido por Paula Galimberti.

Si Alejandro Rod tuviera que elegir una pieza especial de las cientos que ha interpretado a lo largo del tiempo, se decanta tras pensarlo un rato por... "Los que más nos gustan son los objetos con los que se te pueden ir la pinza, ¡como los ídolos! Al utilizarlo como amuletos te permiten ir a lugares diferentes y viajar en el tiempo, ¡o las pintaderas!, que tienen un significado especial de protección", desvela. Imagine, una joven se cuelga de su cuello un colgate con un triángulo, ¡y chas!, aparece en los altos de Gáldar y contempla la circunvalación. ¿Qué haría? En el directo lo contarán.