Islas de la soledad (III)

Hong Kong, Santa Cruz, Las Palmas

Una reflexión sobre las políticas portuarias y costeras de apertura de las ciudades al mar

Vista aérea de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, abierta al mar desde el centro urbano e integrada con el Puerto de la Luz.

Vista aérea de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, abierta al mar desde el centro urbano e integrada con el Puerto de la Luz.

Hong Kong, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria tienen muchas cosas en común: son capitales de islas y son territorios costeros con zonas portuarias. Esto último centra esta reflexión: ¿tenemos las mejores políticas portuarias y costeras de apertura de la ciudad al mar?

Hong Kong es una isla mayor que la Gomera y menor que Lanzarote donde viven cinco millones de habitantes. El 50% de la isla está protegido.

El puerto de Hong Kong, como el de Santa Cruz, es de aguas profundas pues la ciudad es montañosa y escarpada. No se diseñó como en Europa, allí la economía es la reina, y el comercio portuario domina todo lo que no domina su potente sistema financiero. Hong Kong no se parece a Santa Cruz que es una ciudad mucho más amable para vivir, pero tienen algo en común, allí también es imposible llegar caminando desde la ciudad al borde del mar, para lo cual hay que conducir kilómetros.

En Santa Cruz toda la democracia hemos tenido el mismo sueño: abrir la ciudad al mar. Desde las primeras elecciones municipales todos los partidos lo han llevado en sus programas. Sin éxito.

Política injusta y arbitraria

La política de Puertos y Costas es injusta con Tenerife. El sueño compartido es simple: disfrutar del mar, como todo insular. Muchos esfuerzos públicos a lo largo de los últimos 40 años han sido paralizados por Puertos o Costas.

Imagen de la Plaza de España, primera fase de todas las planificadas para el litoral de Santa Cruz de Tenerife desde 1999.

Imagen de la Plaza de España, primera fase de todas las planificadas para el litoral de Santa Cruz de Tenerife desde 1999. / La Provincia

Hoy, salvo que seas socio del Club Náutico o del Club Paso Alto, y solo una minoría de ciudadanos lo es, en el centro urbano solo se puede caminar junto al mar en la Plaza del Auditorio, en el entorno del Castillo Negro, Parque Marítimo y Palmetum, es decir, solo en terrenos que la ciudad ganó al mar tras acuerdo con la Refinería, donde ni Costas ni Puertos intervenían.

Mala arquitectura y obstáculos

En lo que entendemos por centro urbano es imposible pasear junto al mar. Todo el frente está lleno de mala arquitectura y obstáculos. Vallas, muros, una terminal de cruceros del bajo estándar, ruinas esperando una rehabilitación, etc.

Sin embargo al pasear por la ciudad de Las Palmas de Gran Canarias, encontramos infinitos y maravillosos puntos junto al mar para caminar, nadar, tomar el sol, pescar, montar en bicicleta o correr, bien por la avenida marítima o por la inmensa playa de las Canteras, y en la playa de las Alcaravaneras, una playa portuaria que Puertos sí permitió allí pero no en Tenerife.

¿Por qué la diferencia entre Las Palmas y Santa Cruz?

Si analizamos los porqués técnicos, es cierto que no es igual Las Palmas que Santa Cruz. Ánaga es escarpada, y sus aguas alcanzan profundidad inmediatamente, dejando escaso espacio portuario.

Hasta ahí entiendo que las políticas no sean gemelas pues Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad más plana y su desarrollo portuario ha sido siempre más fácil.

Frente Marítimo, una de las múltiples alternativas para abrir Santa Cruz al mar propuestas por la ciudad y el Cabildo a Puertos sin éxito.

Frente Marítimo, una de las múltiples alternativas para abrir Santa Cruz al mar propuestas por la ciudad y el Cabildo a Puertos sin éxito. / La Provincia

Pero la orografía no es causa suficiente para la desidia. La última negligencia es reciente, la autoridad portuaria cerró, con doble valla y un penoso muro de ladrillos, el único rincón urbano junto al mar: la terraza de la antigua estación del Jet Foil, arquitectura de calidad, merecedora del Premio Canarias de arquitectura, universalmente accesible, donde cualquier ciudadano podía llegar junto al agua, percibir el olor a salitre, pescar, o ver los barcos pasar. Ya no, porque Puertos, unilateralmente, instaló —¡justo allí tenía que ser!— una estación de suministro de hidrógeno.

Un proyecto que espera desde 1999

No es falta de planificación. Se planificó y mucho. La ciudad primero y el Cabildo después. Pero la autoridad portuaria ignora la planificación hasta el absurdo de bloquear su propio proyecto, surgido de un concurso internacional en 1998, en un inusual momento de colaboración con la ciudad. Proyecto de Herzog & de Meuron, Pritzker de Arquitectura, que abarca todo el litoral del centro urbano de Santa Cruz desde la Estación del Jet Foil hasta el Auditorio. Presentaron el proyecto en 1999. El plan de obras señalaba varias fases, creo recordar que cinco, la última en 2024. Estamos en 2023 y solo se ha ejecutado una, la nueva Plaza de España. El resto, de altísima calidad arquitectónica y que da respuesta a miles de problemas entre la ciudad y el puerto y el mar de manera inteligente y con la gran calidad que exige Europa para las infraestructuras críticas, y un puerto en una isla como Tenerife, al igual que el Puerto de La Luz y de las Palmas lo son. Dicho proyecto sigue parado, y por Puertos y Costas se obstruye y bloquea cualquier intento de reactivación.

Dulce Xerach Pérez. abogada y doctora en arquitectura. investigadora de la universidad europea