Mogán

Un hostelero de Mogán cierra sus restaurantes de Puerto Rico al descubrir que llevaba 50 años sin licencia

Pablo González manda al paro a 25 empleados tras una denuncia vecinal y el precinto municipal de dos de sus restaurantes, Gran Canaria y El Pirata, porque carecía de licencia

El empresario, que se enfrenta a dos multas de 22.500 euros, decide cerrar otros tres restaurantes - Atlanta, Venecia y El Tiburón- para no recibir más sanciones del Ayuntamiento

Cierra tres restaurantes en Canarias al descubrir que llevaba 50 años sin licencia

La Provincia

Un hostelero del paseo marítimo de Puerto Rico, Pablo González, se ha visto obligado a enviar al paro a 25 personas de una plantilla de 50 trabajadores después de que el Ayuntamiento de Mogán precintase el restaurante El Pirata por carecer de licencia de apertura y lo multase con 22.500 euros.

Se trata del segundo negocio de este empresario que el Consistorio precinta en menos de un año, desde que en julio de 2023 dictase el cese de actividad del restaurante Gran Canaria y lo multase con la misma cantidad.

González ha decidido clausurar también los restaurantes Atlanta, Venecia y El Tiburón, todos ubicados en el paseo, para no enfrentarse a más sanciones.

Despido de todos sus empleados

El resto de empleados está de vacaciones, pero también tendrá que despedirlos en las próximas semanas. Y avisa de que la situación también afecta a varios menores migrantes, con los que participaba en un programa para facilitarles un empleo.

Una denuncia vecinal por ruidos, que obligó a inspecciones municipales, destapó que esos dos negocios precintados por el Ayuntamiento carecían de licencia desde hacía 50 años. El empresario explica que desconocía esa situación y ha intentado reconducirla aportando informes de ruidos que han sido desestimados; el cierre del Gran Canaria ya está en los tribunales y el de El Pirata, avisa, ya va por el mismo camino.

Concesión administrativa

Fuentes de Urbanismo sostienen que el empresario no tiene licencia porque esos locales están en concesión administrativa y él nunca pidió los permisos, pero González asegura que los tiene registrados a su nombre en el registro de la propiedad y que lo único que está en concesión ante Costas son las terrazas.

«Los locales están en servidumbre de protección y están bajo un régimen especial, pero la propiedad la tengo yo», señala. El empresario acusa al Ayuntamiento de «ocultar información» al no facilitarle expedientes e informes policiales que ha solicitado y ha lamentado que, a su juicio, se haya cometido «una masacre con un empresario». «Vienen a por mí», lamenta.

Irregularidades

La denuncia vecinal que dio origen al primer cierre fue ampliada para comunicar al Ayuntamiento que bajo la apariencia de ser El Pirata, el empresario mantuvo en funcionamiento el interior del restaurante Gran Canaria, como así atestiguan los informes policiales, señalan las fuentes municipales.

González mantiene que es «falso» que haya mantenido en funcionamiento el restaurante Gran Canaria. El empresario no solo muestra su disconformidad en los tribunales y ante la Administración, sino que también protesta con grandes pancantas colocadas en las terrazas de los restaurantes.