El silencio atronador de ser mujer artista

La pintora Manón Ramos Haessig fallecía el pasado 14 de noviembre

Ramos perteneció al círculo de artistas canarias olvidadas que nacieron a principios del siglo pasado

Autorretrato de la artista Manón Ramos Haessig

Autorretrato de la artista Manón Ramos Haessig / Manón Ramos

La mujer, ¿es musa o artista? Desde el punto de vista histórico, fue más lo primero que lo segundo. Los recientes avances investigadores, incluyentes en materia de perspectiva de género, ponen en valor la labor oculta de muchas mujeres artistas del Archipiélago. La pintora canaria, Manón Ramos Haessig (18 de agosto de 1927-14 de noviembre de 2023), fue una de las voces femeninas del siglo pasado que crearon su arte desde la sombra.

Existe una teoría popular en psicología llamada Las patas que sujetan mi mesa. La conjetura establece que en nuestro "tablero mental humano" debemos distribuir el peso del equilibrio emocional en diferentes patas. Si analizamos la Historia del Arte de Canarias bajo la lupa de esta teoría, la mesa tiene cojera. Basta con un par de búsquedas sencillas en Internet empleando las palabras adecuadas para zambullirse en un manantial de arte que brota a borbotones. En este proceso se destapan verdaderos diamantes en bruto, que hasta el momento han permanecido ocultos. Entre los miles de resultados de Google, un óleo de mirada melancólica narra la historia de la difunta artista Manón Ramos Haessig (Las Palmas de Gran Canaria, 1927) a la que su contexto social y el devenir de la vida truncaron un futuro profesional prometedor.

Artista eterna, la pintora Manón Ramos Haessig fallecía el pasado 14 de noviembre, y dejaba tras de sí una basta herencia de óleos a cargo de su círculo más cercano. Coetánea a periodos convulsos en la historia de las Islas Canarias, como la Guerra Civil y la posterior Segunda Guerra Mundial, hechos que no la frenaron para acceder a una impecable formación, atribuida gracias a su padre, el escultor aruquense Manuel Ramos. Pintora prolífica y mujer alegadora, su interés plástico se centró en retratos con colores vivos y sombras frías, bodegones e interiores con trazo inconfundible. Sus grandes amistades de la juventud que conoció en la Academia de Bellas Artes San Fernando, fueron la retratista de la familia real española, Alicia Iturrioz, y el artista canario, César Manrique.

AUTORRETRATO DE LA ARTISTA MANÓN RAMOS HAESSIG, FECHADA EN 1955

AUTORRETRATO DE LA ARTISTA MANÓN RAMOS HAESSIG, FECHADA EN 1955 / Manón Ramos

Existe un silencio atronador naciente de las mujeres artistas, que gritan a la sociedad "¡Estoy aquí!". En este sentido, la periodista del diario El País, Ana Vidal Egea, en una noticia sobre la pintora afroamericana Faith Ringgold publicada el 29 de noviembre, lanzaba la pregunta: ¿Tiene que llegar una mujer a los 93 años para que le reconozcan su trayectoria artística? En el patrimonio artístico canario, existen voces ensordecedoras que se perdieron entre el jaleo social de aquel entonces. Muchas de ellas apenas tuvieron acceso a espacios culturales que acogieran su arte, ni existió interés periodístico que las acercara al ojo público.

La doctora en Historia del Arte, Yolanda Peralta, topó por casualidad con la obra de Ramos mientras elaboraba su tesis Mujer y arte en canarias. Mujeres creadoras e iconografías femeninas. Tirando del hilo, Peralta logró conocer en vida, allá por el año 2021, a Manón Ramos, al quedar fascinada por su trabajo e historia personal. Peralta explica cómo en aquel entonces, debido a la "falta de oportunidades para las mujeres", el curso natural del devenir de la vida era dedicar su vida al hogar y a la familia. Los últimos años de la vida de Ramos estuvieron marcados por el reconocimiento de su trayectoria artística otorgado por la comunidad investigadora. La democratización de la información, y unas cuantas búsquedas acertadas en Internet comenzaron a retirar del olvido histórico la obra de Manón Ramos Haessig, pero aún queda camino por recorrer. "Hay que volver a elaborar la historia del arte en Canarias, sin hacer guetos a las mujeres", reivindica Peralta.

"Hay que volver a elaborar la historia del arte en Canarias, sin hacer guetos a las mujeres"

Yolanda Peralta

Vida y trayectoria

Ramos nace en un París bullicioso artísticamente, fruto del vínculo entre el artista canario Manuel Ramos, y la suiza Marliss Haessing Gross, aunque la fecha que figurará en su carné de identidad sitúa su origen en Las Palmas de Gran Canaria, el 18 de agosto de 1927. La familia no tardará en trasladarse a la isla redonda de Gran Canaria, donde su padre ejercerá una labor más silenciosa como artista, dedicándose principalmente a la formación de jóvenes aprendices en su taller.

Desde que Ramos tuvo uso de consciencia, su ropa siempre estuvo impregnada del olor a pintura, madera y barro. El taller de su padre era su fragancia favorita. En este momento, su vida la pasará principalmente entre su barrio, Ciudad Jardín, el colegio Viera y Clavijo, y el espacio de trabajo de su padre. Ya desde una edad temprana, a unos escasos diez años, apuntaba excelentes trazos de artista. La dedicación de su padre en la formación de Ramos, motivó que en el año 1945 su familia volviera a trasladar su residencia, esta vez a Madrid. La capital del país se abre para Manón Ramos como un abanico de oportunidades profesionales y decide ingresar en la Escuela de San Fernando de Madrid, donde su padre había estudiado 25 años antes.

Manón Ramos, César Manrique y Paco Echauz

Manón Ramos, César Manrique y Paco Echauz / lp/dlp

En este momento de su vida, conoce como compañeros a los que serán grandes amigos de su vida, como pueden ser César Manrique, Alicia Iturrioz y Francisco José Echauz. En 1950 tras finalizar sus estudios artísticos, fue becada para ir a Santillana del Mar y expuso sus obras en la Sala Proel, en Santander. Otro de sus hitos fue ser seleccionada como una de las artistas canarias para participar en la Bienal Hispanoamericana de Arte celebrada en Madrid en 1951, participando con dos de sus obras.

Envejeciendo, en este muelle de la vida, esperaré el barco de la eternidad. Estarás allí, y entonces serás tú el que, cogiendo mi mano, me conduzcas a ese mundo de fantasía donde los artistas tienen su alma y su paz

Manón Ramos

Durante su estancia en Madrid, contrajo matrimonio con el médico Enrique Sáenz Tapia, trasladando el matrimonio su residencia de Madrid a La Orotava en Tenerife. A partir de ahí, dedica su vida al hogar, sin desvincularse de su pasión por la pintura. Sus cuatro hijos y numerosos nietos siempre la recordarán resguardada en su taller, desde donde les dedicó un sinfín de retratos. Formó parte del grupo de mujeres artistas participantes en la Exposición Las Doce celebrada Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y en el Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de la Cruz en 1965.

Manón Ramos, pintando un cuadro en el jardín de su casa

Manón Ramos, pintando un cuadro en el jardín de su casa / lp/dlp

El retrato: mecanismo de empoderamiento

Responder a la pregunta "¿Quién eres?", nunca ha sido tarea sencilla. Embotellar la identidad en una breve descripción de uno mismo atraganta hasta a la persona más segura. En esta línea dialogante sobre la autopercepción, Yolanda Peralta, considera que la técnica de autorretratarse es empoderarse, es verse a sí mismo como persona y mujer, más allá de lo que argumente el patriarcado. Manón Ramos se retrataba tal y como ella se percibía, y además lo hacía bajo un sello de identidad propio, en el que añadía su impronta artística. Peralta sostiene que su reciente fallecimiento solo es un recordatorio para "localizar, catalogar y estudiar" las obras que creó en vida, para así honrar su memoria.

La dedicatoria de Ramos, escrita para una exposición en honor a su padre, es la mayor síntesis del vínculo inmortal que existía entre ambos artistas. "Envejeciendo, en este muelle de la vida, esperaré el barco de la eternidad. Estarás allí, y entonces serás tú el que, cogiendo mi mano, me conduzcas a ese mundo de fantasía donde los artistas tienen su alma y su paz".