Cine | Contracultura

'Mare Mediterraneum': la esperanza de las madres senegalesas

El documental de María Chaqués y Jean Leiva aterriza en Gran Canaria, donde se podrá ver el jueves 25 en Asociación Atlas y el lunes 29 en Casa África

La historia pone el foco en las mujeres, la migración y la relevancia de la vida en comunidad y es una iniciativa de la Asociación Colectiva AfroLatidos y de Arka Productora

Fotograma del documental 'Mare Mediterraneum' en el que se ve a un grupo de madres senegalesas.

Fotograma del documental 'Mare Mediterraneum' en el que se ve a un grupo de madres senegalesas. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

María Chaqués era parte de la tripulación del Fortuny cuando el buque viajaba entre Cádiz y las Islas Canarias el 18 de septiembre de 2007. Era su último viaje, una travesía que marcó un antes y un después en su vida cuando su embarcación vino a topar con otra: un cayuco a la deriva en el que viajaban mujeres y niños de distintos países de África. Tras las maniobras de rescate, la tripulación los acompañó durante toda la noche, María entre ellos.

Tras esta vivencia, la valenciana empezó a trabajar en una asociación de menores extranjeros que la llevó a conocer a la diáspora senegalesa y árabe. En 2009 fue por primera vez a Senegal, país en el que vivió una temporada y al que ha retornado en numerosas ocasiones. De estas experiencias, surgieron las 40 horas de grabación que han dado lugar al documental que el próximo jueves 25 de enero se proyecta en Asociación Atlas, Mare Mediterraneum, un «homenaje a las madres senegalesas», como su propia directora lo describe, que también se podrá ver el lunes 29 en la sede de Casa África.

Sin guion y con tanto material grabado, Chaqués junto al director chileno Jean Leiva, decidieron que el hilo conductor del largometraje tenían que ser las mujeres. «La palabra esperanza está muy presente en nuestro documental, la esperanza de esas madres que nos contaban que aún tienen fe en volver a ver a sus hijos y a sus hijas aunque hayan pasado ya 15 años desde que desaparecieron», explica.

El homenaje comienza desde el propio título del documental, en el que el Mediterráneo cobra un especial protagonismo por ser el mar en el que Chaqués creció, donde están todos sus recuerdos de la infancia y, a la vez, «la mayor fosa común de la historia de la humanidad», como ella misma la describe.

Aun así, la ruta Mediterránea no suele ser tan mediática como la Atlántica. Para Chaqués las razones son dos: la primera, la externalización de las fronteras que hace que menos cayucos tomen la ruta mediterránea; la segunda, la situación que vive Senegal a nivel político -se celebran elecciones el próximo 25 de febrero y el que iba a ser el principal candidato de la oposición, Ousmane Sonko, se encuentra encarcelado- y social, que empujan a las personas a embarcarse en la peligrosa Aventura, como ellos mismos la llaman, hacia el Archipiélago canario, hacia las puertas de Europa.

«Todas sabemos que la ruta Atlántica es más mortífera, hay un mayor número de posibilidades de que esos cayucos acaben a la deriva y haya más desapariciones», puntualiza la directora de Mare Mediterraneum.

La intención de Chaqués es que este documental, que ha sido recientemente galardonado con el Premio Ciudadanía en el IX Festival de Cinema de Ciutadà Compromés, vuelva ahora a la que es, de algún modo, su tierra de origen, a esos barrios pesqueros en los que compartieron horas y vivencias con sus habitantes, a centros escolares, universidades o espacios comunitarios.

«No tiene sentido que el documental solo se quede a este lado del Mediterráneo, en estas orillas. Queremos que la ciudadanía senegalesa pueda darnos ese feedback, su punto de vista del documental. Es algo que nos ilusiona mucho y que sentimos como un fuerte compromiso», puntualiza la directora.

Además de compartirlo en el país africano vecino, Chaqués también recalca la importancia de proyectar este largometraje en diferentes lugares de España para crear espacios de conversación e intercambio, para evitar esa doble vara de medir cuando se habla del mismo concepto -el desplazamiento de personas- desde el Norte o el Sur global: «La migración forma parte del ser humano. En todas las familias tenemos a alguien que ha podido migrar, pero hay diferentes miradas hacia la migración, incluso a través del lenguaje», explica.

Y añade: «Parece que no es lo mismo una persona de algún país del sur que migra, a los que se les llama personas migrantes, que una persona de un país del norte que viaja y se instala en un lugar, a quien se le llama turista o una persona expatriada. Son definiciones con una mirada clasista y aporofóbica», concluye Chaqués que, además de homenajear la capacidad de emprendimiento y de resiliencia de las madres senegalesas, también busca que Mare Mediterraneum sea un grano de arena en la montaña del cambio.