Memoria histórica

Un documental del Cabildo de Gran Canaria rescata del olvido a represaliados del franquismo

El Cabildo presenta el documental 'Simiente sobre tierra', que recaba testimonios orales de familiares de las víctimas, sobre todo mujeres, asociados a lugares de desapariciones y olvido

Exposición “Simiente sobre tierra” en la sala Josefina de la Torre

Andrés Cruz

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

La memoria juega un papel fundamental en la construcción de los espacios recorridos, pero también el olvido. Para mantener vivo el recuerdo de las personas represaliadas por el franquismo en Gran Canaria durante la Guerra Civil española, el documental Simiente sobre tierra recupera testimonios orales de los familiares de víctimas del bando falangista asociados, a su vez, a los lugares a los que se arrojaban los cuerpos: la Sima de Jinámar y los pozos Llanos de la Bruja y Puente de Tenoya.

La iniciativa ha sido impulsada, desde finales de 2022, por el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria y este miércoles ha visto la luz con su primera exhibición en el Teatro Cuyás, donde han estado presentes el presidente de la Corporación Insular, Antonio Morales; el consejero de Presidencia, Teodoro Sosa; el director insular de Patrimonio Histórico, Juan Sebastián López; y la directora del trabajo audiovisual, Violeta Gil. 

“Lamentablemente, a día de hoy, existen muchas personas jóvenes, y no tan jóvenes, que siguen manteniendo la idea de que en Canarias no sucedió nada, que aquí no hubo un bando represaliado, que no hubo desaparecidos ni asesinados. Y los hechos demuestran lo contrario. Que menos que aportar esos hechos, contar las historias de las personas que sufrieron por parte del bando franquista”, explica Gil, quien ha elaborado el documental en colaboración con la cooperativa de trabado asociado Teyra, especializada en investigación e intervención social.

Además de la investigación documental y audiovisual sobre los trabajos previos, la participación colectiva ha sido fundamental en la narración del documental, desde la arqueología a movimientos vinculados a la recuperación de memoria histórica. La directora aclara que quería aportar otra mirada añadida a lo ya hecho y ahondar en las secuelas que quedaron en las personas que sufrieron las desapariciones que esperaron por respuestas y tenían que seguir manteniendo a sus familias.

"En su mayoría, eran mujeres: las esposas, las hijas, las nietas y sobrinas, quienes estuvieron poniendo toda la energía y la fuerza para saber qué era lo que había pasado con las desapariciones. No queríamos abordar toda la problemática de la representación franquista en Gran Canaria. Queríamos centrarnos en esas figuras que también lucharon por reivindicar la verdad de lo que había sucedido, el mantenimiento y los cuidados que hubo a lo largo de todas sus vidas y el sufrimiento con el que tuvieron que cargar, a pesar de tanto silencio", añade Gil.

La directora solo ha usado una imagen de archivo para todo el metraje. A los testimonios orales les acompañan grabaciones del territorio de Gran Canaria en la actualidad, a los que intenta resignificar a través de lo que cuentan los familiares de las víctimas del franquismo, "para que entendamos que esos espacios fueron y son testigos, que son sitios por los que pasamos en el día a día, que pueden ser lugares de alegría y de tranquilidad, como el Valle de Agaete, pero también supuso dolor para muchas familias de Gran Canaria", especifica la directora.

"Para mí fue clave Shoah, de Claude Lanzmann (sobre el holocausto), un documental que es un referente y fue muy puntero. Tiene una manera innovadora y honesta de hacer de la palabra un elemento completamente evocador; toma la oralidad de las personas entrevistadas como elementos que activan o resignifican los paisajes que lo habitan, sin usar imágenes de archivo. A partir de esas entrevistas, en unos paisajes determinados ves como la palabra resignifica y cambia unos espacios que aparentemente son bonitos o agradables", relata Gil, quien también ha elaborado otros documentales como Mujeres empaquetadoras de tomates (2019) o Magas y maúras , desmontando estereotipos (2021).

En el acto de la presentación del documental, Morales reivindicó que los testimonios orales de los familiares de las personas desaparecidas "han sido trascendentales" para la identificación reconocimiento, protección y estudio de espacios como la Sima de Jinámar o los pozos del olvido, considerados Bienes de Interés Cultural. El documental Simiente sobre tierra supone "una nueva batalla ganada al olvido", añadió Morales, que ayudará “a seguir rasgando el velo de silencio que durante tanto tiempo se impuso sobre esta realidad (...). Son relatos cuya raíz se encuentra en el fondo de pozos que ya nunca más deberían ser llamados del olvido”.

Por su parte, Sosa manifestó que “este proyecto es más que una obra audiovisual, es un testimonio que da voz a aquellas personas que fueron silenciadas, da luz a los rincones que durante décadas fueron olvidados intencionadamente de nuestra memoria y que nos desafía a confrontar nuestra propia visión sobre este periodo histórico. Al adentrarnos en estas historias, no solo nos enfrentamos al dolor de quienes han sufrido en primera persona y la injusticia de ese momento histórico, sino que también nos obliga a reflexionar sobre nuestro presente y nuestro futuro. Al entender el sufrimiento de aquellos que fueron represaliados sin razón, nos convertimos todos en guardianes de su memoria, promoviendo así una sociedad más consciente y solidaria”.