La poeta Tina Suárez Rojas protagoniza el ciclo ‘Más que musas’ por el Día Mundial de la Poesía

La poeta grancanaria es homenajeada en este ciclo que reivindica el papel de las mujeres en la cultura canaria en la Casa-Museo León y Castillo de Telde

Tina Suárez Rojas.

Tina Suárez Rojas.

Nora Navarro

Nora Navarro

Esta poeta, la de la imagen derecha, la que mira a la cámara a través de la ventana de sus gafas: «desertará de la realidad / convertida en aquello que lee en aquello que escribe / abrazará la fe de la poesía y tendrá toda la rabia por delante». Así (se) escribe Tina Suárez Rojas en Foto de colegio, poema que inaugura el poemario Yo también amaba a Toshiro Mifune, publicado al abrigo de la Biblioteca Básica Canaria (2021). 

Más de 20 años antes, su voz poética ya se transmutaba en la de otras mujeres que reventaban cadenas y corsés prendiendo la llama de las palabras. «He aquí a la que tropieza / cada tarde con su escoba bruja / mal colocada entre los muslos prietos / a la que le rondan en los dedos / los anillos de saturno / y en cuya cabeza alunizan todas / las aporías. / (...) Amadas y amados míos / cuidaos de ella / porque tiene licencia poética / para mataros a todos», reza Ecce Femina, uno de los poemas de Una mujer anda suelta (1999), que ganó ese año el Primer Premio del VII Certamen Internacional de Poesía Gabriel Celaya y cuyos versos ya anticipaban, en el umbral del nuevo siglo, el vuelo fiero, bello y libérrimo de una Poeta mayúscula.

Con una de las trayectorias poéticas más sólidas y laureadas del país, Tina Suárez Rojas (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) protagoniza la próxima cita del ciclo Más que musas en la Casa-Museo León y Castillo de Telde el próximo jueves 21 de marzo, que coincide además con la celebración del Día Mundial de la Poesía. La entrada al encuentro es libre hasta completar aforo. 

Cartel del acto.

Cartel del acto. / LP

Un lenguaje propio

La obra poética de Tina Suárez Rojas, que suma alrededor de una veintena de títulos de poesía y participaciones en antologías colectivas, rubrica un estilo muy propio que se construye a través de una cuidada orfebrería del lenguaje, así como de un diálogo intertextual y metapoético trufado de referencias mitológicas y literarias, que rinden un homenaje continuo a la historia del Arte. 

A estos mimbres se suma un posicionamiento crítico y transgresor desde el que deconstruye la representación tradicional de la subjetividad femenina y al que, no menos importante, incorpora grandes dosis de humor o «la máscara de la ironía», que es, en palabras de la autora, «tras la que yo suelo ocultarme; aunque ya sabemos que, en poesía, ocultarse es otra forma de desvelarse».

Luego, además del juego de ocultamiento o desvelamiento, la poesía de Tina Suárez es, como decía Borges, «descubrimiento y deslumbramiento», si bien la poeta define el ejercicio de «hilvanar su propia lírica» como «un acto de amor y una dulce forma de venganza» . Pero su mirada como poeta nunca busca definir caminos ni emociones, sino inventarlas, abrirlas y coserles alas con el hilo de las palabras. 

«La poeta fue vista por última vez removiendo / las aguas pasadas de su viejo molino», escribe en Paradero desconocido, poema de Las cosas no tienen mamá (Idea, 2008). Y la poeta remueve las aguas de la poesía cambiando el curso esperado de sus personajes femeninos. «No sabíamos quién era aquella mujer / pero no es el pasaje final de una trama aprendida», escribe en su Brevísima relación de la destrucción de June Evon (Vitruvio, 2013), una originalísima crónica en verso ambientada en el Oeste y protagonizada por una enigmática pistolera, June Evon, desconocida por todos. 

Tras las huellas de Gorgona

Ya presagiaba esos derroteros, como una declaración de intenciones, su primer poemario, Huellas de Gorgona (1996), con el que ganó el Premio Internacional de Poesía Tomás Morales. Y como anunciaba este título de debut, el mito de la gorgona, con su corazón guerrero y su cabello de serpientes, ha marcado el rumbo poético de Tina Suárez en el transcurso de los años como alegoría de la identidad rebelde, monstruosa y bella. Libre e indómita como la poesía.

«A lo largo de su trayectoria literaria, Tina Suárez desmonta los mitos y los personajes literarios que han puesto en circulación manifestaciones de poder desigual entre los sexos para demostrar que otra estructura social es posible, que la sexualidad, el erotismo o el cuerpo de la mujer no son pecado», expone la profesora universitaria e investigadora Blanca Hernández Quintana en el prefacio de Yo amaba a Toshiro Mifune, bajo el título La poesía de Tina Suárez Rojas: una reflexión didáctica desde el postfeminismo. 

Así, la poeta grancanaria subvierte el orden normativo y redibuja en el centro del espejo «los cuerpos silenciados y hostigados: las putas, las locas, las brujas, las novias de, las lesbianas, las desheredadas, las maltrechas, las neuróticas, las gordas, las feas, las pecadoras, las rebeldes, las mujeres, las personas raras, aquellos cuerpos queer, cuerpos abyectos, que perturban el sistema heteropatriarcal». «Tina Suárez pone en marcha un entramado iconográfico con el que desafía al sistema que ha deshumanizado a las mujeres, y convierte la ofensa y la vergüenza en exaltación y elogio», concluye Hernández Quintana.

En 1997, un año después de esas primeras Huellas de Gorgona, Tina Suárez se erigió en la primera mujer galardonada con el Premio de Poesía de Poesía Ciudad de Las Palmas, que concede el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, por su obra Pronóstico reservado (1997). Su siguiente libro, el ya citado Una mujer anda suelta fue galardonado con el primer premio en el VII Certamen Internacional de Poesía Gabriel Celaya 1999. Y en 2002, su poemario El principio activo de la oblicuidad se alzó con el Premio Carmen Conde de Poesía para Mujeres. El segundo poema de este volumen, Comparecencia, comienza con una frase de Anne Sexton: «A woman like that is not a woman, quite. I have been her kind». Y sigue, una vez más, nuestra poeta: «Prefiero ser cabeza de gorgona / que torso de sirena».

En 2004, Tina Suárez también incorporó a su palmarés el Premio Internacional de Poesía Odón Betanzos por Los ponientes. Cabe recordar que, además de poeta, es profesora de Lengua castellana y Literatura e investigadora. Sus últimos poemarios son De cotidianitud (Renacimiento, 2021) y Rarefacta (Nectarina, 2022). Sus apariciones públicas son escasas como las estrellas fugaces, así que este Día de la Poesía conjuramos a locas y poetas a escucharla, «y asaltar espejos y remendar demonios».