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Juan Luis Pulido, nuevo árbitro de Primera: "Soy muy feliz con el VAR, solventa los errores groseros"

"Estar en el foco mediático no me preocupa todavía, cuando me vea quizás ya me preocupe más", admite el mejor colegiado de la temporada de Segunda

Juan Luis Pulido, nuevo árbitro de Primera Irina R. Hipolito/AFP7 / Europa

El que la sigue la persigue. Juan Luis Pulido Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1983), miembro de una saga familiar de árbitros grancanarios, vive días increíbles. Si el lunes conocía su ascenso a Primera División tras seis temporadas en Segunda, el martes le concedían el 'Premio Vicente Acebedo' que le reconoce como mejor colegiado de este curso en la categoría de plata.  

¿Quién fue el encargado de darle la noticia del ascenso?

El presidente del Comité Nacional de Árbitros, Luis Medina Cantalejo. Me llamó para darme la noticia. Estuvimos hablando y me comentó lo que entrañaba este ascenso y que había estado muy competido, porque otros compañeros también lo habían hecho  muy bien esta temporada, pero que se había apostado por mí y me dio la enhorabuena.

Y a renglón seguido, el segundo premio, ser designado como el mejor árbitro de la temporada en LaLiga Smartbank.

La verdad es que eso fue más inesperado. Una vez conseguido el ascenso. Pasa como con los equipos de Segunda, que no luchan por ser campeón de la categoría sino por ascender a Primera; luego, si ya te quedas campeón, pues mejor todavía. Pero sí, es muy reconfortante que me hayan reconocido como el mejor de la temporada en Segunda.

¿Noticias como estas sirven para mitigar los tragos amargos vividos durante toda una carrera arbitral?  

Los momentos complicados también forman parte del historial personal. Y es más, considero que son parte de los cimientos del ascenso a Primera; los he usado a mi favor, como experiencia para que no me volvieran a suceder algunas de las cosas que me pasaron. Esto te permite saber que uno es capaz de caer y de levantarse.

¿Considera que la Segunda División es también una categoría dura para los árbitros?

Personalmente me parece una categoría súper bonita, donde he tenido la oportunidad de estar los últimos seis años. Cada partido es un mundo; hay encuentros que resultan extremadamente complicados porque los jugadores no ayudan y se producen jugadas endemoniadas; pero hay otros que no, que por la experiencia, por el conocimiento que los jugadores tienen de mí, son más factibles de sacar bien. Es mucho más dura para los equipos, porque salir de ahí resulta extremadamente complicado. El juego físico y todo eso, como lo he vivido durante seis años, lo veo como algo normal.

El árbitro grancanario Juan Luis Pulido asciende a Primera División

Le espera un año muy ilusionante... ¿Y duro?

Depende de cómo uno se lo tome. Para mí no tiene que ser duro, sino emocionante, ilusionante y especial, porque es la Primera División, que no es moco de pavo.

¿Ya se le ha pasado por la cabeza verse en estadios como un Camp Nou, un Bernabéu o un Wanda Metropolitano?

Desde que recibí la noticia tampoco he tenido mucho tiempo para pensar. Sé que al ser árbitro de Primera tengo la opción de pisar estadios como esos, pero también soy consciente de que al ser mi primer año en la máxima categoría nos lo voy a pisar de forma inmediata, ni quizás a medio plazo, porque lo normal es que empiece arbitrando a equipos de menos envergadura.

Entonces ese sería el siguiente objetivo.

Hombre, sé que con el tiempo eso acabará llegando, pero para ello debo ir sacando de forma correcta y acertada los partidos para los que me designen.

El alcanzar la internacionalidad, ¿otro sueño?

Mi único sueño, y mi único objetivo, es continuar disfrutando con el arbitraje. La única forma de hacer las cosas bien es disfrutar con lo que haces. Por tanto, no me marco ningún límite ni ningún tope en cuanto a posibilidades. Solo quiero salir al campo y disfrutar, y acertar. Si no acierto después lo paso mal. 

El ascenso supone también estar más en el foco mediático. ¿Le preocupa?

No me preocupa todavía, cuando me vea quizás ya me preocupe más. No presto atención a eso.

¿Aún en el fútbol español se le continúa otorgando demasiada transcendencia al papel de los árbitros?

Si se le da es porque se le quiere dar, porque interesa según en qué momentos y según a la altura de la temporada en la que estemos.

¿Qué tal se lleva con el VAR? ¿Cómo valora la irrupción del videoarbitraje?

A mí me encanta. El videoarbitraje me da mucha más seguridad, porque sé que los errores groseros me los va a solventar; ya no va a haber un gol fantasma, no se va a marcar un gol en fuera de juego, o se va a anular un tanto de un jugador que está situado correctamente, ni se va a marcar un gol con la mano. Con eso solo, estamos eliminando muchos errores que antes pasaban a la historia. Siempre hay polémica, pero no es la de antaño. Yo soy muy feliz con el VAR.

Pero hay aspectos del juego en los que no se termina de aunar conceptos y que estos sean claros, incluso de una temporada a otra.

Existen temas como el de las manos que cada año se intenta pulir de cara a mejorar. Esto es también un tema de práctica y error, ir viendo cómo se pueden solventar diferentes situaciones. La polémica nunca se va disipar del todo. Siempre va a haber jugadas grises, y lo que para uno es blanco para otro es negro. Ese tipo de polémicas nunca se va solventar, pero los errores groseros que pasaban a la historia como la mano de Dios de Maradona o el gol con la mano de Henry que clasificó a Francia para un Mundial, ya no van a ocurrir. Ya solo con eso, está más que justificado el uso de la herramienta.

¿Ese cambio en las interpretaciones de una temporada a otra no despista a jugadores y entrenadores? ¿Y a los árbitros?

Como le dije anteriormente, hay jugadas grises donde te pueden surgir las dudas, pero no porque el concepto lo tengamos distorsionado, sino porque hay jugadas que están muy al límite entre el sí y el no. Entonces claro que existe disparidad de opiniones, pero no porque el criterio cambie.

¿Pitar algún día en la máxima categoría era el sueño al que aspiraba cuando empezó de muy joven en esto del arbitraje?

Sinceramente nunca me planteé llegar a esta categoría. Lo veía tan lejos... Siempre tuve los pies en la tierra. Creo que es una forma, en lo personal, de ir gestionando las emociones poco a poco, sin agobiarse. Y mira, de repente... No es que me lo haya encontrado, porque llegar hasta estas cotas tan altas no es posible sin que haya un trabajo detrás; sin sacrificio, no hay recompensa. Me he visto en situación de luchar por el ascenso y lo he conseguido.

La temporada pasada ya se quedó bastante cerca.

Sí, estuve cerca, porque pité uno de los partidos del playoff de ascenso; seguro que estuve entre los seis primeros de Segunda.

Usted y el lanzaroteño Alejandro Hernández Hernández, dos colegiados de la provincia de Las Palmas en Primera División, algo importante para su colectivo en Canarias.

Supone un orgullo poder representar al arbitraje canario en la máxima categoría, y ayudar a que tenga la fuerza de antaño. Muy contento por ello.

¿Ya ha hablado con Alejandro Hernández?

Sí, por supuesto, fue de los primeros en felicitarme. Me dijo que es una alegría que los dos volvamos a coincidir en una misma categoría. Y que como otras veces que ha ocurrido las cosas a él también le habían ido muy bien, se alegraba el doble. Soy como un amuleto para él (risas).

¿Se acuerda del primer partido que dirigió?

De los equipos no, pero sí que fue uno de benjamines, cuando tenía unos 12 años. En aquellos tiempos no pensaba el poder llegar a cotas tan altas.

Ha cambiado mucho el arbitraje desde entonces, ¿no?

No hay que irse tan atrás, en las dos o tres últimas temporadas ya ha cambiado mucho, desde el propio VAR, la profesionalización, las estructuras que tenemos. Nada que ver. Los campos donde pitamos... Recuerdo dirigir muchos partidos en campos de tierra, y ya no existen.

¿Su partido más difícil?

Sobre todo, los del playoff de ascenso de Segunda B, siempre fueron partidos muy complicados; encima en alguno de ellos resulté lesionado. Esos en concreto me han marcado bastante.

Encima hace poco que ha sido padre por partida doble, vaya año que lleva...

Sí, un año pleno de felicidad y emociones. Me siento un hombre afortunado donde los haya.

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