La selección española femenina de balonmano, en la que militan las jugadoras del Rocasa Gran Canaria Sayna Mbengue, María Gomez y Alba Spugnini, revalidó el título de campeona de los Juegos Mediterráneos que conquistó hace cuatro años en Tarragona, al lograr la medalla de oro en los Juegos de Orán con una victoria por 29-25 ante Croacia en la final.

La frenética actividad de piernas y brazos de las jugadoras españolas desarboló por completo el ataque del conjunto croata, incapaz de encontrar la fórmula no sólo ya para sobrepasar a las defensoras españolas, sino ni tan siquiera para lanzar a portería.

Un sensacional trabajo defensivo que permitió a las Guerreras situarse apenas superados los primeros cinco minutos de juego con una renta de cuatro tantos (4-0) que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al preparador croata. Su equipo era incapaz de encontrar el camino en ataque.

Ni Esther Arrojeria, que cerró la primera mitad con cuatro dianas, ni mucho menos la capitana Carmen Campos, que anotó seis tantos, cuatro de ellos de penalti, en el primer tiempo, estaban dispuestas a que el oro se les escapase a las Guerreras (14-8 a menos de siete minutos del descanso).

Una renta que pareció, por fin, despertar a la selección croata, que de la mano de una efectiva Karatina Pavlovic, máxima realizadora del partido con diez dianas, fue poco a poco ajustando el marcador, hasta dejar en tan sólo dos tantos (21-19) la renta de las Guerreras en el ecuador de la segunda mitad.

Circunstancia que ponía a prueba la fortaleza mental de un equipo español, que encontró su sustento en los peores momentos en la jovencísima portera Nicole Wiggins, de tan sólo 21 años, que con sus paradas sostuvo a flote al conjunto de Prades.

Tras un dubitativo arranque del segundo período, Arrojeria y Campos volvieron a recuperar el sobresaliente nivel de la primera mitad para situar con sus goles con una renta de cuatro tantos (23-19) a poco más de diez minutos para la conclusión. Una diferencia que las Guerreras supieron conservar.