La odisea de Javier Rodríguez en el Mundial de Bajas

El piloto grancanario cierra su primera participación con un octavo lugar a pesar de las limitaciones presupuestarias, las exigencias de la FIA y el poco rodaje

La odisea de Javier Rodríguez

H. U. D.

Santiago Icígar

Santiago Icígar

El octavo puesto del grancanario Javier Rodríguez y el copiloto tinerfeño Yony Pérez en el Mundial de Bajas está plagado de anécdotas y de piedras en el camino, lo que engrandece su estreno en un campeonato en el que las limitaciones presupuestarias le impidieron terminar en el ‘top 5’. Ahora necesitan cerrar el presupuesto para un 2024 en el que quiere volver a representar a Canarias en este certamen.

Detrás del meritorio octavo puesto del grancanario Javier Rodríguez en su debut en el Mundial de Bajas se esconde una odisea que pone más en valor si cabe su gesta: llevar la bandera canaria hasta el top 10 del exigente certamen. A diferencia del Campeonato del Mundo de Rallys, este es menos extenso en cuanto al número de pruebas, pero mucho más largo en cuanto a los tramos cronometrados y a los enlaces entre las especiales, que obligan al piloto a estar «concentrado en modo carrera durante más de tres horas».

El side by side con el que compite en el Mundial tiene algunas diferencias con los vehículos que compiten, por ejemplo, en el Dakar. Cuenta con el motor de una moto de nieve y con un cambio secuencial en lugar del automático, lo que en opinión del piloto grancanario «hace la conducción mucho más divertida y te hace sentir como si fueras el amo de la carretera».

Por ponerle un pero a su primera experiencia en el certamen mundialista, el teldense lo tiene claro. Señala a las «restricciones que nos impone la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) a la hora de competir». Para poder correr, necesita la homologación para estar en posesión del pasaporte FIA y que afecta a detalles como por ejemplo «las barras de seguridad del coche o el tanque y la toma de gasolina, que es diferente a la de los demás vehículos; eso hizo que no supiésemos si íbamos a estar homologados hasta que llegamos a Polonia».

Indignado, el isleño relata un incidente en Portugal: «Los comisarios, después de correr en tres pruebas, se negaban a verificarnos el vehículo alegando que la toma de combustible no cumplía con la homologación, aunque en las otras tres pruebas nos habían permitido correr con ella, aunque no era exactamente la homologada». 

«Corrían una veintena de pilotos pero todos ellos lo hacían en el campeonato portugués y no en el de la FIA. No necesitaban esa toma de combustible, se agarraban a un tema de seguridad cuando todos esos pilotos no cumplían con esa norma y en su caso sí era seguro correr, a pesar de que pasaban por el mismo sitio y más rápido que yo», explica Rodríguez, quien no entendía la negativa dado que «no se trataba de ningún componente que me diera más prestaciones o una mayor potencia».

Por el siniestro de otro competidor que le dejó fuera de carrera, «pudimos convencerle para que nos prestara esa pieza». «La montamos y acabamos de preparar el coche a las cuatro de la mañana para pasar la verificación a las seis y salir a competir», relata.

Problemas económicos le impidieron viajar a Dubai para defender la quinta plaza en la que llegaron a la última cita: «Cuando nuestros rivales se enteraron de que no viajaríamos, lo hicieron ellos para puntuar y pasarnos».

Mucho dinero

Javier Rodríguez señala que en esta modalidad «hay equipos que mueven mucho dinero y que son profesionales». «Se dedican sólo a correr este tipo de carreras, es otro nivel, mientras que yo nunca había corrido antes en tierra», reconoce.

El teldense firmaría «hacer en 2024 las pruebas que corrí este año, porque si no voy lo suficientemente rápido como para estar entre los tres primeros no vale la pena el esfuerzo económico de completar todo el Mundial». 

«Mientras nosotros íbamos con una furgoneta, el coche y una carpita, al lado veías a los del 4x4 con dos trailers, con su servicio de catering y teníamos que competir con equipos que el 70 o el 80% de ellos se iban ahora a participar en el Dakar», explica.

«Estoy luchando para que me den la subvención, porque sin el apoyo del Cabildo y del Gobierno de Canarias no puedo competir», señala el teldense.

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Javier Rodríguez reconoce que no descarta en un futuro poder probar fortuna en el Dakar, si bien tiene claro que si se da la posibilidad lo haría en moto. «Compitiendo en moto hice cuatro pruebas del Mundial de Cerdeña y me planteé participar en el Dakar, porque a lo mejor me faltaba algo de técnica, pero navegaba muy bien». «En el Dakar es muy importante la navegación además del componente físico y psicológico», explica. «En coches no me lo he planteado por el esfuerzo económico que supone», por lo que tiene claro que prefiere de momento «hacer el Mundial de Bajas, porque no me juego todo el presupuesto en una prueba». «Este año me incliné por el certamen mundialista de Bajas y no el de Rallys, porque no había demasiadas pruebas en Europa y no me daba el presupuesto con el que contaba», concluye.

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