"Un día me preguntó Pepe Rey, al que conocí en 1992 cuando jugábamos en la Unión Deportiva Las Palmas, que si me animaba para viajar hasta Galicia y montar un negocio. Él tenía allí familia y nosotros analizamos la situación en la que estábamos y, finalmente, nos decidimos a venir. Y aquí estamos, diez años después. 'Eu tamen falo galego". Con esta soltura recuerda Daniel Vidal una de las más importantes decisiones de su vida. Se sentó con su esposa Silvana, valoró todas las circunstancias familiares y decidieron hacer las maletas para viajar desde Montevideo a Vigo.

El Pollo Vidal estaba acostumbrado a adoptar con naturalidad este tipo de situaciones. Desde 16 años abandonó Colonia, la localidad de origen, para realizarse en Peñarol como futbolista. Y, de ahí, a Las Palmas, donde aún recordamos su velocidad y picardía en los metros donde los jugadores se convierten en piezas importantes de los clubes. Sus dos etapas con el equipo canario tuvieron un final doloroso. En ambas cayó lesionado. La primera salida terminó en 1992. Se repuso de la traumática lesión en la rodilla derecha y luego ganó títulos con Peñarol e Independiente de Avellaneda, de la mano de Brindisi. Pero cuando en 1997 abandonó el equipo amarillo, prácticamente entró en la recta final de su etapa profesional. A los 29 años de edad colgó las botas, cuando había acudido a la llamada del equipo de sus inicios, en Colonia: "Sin embargo, he de decir que no resultó trauma alguno para mí el terminar mi ciclo como jugador. Es más, considero que fue un alivio porque sufrí mucho a causa de mis rodillas".

EL VIAJE. España fue el país elegido para su ciclo extradeportivo. La sociedad mercantil con Pepe Rey, el lateral charrúa que también militó en el equipo amarillo, sirvió para que ambos montaran una cafetería en la localidad pontevedresa. Tras unos años, la empresa se disolvió y ambos siguieron caminos distintos. "Pepe tiene ahora una concesión de Cervezas Mahou y le va bien. Yo sigo en Vigo y estoy colaborando y asesorando en la empresa Grabat, que se dedica a la instalación de superficies sintéticas en los campos de fútbol, canchas de pádel o todos aquellos recintos deportivos donde sea necesario", afirma.

Además de esta actividad, Daniel Vidal ejerce como técnico en el club Nigran en el equipo infantil. En esta entidad están sus dos hijos: Diego, nacido en Las Palmas de Gran Canaria hace 19 años, juega actualmente en el juvenil. Y Nicolás, de 14 años de edad, está en categoría cadete: "ambos son delanteros, pero distintos. El mayor se caracteriza por su fuerza, al estilo charrúa. Nicolás, en cambio, es ratonero, como yo; un jugador de área".

La familia de Daniel Vidal ya posee pasaporte español desde hace cuatro años. Y aunque se sienten identificados con Galicia no dudarían en cargar de nuevo la mudanza para un destino que se les apetece: "La verdad es que estoy esperando. Estuve en Gran Canaria el año pasado, porque la empresa Grabat estaba revisando el mercado para llevar sus productos. Aquí, en Galicia, tiene casi todas las concesiones. Pero con esto de la crisis... todo se ha paralizado. Cuando el bache se supere, espero irme para la Isla", confiesa.